Londres permitirá que los ciudadanos de la UE se queden tras el 'brexit'
La primera ministra británica, Theresa May, prometió este jueves que los ciudadanos de la Unión Europea residentes en Reino Unido podrán permanecer en el país tras el brexit, pero rechazó el deseo de Bruselas de que la justicia europea supervise sus derechos.
Durante una cena de trabajo con sus pares europeos en Bruselas, May expresó "un compromiso claro de que a ningún ciudadano de la UE actualmente en Reino Unido de manera legal se le pedirá abandonar el país en el momento en que Reino Unido abandone la UE", explicó una fuente del gobierno británico.
Garantizar los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido tras el brexit es una de las prioridades de la UE que Londres aceptó negociar en primer lugar, antes de empezar a discutir sobre un acuerdo de libre comercio entre ambos, deseado por el gobierno británico.
Tras más de 40 años de unión, más de 3 millones de ciudadanos de la UE viven en Reino Unido y alrededor de un millón de británicos residen en el resto de países del bloque, la mayoría en España.
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Como ya había adelantado, la primera ministra presentó a sus pares un plan para la protección de derechos de los ciudadanos residentes en Reino Unido, cuyo futuro se cubrió de incertidumbre tras la victoria del brexit en el referéndum hace un año.
Esta oferta "justa y seria" quiere "dar la mayor seguridad posible a los ciudadanos que se instalaron en Reino Unido, construyeron allí sus carreras y sus vidas y contribuyeron a nuestra sociedad", subrayó May, según la misma fuente.
En concreto, Londres propone acordar a los ciudadanos de la UE un "estatuto definitivo" con derecho a residencia permanente, siempre y cuando hayan vivido cinco años en Gran Bretaña, una medida que espera que sea "recíproca" para los británicos residiendo en el resto del bloque, agregó.
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"May dejó claro que todos los ciudadanos de la UE que residieran más de cinco años en Reino Unido podrán mantener sus derechos por completo", aseguró la canciller alemana, Angela Merkel, que lo calificó de "buen comienzo", aunque todavía haya cuestiones abiertas.
Rechazo a la justicia europea
La primera ministra británica, que lucha por mantener su autoridad en Reino Unido tras perder la mayoría absoluta en los recientes comicios, también expuso otra parte de sus planes que, sin embargo, choca con los deseos de los 27.
Concretamente, May rechaza que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) sea el encargado de resolver los litigios sobre los derechos de los ciudadanos europeos tras el brexit, frente a la posición de Bruselas de que tenga la "jurisdicción completa".
Solo "nuestros muy respetables tribunales" podrán resolver estos diferendos, indicó May, para quien estos compromisos con los ciudadanos de la UE "se inscribirán en el derecho británico". "Deseamos recobrar el control de nuestras propias leyes", agregó.
Casi un año después de la victoria del brexit en referéndum, Reino Unido y los 27 empezaron formalmente las negociaciones el pasado lunes, con Londres asumiendo los tiempos y las prioridades europeas.
Junto a los derechos de los ciudadanos, la factura a liquidar por Londres por los compromisos asumidos en la UE y la frontera en la isla de Irlanda completan esas prioridades. De cumplirse los plazos, la salida de Reino Unido tendrá lugar en marzo de 2019.