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Cómo una chica de pueblo se convirtió en la primera supermodelo china

Liu Wen es la primera modelo asiática que es nombrada portavoz de Estée Lauder y ya trabajó para la mayoría de las marcas más importantes
mar 04 octubre 2011 09:07 AM
foto vertical
Liu Wen foto vertical

Entre los bastidores en el espectáculo de Michael Kors, se respira un extraño aire de tranquilidad en la zona de maquillaje. A pesar de que la seguridad es muy fuerte, no hay gritos o dramas.

Son las 7:30 de la mañana, horas antes del show, y la maquinaria se empieza a movilizar. Liu Wen llega temprano, se sienta tranquilamente en una silla y escucha su iPod mientras el maquillista le comienza a aplicar la base.

Su taza de café y su botella de té verde revelan que incluso la mujer a la que llaman “ la primera supermodelo de China ” encuentra difícil empezar temprano. Pero no hay rastro de fatiga: su rostro se ve impecable con poco maquillaje y su piel es luminosa.

“Hoy tengo cinco presentaciones, así que estaré corriendo”, dice con una sonrisa. “Ayer estaba realmente feliz porque mi agente me envió el programa. Estaba muy emocionada. Todavía me encanta esto porque adoro caminar en la pasarela”.

A los 23 años, Liu ya trabajó para la mayoría de las casas de moda de más prestigio del mundo, y recientemente ascendió a la máxima categoría de modelos que son lo suficientemente reconocibles como para solicitar mayores pagos.

Ella también rompió esquemas, se convirtió en la primera modelo asiática nombrada portavoz mundial de Estée Lauder. Con casi dos millones seguidores en la versión en mandarín de Twitter, su capacidad para vender productos a los preciados consumidores chinos es obvia.

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“Cuando la conocimos en persona, quedamos impresionados con su calidez, con su belleza y con su entusiasmo”, dice Aerin Lauder, directora de la firma Style and Image. “Es asombroso ver cómo responden los consumidores a Liu Wen —ella tiene muchos seguidores, no sólo en China, sino en todo el mundo”.

Algunos de sus fans se reunieron para el evento de Estée Lauder en la inauguración de la Semana de la Moda de Nueva York, en donde CNN se reunió con ella por primera vez. En medio de los flashes y de la incesante música de baile, Wen firmaba autógrafos alegremente y posaba para fotos, y parecía disfrutar el espectáculo.

Al filo del despertador

Unos días después, CNN se encontró con ella mientras viajaba entre compromisos en un vehículo con chofer. Recién salía de un show de Rodarte, con una sombra intensa para los ojos que dejaría frío a un oso polar.

“Ayer tuve una prueba de ropa hasta muy tarde”, explica. “Así que regresé a casa casi a la una. Y esta mañana me levanté tarde (…) mi llamado era a las siete, pero me desperté a las 7:30. Solo me cepillé los dientes antes de apresurarme. Así que no recogí mi removedor de maquillaje”.

Para ser una figura pública cuya imagen es clave, Liu es sorprendentemente abierta y accesible. Ella se ríe frecuentemente y es implacablemente educada e incluso se ofrece a ayudarnos con nuestro equipo de cámaras mientras llegamos a su agencia. A pesar de que la imagen de una modelo de 1.79 metros de altura cargando un trípode es casi irresistible, CNN rechaza la ayuda.

En las elegantes oficinas de Manhattan de la Agencia Marilyn, Wen se pone al día con el personal y se quita la pintura de guerra. Esta agencia la maneja desde que llegó a Nueva York y se enfoca en mantener las relaciones con las marcas más importantes, mientras explota las oportunidades con las firmas chinas adecuadas.

“Ella ya logró un éxito histórico como modelo”, dice el presidente de la agencia, Chris Gay. “La influencia de China en el mundo de la moda será tremendo, tanto desde el punto de vista de la moda occidental que quiere establecer su presencia ahí, como con las marcas, diseñadores y modelos de China que buscan un mayor impacto mundial”.

De un pueblo sin moda

Wen creció en la provincia de Hunan, y comenzó su carrera como modelo en 2005 después de entrar a un concurso que prometía como primer premio una computadora.

“Era muy joven, creo que tenía 18 años”, recuerda. “Yo sólo quería ganar la computadora. Antes, realmente no entendía lo que era el modelaje porque crecí en un pueblo muy pequeño, sin moda”.

Pronto, se mudó a Beijing y abandonó sus planes de trabajar como guía de turistas. Siguieron las sesiones de fotografía, lo que la condujo a un viaje a Milán en 2008, en donde fue elegida para su primer desfile para la marca Burberry del Reino Unido.

“No entendía nada porque no sabía inglés. Sólo escuchaba la música y seguía mis sentimientos”.

A pesar de los días realmente largos de las semanas de la moda, su dinamismo es evidente. Wen toma siestas en el coche para recuperarse mientras va de un compromiso a otro, pero se enfoca en cada casting y shows con entusiasmo. El único momento de decepción del que fuimos testigos fue en un restaurante, cuando su agente le sugirió evitar los fideos picantes de pollo para comer. Recibió las noticias con entereza y ordenó la sopa regular de fideos de pollo, la cual se comió.

Los momentos más tranquilos como estos son efímeros durante el torbellino de las semanas de la moda y pronto Liu regresa al ritmo de los shows y pruebas de ropa que ocupan toda la tarde y parte de la noche.

Al día siguiente, con Michael Kors, CNN la deja entre bastidores dirigiéndose a través de la entrada principal para grabar. CNN pasó días navegando la compleja jerarquía de las acreditaciones y las listas de invitados de la Semana de la Moda de Nueva York y a menudo fue excluido en este extraño mundo.

Pero un agente de relaciones públicas con auricular murmuró algo al personal de seguridad, que nos permitió la entrada. Fue el momento de respaldo más rotundo de nuestras vidas.

Mirada dura sobre la pasarela

CNN tomó su lugar en The Pit, por delante de una avalancha de otros equipos y vio cómo el salón se empezó a llenar con personas de sociedad, los motores de la industria y celebridades como Michael Douglas. El murmullo de rumores en voz baja se apagaron, los invitados tomaron sus asientos y la cubierta de la pasarela se quitó elegantemente.

La colección tenía un vago tema de safari y Liu Wen apareció, se transformó de nuevo, con pasos firmes sobre la pasarela con una mirada dura y lejana.

En unos meses, Liu dará a conocer su propia línea de ropa en colaboración con una empresa china, y su agencia espera ofertas para participar en películas. Pero ella rechaza la idea de convertirse en embajadora de China junto con toda la presión que la acompaña.

“Es un honor representar a mi país como modelo, pero no creo que nunca haya pensado en mí como embajadora, sólo soy alguien que trata de hacer su trabajo lo mejor posible —así que no tengo mucha presión. Si lo que he hecho hasta ahora inspira a otros en China, por supuesto que es algo grandioso”.

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