Macromural de Palmitas: con pintura también se combate la violencia
Los niños en Palmitas son los más felices. Acostumbrados al gris del cemento que dominaba su vista, hoy viven entre decenas de colores y están llamados a mañana ser los defensores de este cambio que está terminando con la violencia que crecía entre sus calles.
Dos niñas, Karla y Laura, preguntan impacientes por “los de las pinturas”, unos jóvenes que hoy viven en la colonia y que han transformado a Palmitas en el mural urbano más gran del país, con 20,000 metros cuadrados, 190 colores y mucha esperanza de que las cosas cambien.
Bajo el duro sol de la tarde de sábado, pocos adultos se ven en las calles de este barrio de Pachuca. Pero el calor parece no molestarle a estas niñas de 6 y 10 años, las primeras en llegar al lugar en donde pintarán máscaras que usarán al ser nombrados “guardianes” de sus calles.
La semana anterior pintaron macetas que ahora adornan algunas ventanas de las casas de la colonia. Antes ya habían lanzado globos de cantoya junto con los integranes del colectivo Germen Crew, los reorganizadores de la vida del barrio.
“Las personas a las que más tomamos en cuenta son a los niños. Las personitas más importante de esta colonia y para los cuales Germen está sambrando la semilla”, dice a CNNMéxico Enrique Gómez, Mibe, uno de los líderes de German Crew de jóvenes por expertos en el grafiti y arte urbano
“Hacemos talleres culturales y actividades manuales con los niños para que al final nosotros les dejemos los títulos de propiedad de los murales. No a los papás. Esos niños van a ser los guardianes de esta colonia. Van a mantener la creatividad de Palmitas”, explica Mibe.
Globos de Cantoya en Palmitas Les compartimos la experiencia en el taller de Globos de Cantoya en Palmitas #GermenCrew #GermenNuevoMuralismo#Macromural #PalmitasPosted by Germen Nuevo Muralismo Mexicano on Jueves, 13 de agosto de 2015
El Palmitas rojo
Hasta principios de año, Palmitas era como cualquier colonia que crece desordenada por las laderas de un cerro. A los problemas de servicios y desarrollo urbano —como la falta de espacios de recreación— se sumó la violencia de los jóvenes que la habitaban.
Desde hace años, el barrio se dividió en dos grupos, los gatos y los pichoneros, cuyos jóvenes, incluso, ya ni recuerdan por qué surgió la enemistad que los hacía pelear cada noche, según cuentan los vecinos.
“Había muchos pleitos de jóvenes de allá abajo. Cada que se peleaban ellos subían hasta acá y agarraban piedras de donde fuera”, dice Silvia, una vecina de la parte alta de Palmitas. Y en cambio Juana, de la parte de abajo, asegura que los problemas "eran de arriba”.
Entre los empinados pasillos y callezuelas de la colonia viven 1,808 personas en 209 casas, según el censo que hizo el gobierno federal en 2013, cuando las autoridades decidieron intervenir en Palmitas como un proyecto de prevensión de la violencia.
La mayoría de las 450 familias son de hogares monoparentales, con jóvenes que no estudian ni trabajan, embarazos adolescentes, deserción y bajo nivel escolar y un espacio público deteriorado, explica Eunice Rendón, encargada de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana (SPPC) de la Secretaría de Gobernación.
Al inaugurar el mural este lunes, el presidente Enrique Peña indicó que el índice de violencia en la zona logró reducirse un 34% , según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y que esto representa un incremento cuatro veces superior a lo que ha disminuido la violencia y la delincuencia en otras partes del país.
Del blanco al color
El gobierno federal emprendió el proyecto en Palmitas en 2014 con un presupuesto de 5 millones de pesos, y se busca que este modelo sea la base para intervenir otros lugares del país, a partir de un diagnóstico que identifique los factores de riesgo de violencia para una comunidad.
La necesidad de un cambio de este tipo en Pachuca es tan cercana, como la calle de enfrente de Palmitas. Desde Cubitos, la colonia vecina, hay habitantes como Ernestina, quien confiesa que sí se siente "envidia" de la transformación que han visto en seis meses.
