La bandera de EU vuelve a ondear en su embajada en La Habana
"No somos enemigos, somos vecinos. Es momento de hacer saber al resto del mundo que nos preocupamos el uno por el otro", dijo este viernes el secretario de Estados estadounidense John Kerry segundos antes de que se izara la bandera de ese país sobre la Embajada de EU en Cuba.
¡La bandera de los Estados Unidos ondea ahora en La Habana!
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— Embajada EE.UU. Cuba (@USEmbCuba) agosto 14, 2015
Kerry ofició este viernes la reapertura de la embajada en La Habana, que fue cerrada en 1961 cuando el gobierno de Dwight D. Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con el gobierno de Fidel Castro.
“Es verdaderamente una ocasión memorable, un día para quitar antiguas barreras”, dijo el secretario.
Hablando en español, agregó, “sabemos que el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante. No hay nada que temer ya que serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor, visitarse con más frecuencia, realizar negocios de forma habitual, intercambiar ideas y aprender los unos de los otros”.
'Cuba estará mejor con una democracia genuina'
Kerry también se tomó el tiempo para hablar de los ideales democráticos que su gobierno tiene para el pueblo cubano.
"Creemos que los cubanos van a estar mejor con una democracia genuina, donde las personas sean libres de escoger a sus líderes, expresar sus ideas y practicar su fe; donde el compromiso con la justicia social y económica se realice a plenitud; en la que las instituciones respondan a quienes sirven; y en la que la sociedad civil es independiente y libre de florecer".
Kerry es el funcionario estadounidense de más alto rango que visita Cuba desde la revolución de 1959 y el primer secretario de Estado en visitar la isla en más de 70 años.
Durante su discruso, reconoció la histórica decisión anunciada en diciembre por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de restablecer relaciones.
"Estamos aquí porque nuestros líderes tomaron una valiente decisión: dejar de ser prisioneros de la historia y enfocarnos en las oportunidades de hoy y del futuro", puntualizó.
Desde el 20 de julio, cuando las relaciones diplomáticas se restablecieron oficialmente, los diplomáticos estadounidenses se habían estado preparando para lo que ellos llaman la "S", o visita del secretario.
Ese mismo día, los funcionarios cubanos reabrieron oficialmente su embajada en Washington e izaron su bandera.
Los invitados y no invitados a la reapertura
La visita de Kerry marca el fin simbólico de uno de los grandes vestigios de la Guerra Fría. Pero la desconfianza continúa. La brevedad de la visita refleja las complejidades de abrir un nuevo capítulo en las relaciones con el gobierno cubano.
Kerry estuvo acompañado por un número de abogados estadounidenses que han defendido la normalización de las relaciones diplomáticas y económicas. Varios cubanoamericanos también forman parte de la delegación.
Pero, los disidentes anticastritstas no participaron en la ceremonia. Kerry se encontrará con los disidentes y activistas de derechos humanos en otro izamiento de bandera, este cerrado a la prensa, en la residencia del jefe de misión estadounidense, junto con un amplio grupo de empresarios, periodistas y artistas cubanos.
El senador de Florida Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, condenó la decisión en un discurso desde Nueva York la mañana de este viernes.
“Como un símbolo de qué tan retrógrada se ha vuelto esta política, ningún disidente cubano ha sido invitado a la ceremonia oficial de izamiento de bandera en la embajada de EU en La Habana”, dijo Rubio. “Los disidentes cubanos han lucha do por décadas por los mismos principios democráticos que el presidente Obama asegura estar avanzando a través de estas concesiones. Su exclusión de este evento ha asegurado que será poco más que un mitin propagandístico para el régimen de Castro”.
Las autoridades estadounidenses dijeron que la decisión se tomó por “espacio limitado” en la ceremonia, que consideraron un “movimiento de gobierno a gobierno”. Pero refleja la atención a las sensibilidades del régimen.