De lo #viral a lo masivo
Las calles de la Ciudad de México están llenas de jóvenes tras el sismo del 19 de septiembre, que sembró con edificios derrumbados a esta capital, de norte a sur.
Para los capitalinos, los sismos son parte de la vida en esta ciudad, pero para los de menor edad, uno como el ocurrido también un 19 de septiembre, pero de 1985, era solo una leyenda contada por padres, tíos y abuelos en los domingos familiares. Ahora, a su generación le tocó una experiencia de este tipo que la dejará marcada.
Aprovechando que no hay clases, los veinteañeros salen de sus casas para aprender una lección de vida: México unido.
Cada cual busca la mejor forma para poner su experiencia, sus herramientas o su simple voluntad de ayuda al servicio de las tareas de rescate, remoción de escombros, limpieza, organización de cuadrillas, atención a brigadistas, donación y distribución de víveres... todos quieren poner su ‘granito de arena’ y son tantos que tienen que hacer filas en espera de poner manos a la obra.
Mientras esperan, entonan el “piensa, oh patria querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio” o el “cielito lindo”, o arman oraciones colectivas en cualquiera que sean sus creencias, sin permitir que los ánimos sucumban ante la tragedia.
En medio del ajetreo, estos rostros sudorosos y rojos por el sol nos cuentan cómo contribuyen a que su país se ponga de nuevo de pie.