¿Trump es un demente? Krauze y Krugman dicen que sí
El comportamiento errático e impredecible de Donald Trump durante su primera semana como presidente de Estados Unidos y la conducta que tuvo a lo largo de su campaña electoral demuestra que es una persona mentalmente inestable, según la reciente opinión de un destacado intelectual mexicano y un premio Nobel de Economía.
“Yo creo que Trump tiene una forma de la demencia, un mal psicológico, (es) megalómano, narcisista, paranoico, que borda en la locura”, afirmó el historiador mexicano Enrique Krauze durante una participación la noche de este jueves en un programa de Televisa.
Las relaciones México-Estados Unidos vivieron este jueves uno de sus pasajes más graves en la historia contemporánea y provocaron una profunda crisis entre la Casa Blanca y Los Pinos.
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El jueves por la mañana, Trump lanzó un tuit advirtiendo que si México se negaba a pagar el muro fronterizo, sería mejor cancelar la reunión con su homólogo Enrique Peña Nieto prevista para el 31 de enero.
Parado contra las cuerdas, el presidente mexicano no tuvo otra opción que cancelar su reunión con Trump, pero el presidente estadounidense más tarde dijo que la postergación de la reunión se tomó “de común acuerdo” entre ambos mandatarios.
Por la tarde el portavoz de la Casa Blanca dijo que las líneas de comunicación entre Washington y México se mantenían abiertas para reagendar una futura reunión, pero la mañana del viernes Trump nuevamente volvió a la carga y tuiteó que México se ha aprovechado de Estados Unidos por mucho tiempo y criticó la poca ayuda que ofrece su vecino en la frontera que comparten ambas naciones.
Un reportaje del New York Times reveló que el presidente Trump, ignorando los consejos de su propio equipo de seguridad, continúa utilizando su viejo teléfono Android desde donde suele publicar tuits de forma profusa a cualquier hora del día, particularmente por las mañanas.
“Este espíritu destructivo finalmente va a revertírsele en una autodestrucción. Yo creo que no va a tardar, esto es cuestión de tiempo, por lo tanto es importante ganar tiempo”, dijo Krauze, quien recomendó que los mexicanos deben mostrar unión y fortaleza frente a las amenazas de Donald Trump.
El miércoles de esta semana llegaron a Washington el canciller Luis Videgaray y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, para iniciar los primeros contactos con miras a renegociar el Tratado de Libre Comercio , una petición que ha reiterado Trump desde hace varios meses. Sin embargo, ese mismo día el presidente estadounidense decidió firmar el decreto para construir el muro fronterizo, lo que provocó el malestar de los mexicanos.
Desde que visitó Los Pinos, en agosto del año pasado como candidato republicano invitado por el propio Peña Nieto, ambos mandatarios dejaron claro sus peticiones: Trump prometió que México pagaría el costo del muro, y Peña dijo que su país de ninguna manera financiaría la barda fronteriza, cuyo costo podría ser de más de 10,000 millones de dólares.
Krauze confió en que “habrá luz al final del túnel”. Aquí el video de Televisa, con las declaraciones de Enrique Krauze en el minuto 35:40 .
Por su parte, Paul Krugman, el premio Nobel de Economía y articulista del diario New York Times, calificó a Trump como “mentalmente enfermo” en un tuit que publicó el martes pasado, cuando el presidente llevaba apenas cuatro días en funciones y había abierto ya varias peleas con los medios de comunicación y había esparcido mentiras acerca de un presunto fraude electoral.
“Un americano primero: un presidente que obviamente tenía una enfermedad mental en el preciso momento que tomó posesión. Gracias Comey”, dijo Krugman.
En su tuit, el economista criticó el discurso nacionalista y proteccionista de Trump, quien dice seguir una política de “Estados Unidos primero”. Krugman también pareció criticar a James Comey, el director del FBI que algunos demócratas culpan por la derrota de Hillary Clinton, pues el funcionario reavivió la polémica de los correos electrónicos de la candidata presidencial a solo unos días de las elecciones de noviembre pasado.
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En su primer semana como presidente de Estados Unidos, Trump ha afirmado que está “en guerra con los medios”, ha criticado la cobertura de su toma de posesión, ha dicho -sin presentar pruebas- que perdió el voto popular porque más de 3 millones de personas votaron ilegalmente, ha censurado a la comunidad científica de Estados Unidos, ha amenazado con enviar las fuerzas federales a Chicago para frenar la violencia, ha firmado órdenes para suspender la entrada de refugiados y ha creado una “lista negra” de países que quiere vetar para que sus ciudadanos no pisen suelo estadounidense.
Su “guerra” con los medios no es nueva, pero esta semana ha estado concentrada en la cantidad de gente que acudió a su toma de posesión a Washington. Los medios informativos mostraron imágenes donde se veía menos gente que en la toma de posesión del expresidente Barack Obama, lo que molestó a Donald Trump, quien piensa que los medios tergiversan la realidad.
Su equipo de gobierno acuñó el término “verdades alternativas” (alterative facts) para presentar el público estadounidense una realidad distinta a la que ofrecen los medios, y Trump ha insistido en que no dejará de usar Twitter, pues quiere enviar directamente sus mensajes a su audiencia sin pasar por la “prensa deshonesta”.
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