Muerte en Acapulco: Así es la vida en la ciudad más peligrosa de México
Acapulco, Guerrero, en la costa del Pacífico mexicano, es un puerto renombrado por su atractivo turístico... y por la violencia que ha hecho de esta ciudad una de las más peligrosas del mundo.
Este municipio —con casi 800,000 habitantes— pasó de ser un destino paradisiaco y pacífico , a ser una de las plazas más disputadas por cárteles de la droga y, de acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Paz Penal, la tercera ciudad más violenta del mundo, sólo detrá de Caracas, Venezuela, y de San Pedro Sula, Honduras.
Según cifras de un informe presentado a inicios de año por esta organización , de 2011 a 2014 la tasa de homicidios dolosos en Acapulco superó a la de todo el estado, siendo 2012 el año más crítico pues fue 112% más alta que la del estado.
La estadística reportada por el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Nacional de Pública indica que en lo que va del año hasta el último corte disponible (septiembre), en Acapulco se han registrado 872 homicidios, de los cuales 488 fueron cometidos de manera dolosa (intencional) con arma de fuego.
Aprender a vivir a pesar del miedo y tomar precauciones como no deambular por las calles de noche e identificar las zonas con más alta incidencia delictiva, es la forma en la que se vive a diario en Acapulco. A continuación te presentamos algunas historias que reflejan la violencia en este puerto.
'Sin abasto para levantar cadáveres'
Hace mes y medio, Andrea logró su cambio de adscripción del Servicio Médico Forense (Semefo), donde laboró por 23 años, a una clínica de los Servicios de Salud estatal. Cuatro años atrás, decidió estudiar Enfermería para olvidarse de los asesinatos que todos los días salía a atender a la calle para hacer levantamiento de cadáveres.
“En un abrir y cerrar de ojos, Acapulco ya es otro. Todavía recuerdo que cuando entré, hace 23 años, los médicos y el personal se peleaba por hacer las necropsias, se peleaban por los muertos, pero ahora ya no nos damos abasto. Nadie se imaginó que se iba a poner así, antes era bien tranquilo”, relata Andrea a CNNMéxico.
'No me meto en problemas'
Ser policía en Acapulco es todo un reto, incluso si solo se es agente vial, al menos así lo expresa un elemento —que por temor omitió revelar su nombre—, quien platica que su esposa le ha pedido muchas veces que busque otro empleo.
“Ya estoy grande, ya no soy un chamaco que puedo encontrar afuera, otro trabajo. Yo nada más salgo a la calle para agilizar el tráfico, no me meto en problemas ni nada”, dice, mientras mantiene su mirada fija en la avenida y el ir y venir de los automóviles.
El año pasado, los policías y agentes viales municipales mantuvieron un paro laboral de 11 meses para exigir un bono, servicio médico y un seguro de vida por los riesgos que implica su labor. En julio, un grupo de policías estatales, algunos adscritos al puerto de Acapulco, iniciaron otro paro con la intención de exigir mejoras salariales.
'No salgo en la noche'
Vivir en la ciudad más violenta de México y la tercera a nivel mundial ha obligado al sector hotelero a “andar con cuidado” en el Puerto, acepta el director de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco (Aheta), Héctor Pérez Rivero.
“Tengo miedo, no salgo en altas horas de la noche, procuro hacer mi vida lo más simplificada posible y no porque tenga miedo por hacer algo, simplemente para no estar en el lugar y hora equivocada”, señala.
Por su parte, Elvia Zavala, gerente de uno de los hoteles de cinco estrellas más importantes en Acapulco, admite que toma sus precauciones para no recorrer zonas identificadas como violentas.
“Depende dónde te metas, como en muchos lugares que te dicen como turista que no salgas de la zona turística (...) Como ciudadana, sé hasta dónde son mis alcances, hasta dónde puedo disfrutar un fin de semana en Acapulco, es estar alerta a no inmiscuirse en situaciones que provoquen un conflicto a futuro”, explica.
Y no solo estos sectores sociales, parece que nadie escapa al impacto de la inseguridad en Acapulco. Así lo vivió el gobernador Héctor Astudillo, quien a una semana y media de asumir el cargo, el pasado 17 de octubre, presenció una balacera a raíz de la cual una persona murió y dos de sus escoltas resultaron heridos.
El alza de la violencia en esta ciudad se dio desde marzo de 2015, cuando fue detenido Víctor Aguirre, quien fuera líder del Cártel Independiente de Acapulco, lo que provocó luchas internas por la disputa de la plaza, entre el cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa con los grupos delictivos locales que comenzaron a multiplicarse.
Los responsables de esos crímenes son muchas veces jóvenes sicarios , algunos incluso menores de edad, que portan armas cortas y se transportan en motocicletas y automóviles de bajo perfil.
El diagnóstico del municipio señala que la mayoría de los hechos violentos y asesinatos se registran en la periferia, parte alta y al poniente de Acapulco, en colonias como Renacimiento, La Zapata, Coloso, La Laja, Mozimba y La Jardín.
Cerca de esos puntos, se ha vuelto común que se descubran fosas clandestinas con cadáveres, que de acuedo con las autoridades son producto de la violencia entre los cárteles.
Afectación económica
El clima de violencia en Acapulco ha provocado hasta el momento el cierre de al menos 600 comercios, tiendas departamentales y restaurantes.
El dirigente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Servitur) en este puerto, Raúl Iracheta, añadió que a esta problemática se suman las crisis generadas por los maestros opositores a la reforma educativa, el caso Ayotzinapa —con sus respectivos cierres carreteros que impiden la llegada de turistas— y las afectaciones las tormentas Ingrid y Manuel, en 2013.
De acuerdo con este organismo, dichos cierres y la caída en el arribo de visitantes han dejado este año una pérdida superior a los 300 millones de pesos.
“Esto lo tenemos arrastrando desde 2012 que se agravó la inseguridad. Desde estos acontecimientos, han cerrado más de 600 comercios en Acapulco y de giros que son de servicios, restaurantes, comercios, de todo. Aquí la cuestión es que ha caído el turismo y no hay nada para nadie”, dijo.