Palmitas, Cubitos, Felipe Ángeles y La Raza son las colonias en las que tiene planeado intervenir la Subsecretaría de Participación y Prevención Ciudadana. Para el piloto de Palmitas, el gobierno federal contrató al colectivo Germen Crew, que encabeza las acciones de convivencia para saber cuáles eran los colores del barrio.
“En el mundo, México es percibido de color rojo, un punto rojo, sangre, digamos. Nosotros lo que llegamos a hacer a Palmitas es aplicar blanco a ese punto rojo para hacer armonía”, afirma Mibe, quien creció en la zona conurbada de la Ciudad de México en donde aprendió a hacer grafiti.
Con la colaboración de la empresa de pinturas Comex, el colectivo pintó primero de blanco toda la colonia. “Había vecinos que decían con el blanco ‘ay, yo quiero que se quede así la casa”, recuerda Mibe.
Casi toda la comunidad logró la integración que hacía mucho no tenían. Todos participaron de alguna manera. “No podemos abrir una cubeta de pintura sin que alguien la agarre de la base. Y por eso hablamos con los vecinos”, dice el miembro del colectivo.
Omar es uno de los 14 jóvenes de Palmitas que cambiaron las agresiones por la brocha. “Antes nos señalaban como adictos o alcohólicos… Pintar nos acercó a los vecinos”, explica.
Y en todo ello, los niños fueron de los primeros en llenarse de pinturas las manos. Más de 20,000 litros de pintura cambiaron el color del barrio.
Muchas gracias! por todo su apoyo y Comentarios
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— Germen (@GermenMuralismo) agosto 4, 2015
¿Cubrir los problemas?
Las autoridades dicen que, desde que inició la intervención en Palmitas, han detectado una reducción de la incidencia delictiva. Entre los vecinos, Silvia dice que “sí se han calmado un poco los problemas”.
Pero la encargada de la Subsecretaría de Prevensión y Participación Ciudadana asegura que este tipo de proyectos contra la violencia va más allá de pasar el rodillo por las fachadas para luego irse del lugar.
“Aquí, nosotros vemos lo físico, la pinta de mural, que es un cambio muy importante para el barrio, pero lo más importante en el proceso de prevención es todo lo que se trabaja con la comunidad”, dijo Rendón.
“Las redes comunitarias que hemos venido haciendo aquí, sobre todo los procesos de mediación para enseñar a la gente a arreglar sus problemas de forma pacífica”, han sido uno de los primeros logros que han tenido con este proyecto.
En la parte artística aún falta que los miembros de Germen Crew pinten la historia del barrio en las calles. Uno de los personajes, es doña Jose, una de las matriarcas de Palmitas, que está pintada en un mural en una de las entradas de la colonia.
El siguiente paso es apoyar a los habitantes para que su llamativa colonia atraiga turismo. Varios jóvenes recibirán una beca para recibir cursos en turismo y gastronomía del Tecnológico de Monterrey, pero desde ahora, ya están llegando los turistas a Palmitas.
“Lo que yo veía en las redes sociales eran fotos, pero subiéndote a las calles y andando por ellas te das cuenta de la combinación de los colores y los detalles”, dijo Eduardo Gómez, visitante de la Ciudad de México y aficionado a la foto urbana.
Y para Mibe, lo principal es que los habitantes de Palmitas, y principalmente los niños, han comenzado a recuperar las calles que antes le causaban miedo.
“Al principio nadie sonreía en la calle, y hoy tenemos millones de sonrisas. Este proyecto le está dando una plusvalía a los millones de pesos”, dice el artista.
“No es un derecho acostumbrarse a lo malo. La desigualdad, los factores de riesgo, no es algo normal. La gente se empieza a acostumbrar, pero no es posible. Entonces tenemos que enseñarles a transformar y a tomar el espacio público para romper esquemas.”
Germen Crew está preparando un documental, y un avance muestra cómo cambió en pocos meses el rostro de Palmitas.