Las lecciones que podemos obtener del sermón 'antidigital' del papa
Nota del editor: Este artículo es parte de un ensayo titulado The Wisdom Project, de David Allan, director editorial de CNN Health y Wellness. La serie se enfoca en aplicar a la vida propia la sabiduría y la filosofía que se encuentra en todo, desde los textos antiguos hasta la cultura pop. Puedes seguir a David en @davidgallan .
(CNN) — El más reciente comentario de actualidad del papa Francisco, ese agudo observador social, llegó como si fuera un huevo de Pascua: oculto dentro de una canasta de críticas centradas en el cambio climático.
La encíclica, que habla del calentamiento global, también contiene comentarios breves pero punzantes sobre el filtro digital que aplicamos a nuestra experiencia humana.
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"Cuando los medios y el mundo digital se vuelven omnipresentes, su influencia puede impedir que la gente aprenda a vivir prudentemente, a pensar con profundidad y a amar generosamente", escribió.
No es la primera vez que el papa Francisco advierte de los peligros de los desechos digitales a los que llama "contaminación mental". El año pasado, indicó a 50,000 monaguillos alemanes que no desperdiciaran su valioso tiempo en internet, usando teléfonos ni viendo televisión.
Esas actividades "deberían simplificar y mejorar la calidad de vida, pero (en vez de eso) distraen de lo que es realmente importante", dijo Francisco, quien tiene unos 20 millones de seguidores en Twitter.
Es un debate importante y el líder de una de las religiones más numerosas del mundo tiene razón al promoverlo.
Si los vemos como un todo, ¿los avances tecnológicos (noticias en tiempo real, comunicación mundial en vivo, acceso a más información y entretenimiento —en todos sus matices— de la que podríamos asimilar) ayudan o impiden que se logre el objetivo, cuando ese objetivo debería ser comprometerse al máximo con la vida, fomentar la paz, el amor y la felicidad?
Hay argumentos en contra legítimos, particularmente en lo que concierne a la comunicación médica y diplomática, con los que se afirma que internet ha ayudado a salvar muchas vidas y a evitar muchos conflictos.
Entre más fácil sea comunicarse durante una crisis natural o de salud, mejor. Pero no creo que eso sea a lo que el papa se refiera cuando se queja de la omnipresencia de los medios digitales. Se refiere a Tinder. Al reclutamiento de ISIS . Al acoso cibernético. A World of Warcraft. A Celebrity Apprentice.
"Nuestra vida está hecha de tiempo y el tiempo es un regalo de Dios, así que es importante que se use en actos buenos y fructíferos", dijo el papa a los monaguillos.
No tienes que creer en Dios para saber que el tiempo es un regalo y que la forma de usarlo es vital para nuestra felicidad y nuestro compromiso con la vida. Deberíamos preguntarnos siempre lo que se preguntaba la poetisa ganadora del Nobel, Mary Oliver: "Dime, ¿qué planeas hacer con tu única vida, salvaje y preciosa?".
El papa da pistas de unas crisis culturales enormes que en gran medida estamos ignorando. Vivimos parcialmente en la realidad y probablemente vivamos demasiado en el mundo virtual.
Sabemos en el fondo que es cierto. Por eso tratamos de limitar el tiempo que nosotros o nuestros hijos pasamos frente a la pantalla. Por eso dejamos Facebook durante la cuaresma. Esa es la razón por las que "fuera de la red" y "fuera de rango" son sinónimos de paz interior.
Al igual que una dona universalmente popular, nuestras distracciones digitales son dulces, adictivas y se conectan con nuestros receptores neurológicos del placer. Pero también sabemos que no tienen los nutrientes esenciales que necesitamos, por lo que no las comemos en cada comida.
Los celulares, según las investigaciones, son los nuevos cigarrillos. La violencia en televisión propicia la agresión en los adultos. Enviar mensajes de texto al conducir provoca la muerte. En general, tanta algarabía impide que escuchemos realmente a nuestros amigos, a nuestros colegas y a nuestros hijos.
"Las relaciones reales con otras personas, con todos los desafíos que conllevan", dijo el papa Francisco, ceden ante relaciones más endebles en internet y a "una nueva clase de emoción falsa que tiene más que ver con los dispositivos y las pantallas que con las demás personas y la naturaleza".
Evita el abuso digital
Piensa en los momentos más felices y más significativos de tu vida.
Estabas totalmente presente (mental y físicamente). Estas experiencias cumbre (como las definió el brillante psicólogo Abraham Maslow) en las que estamos profundamente en contacto con el entorno, en una actividad significativa o con otras personas, por definición no son virtuales.
Los medios digitales no solo carecen de esos momentos de contacto, sino que los impiden, que es lo que el papa quiere decir.
¿Ya estás convencido? Esto es todo lo que tienes que empezar a hacer con esta información: sé más consciente de tu relación con la interferencia mediática y digital. Entre más consciente estés de la frecuencia con la que te impide estar presente en la realidad, más querrás bajarle a su volumen.
Empieza a buscar formas felices de reemplazar las experiencias digitales superfluas. Olvídate del ayuno, solo sustituye algunos ingredientes y verás cómo mejora tu sentido del gusto por tu única vida salvaje y preciosa. Encuentra tus propias formas de desconectarte, de alejarte de la contaminación mental.
Hace casi 20 años, cuando empezaba la supercarretera de la información, escribí un artículo titulado Wisdom.not@cyberspace para el periódico de mi universidad (un medio menos irónico que este ensayo digital), en el que argumenté que la información por sí sola está vacía y que "la sabiduría proviene de la experiencia".
Cité a Ralph Waldo Emerson, cosa que deberíamos hacer con más frecuencia: "¿Por qué ansiar el conocer información nueva? Día y noche, en la casa y en el jardín, unos cuantos libros o unos cuantos actos nos sirven tan bien como todas las artes y todos los espectáculos".
O como dijo el papa Francisco esta semana: "La verdadera sabiduría, como fruto de la introspección, del diálogo y del encuentro generoso entre dos personas, no se adquiere a través de una mera acumulación de información, lo que a final de cuentas provoca sobrecarga y confusión".
No me opongo a la tecnología. La mayor parte de mi carrera periodística ha transcurrido en un espacio digital; además, como editor de salud, creo que la información también es vital para tomar buenas decisiones personales sobre nuestro bienestar y es esencial para difundir los conocimientos necesarios para mejorar la salud en todo el mundo.
"Se necesita un esfuerzo para ayudar a que estos medios se vuelvan fuentes de progreso cultural para la humanidad", escribió el papa Francisco en su encíclica , y creo que ya hay algunos ejemplos de ello.
Pero también trato de limitar el tiempo que dedico a usar el teléfono cuando hablo con mis hijas porque no quiero que crean que valoro mi relación con el correo electrónico y con Facebook más de lo que las valoro a ellas.
Además, mi esposa y yo estamos atentos y guiamos los medios que consumen de forma que el entretenimiento pasivo sea solo una parte pequeña de su vida.
Conforme crecen, necesitaremos predicar con el ejemplo y ayudarles a lidiar con esta cuestión de forma que estén principalmente en contacto con el mundo real, no con el virtual, que tengan relaciones con personas y con la naturaleza.
Todos necesitamos encontrar la clase y la cantidad adecuadas de espectáculos digitales para consumir y probablemente esa cantidad ideal sea menor a lo que es ahora.