La clase media, la salvavidas del consumo en México
En los últimos años, la clase media ha aumentando en México, pero eso no significa que su poder adquisitivo también lo haga en la misma medida. Sin embargo, esto es necesario para impulsar el consumo y el crecimiento económico en el país, según la conclusión de un panel de la Cumbre de Negocios 2017, que se celebra estos días en San Luis Potosí.
En 2016, alrededor del 40% de la población mexicana se encontraba en la clase baja; el 46% en la clase media y solo 11% en la clase alta. Para 2030, esta estructura económica de la población puede cambiar, pronosticó An Hodgson, gerente de investigación de ingresos y gastos de Euromonitor Reino Unido.
Según la analista, la clase más baja o C va a ser cada vez más pequeña, para representar alrededor de 22% de los hogares dentro de dos décadas. La clase media se va a expandir y la clase alta aumentará y representará 16% del total. “La clase media de México está en crecimiento, pero no está disfrutando de un mayor poder adquisitivo”, destacó.
En 2016, el gasto per cápita fue de 109,000 pesos, señaló Enrique Zorrilla, director general de Scotiabank México. Para el directivo, “un consumo sano depende del perfil económico de la población, del empleo y de la capacidad del ahorro”. Además, otro factor importante es el impulso del crédito al consumo, que está ligado al trabajo formal.
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Y es ahí donde deben centrarse las políticas públicas, coincidieron: aumentar el salario y el nivel de vida de la población, en específico, de la clase media, para impulsar el consumo y la economía.
Para lograrlo, la analista de Euromonitor señaló que hay que incentivar el papel de la mujer en el mercado laboral, porque así los hogares tendrán dos personas que reciban ingresos y aumentarán los ingresos.
De 2009 a la fecha, el gasto en consumo en México ha crecido entre 5% y 7% por año, con excepción de 2010. Es un aumento de entre 2 y 3 veces el PIB, destacó Armando Uriegas, director general de Nielsen México. Sin embargo, añadió, “el consumo no crece de manera pareja en el país”. El empleo ha incrementado, pero no el poder adquisitivo. “Tiene que haber un incremento salarial por arriba de la inflación”, comentó.
La disparidad obedece también a las remesas recibidas por estados. “Las remesas han subido entre 5% y 6% en los últimos años, pero si tomamos en cuenta el tipo de cambio, el aumento del poder de compra ha crecido alrededor de 45%. Esto genera un incremento en el consumo inmediato, pero está asociado a las zonas donde reciben un mayor número de remesas”, explicó el director de Nielsen.
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Comercio electrónico, la tendencia
Una mejora en el nivel de vida de la población también va a incentivar el comercio electrónico, una tendencia mundial que en México se encuentra rezagada. De acuerdo con los datos de Nielsen, solo 2% de las ventas a detalle se realizan por este canal.
Más que ser visto como algo negativo, este rezago representa una gran oportunidad de crecimiento, coincidieron los expertos. Para lograrlo, es importante romper algunas barreras e incentivar la democratización de internet (según cifras de Inegi, la penetración del internet es de sólo 50%) y la confianza del consumidor.
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“Lo que desincentiva el comercio electrónico es la desconfianza en la seguridad del uso de datos personales, la desconfianza de que el producto llegue o que llegue en mal estado, y la política de devoluciones”, afirmó Uriegas.
Para lograr una mayor confianza en los sistemas de pago, el papel de las instituciones bancarias es clave. “Los nuevos patrones de consumo, la tecnología y la digitalización de bienes y servicios puede ser un diferenciador de las distintas instituciones, pero aún estamos lejos, porque la inversión en este tipo de tecnología es feroz”, comentó Zorrilla.