El DF batalla para distribuir 12,600 toneladas de basura diarias
Tras el cierre de uno de los tiraderos más grandes del mundo el pasado 19 de diciembre en la Ciudad de México, las autoridades de la capital mexicana han tenido dificultades para el destino final de unas 12,600 toneladas de desechos diarios que se pretendían enviar a otros puntos, según cifras del Gobierno del Distrito Federal.
Algunas calles del centro de la Ciudad de México lucen con basura que no ha sido recolectada en varios días, desde que el gobierno de la capital cerró definitivamente el Bordo Poniente, un relleno sanitario a cielo abierto que operaba desde 1985.
Hasta hace unas semanas, la basura de la ciudad más grande del país era depositada directamente en el tiradero ubicado al lado de lo que era el Lago de Texcoco, en el Estado de México y al oriente de la capital.
Aunque no en todas las delegaciones ha habido problemas con la recolección de desechos, los tiempos de traslado de la basura a un destino final sí han sido más largos de lo esperado, reconoció este martes el jefe del gobierno del DF, Marcelo Ebrard, ante representantes de medios de comunicación.
Ebrard atribuyó estos retrasos a un desajuste logístico por parte de las delegaciones, que son las encargadas de la recolección de los residuos.
Además de esto, dijo, se detectaron alrededor de 1,000 puntos en los que se han depositado desechos de manera clandestina.
Operadores de camiones de basura que realizan recorridos por la delegación Cuauhtémoc, en el centro del DF, recuerdan que el día más crítico fue la madrugada del 25 de diciembre, cuando varios camiones tuvieron que permanecer en los centros de transferencia de desechos, debido a que no había un lugar para depositar la basura generada durante las celebraciones navideñas.
“Ese día tuvimos que esperar casi ocho horas para poder vaciar los camiones de basura, porque no había cajas donde depositarla. Esas cajas normalmente se las llevaban otros camiones al bordo, pero ese día, todas estaban llenas y no salieron”, dijo a CNNMéxico Aurelio, conductor de un camión que recorre diariamente las calles del centro de la ciudad desde las cuatro de la mañana.
Aurelio dijo que este 3 de enero el tiempo de espera para vaciar su camión de basura disminuyó a unas dos horas, aunque anteriormente, “cuando todo estaba normal”, podían vaciarlo en máximo media hora.
CNNMéxico solicitó entrevista a la Dirección General de Servicios Urbanos de la Secretaría de Obras del DF, pero no se ha obtenido respuesta al momento de la publicación.
El cierre del Bordo Poniente estaba planeado desde noviembre del 2008, cuando las autoridades locales presentaron el Programa Integral de Manejo de Basura Bordo Poniente, tras la firma de un convenio de cierre del sitio con el gobierno federal.
En ese entonces, Ebrard informó que las autoridades capitalinas negociaban con otras entidades para el uso de lugares alternos para el depósito de los desechos.
El gobierno capitalino tuvo pláticas con las autoridades del Estado de México para utilizar tres sitios de disposición final en dicha entidad: Cuautitlán, Xonacatlán e Ixtapaluca. Por otro lado, también se había negociado el uso de un basurero en Cuautla, Morelos.
A pesar de esto, este martes, habitantes bloquearon durante varias horas la entrada al sitio de disposición final de Ixtapaluca, al argumentar que los desechos que llegaban desde de la capital ponían en riesgo su salud.
Más tarde, las autoridades capitalinas informaron a través de un comunicado que representantes del gobierno del DF y el gobierno federal sostuvieron un encuentro con el fin de evaluar los efectos del cierre del Bordo Poniente en su última etapa.
En dicho documento se señaló también que se establecerían nuevas acciones de coordinación vinculadas a la clausura definitiva del relleno sanitario entre las autoridades locales y federales.
En el Programa de Gestión Integral de los Residuos Sólidos del DF, publicado en la Gaceta Oficial del DF el pasado 13 de septiembre del 2010, las autoridades capitalinas explicaban que el cierre del Bordo Poniente respondía a la llevada del fin de su vida útil, tras haber sido inaugurado en 1985.
En ese mismo documento se detallaba que tras el cierre del sitio, se buscaría la recuperación ambiental de las 300 hectáreas que durante 26 años acumularon residuos de la Ciudad de México y el aprovechamiento del biogás para la generación de energía eléctrica.
La clausura definitiva de este depósito "contribuirá de manera significativa a reducir dos millones de toneladas bióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero (GEI)", dijo Ebrard, durante la ceremonia de cierre.