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Un café con diseño mexicano

Cielito café rescata el valor estético de la cultura popular latinoamericana y la reinventa; el diseño de esta cadena mexicana está inspirado en la calidez latina y en los colores típicos.
sáb 25 diciembre 2010 06:00 AM
Cada unidad tiene su propia identidad, pero al mismo tiempo conserva los elementos ejes del concepto. Las gráficas e ilustraciones están hasta en los empaques. (Foto: Cortesía Cielito Café)
Cielito Café (Foto: Cortesía Cielito Café)

Cielito Querido Café es una nueva y creciente cadena de cafés de origen mexicano que no copia fórmulas ya probadas, sino que tiene su propia propuesta, inspirada en la calidez latina: reinterpretar la cultura popular y rescatar la tradición del café de barrio.

Este año, la firma abrió sus primeras tres unidades en el Distrito Federal (Parque Duraznos, Parque Delta y Plaza Universidad) y pretende penetrar el mercado mexicano con un plan de crecimiento agresivo y ordenado. “No queremos un Cielito en cada esquina. Queremos uno en cada barrio”, afirman sus creadores.

Las tres cafeterías son distintas entre sí, pero se basan en el mismo concepto. Este año esperan abrir 10 unidades con una inversión aproximada de 3 a 5 millones de pesos por tienda, con un retorno estimado en cinco años. El modelo de negocio no se puede sustentar únicamente en las primeras 10 sucursales, explica Santiago Alanís, uno de los socios del proyecto.

La cadena de café está inspirada en el juego, la alegría de los colores, el simbolismo y el grafismo ilustrado de fines del siglo XIX y principios del XX.

La marca de los rotulistas latinoamericanos en conjunto con la tipografía de los productos de las antiguas tiendas de ultramarinos y tiendas de raya, generan un lenguaje gráfico.

El nombre rescata el valor estético de la cultura popular y la reinventa en un estilo ‘neo-retro’.

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Diego Landa, vocero de la firma, explica que al generar un entorno bohemio y casual se pretende transmitir a un centro comercial el espíritu de la capitalina colonia Condesa.

En la cafetería se funden los estilos tipográficos de las épocas coloniales francesa y española, con los simbolismos de la Latinoamérica moderna y la publicidad de las tiendas departamentales de los 50. Eso contrasta con el lenguaje de los mercados y las misceláneas.

La integración de estos elementos da un producto actual con referencias latinas, pero con una “estética universal”, dice Landa.

El diseño del concepto y del lenguaje visual estuvo a cargo de Ignacio Cadena, fundador y director creativo de Cadena+Asociados Branding, un taller creativo que desde hace más de 15 años se ha enfocado al diseño de conceptos desde una perspectiva multidisciplinaria.

Su trabajo representa conceptos visuales extraídos de ambientes urbanos y medios de comunicación modernos.

Héctor Esrawe, al frente del despacho homónimo, estuvo a cargo del interiorismo y el diseño industrial.

“Nos dimos a la tarea principal de buscar una identidad e imagen propia, que hablara de nuestro país con total libertad, tanto en el desarrollo del concepto como en el diseño”, afirma Esrawe.

El diseñador argumenta que el concepto no sufrió modificación alguna “del render ejecutado a la realidad”. Aunque reconoce que desconocía “por completo el resultado que se iba a lograr con rasgos 100% mexicanos”.

Su firma generó el armado total del diseño, desde el mobiliario hasta el empaque del producto más pequeño, explica.

La naciente cadena Cielito Querido Café fue reconocida por el portal londinense We Heart, una división de The Future Laboratory, especializado en encontrar nuevas propuestas de diseño alrededor del mundo.
 
Apenas el principio
Según Alanís, el plan es que la cadena abra al menos 10 sucursales por año, a nivel nacional. Su objetivo es llegar primero a las grandes metrópolis, como Monterrey y Guadalajara.

“Es un plan de crecimiento agresivo, contundente y correcto, apoyándonos de esta manera por completo en el diseño”, agrega Alanís.

El diseño de interiores refuerza el modelo de negocio, por lo que utiliza elementos modulares para hacer más eficiente la operación.

El mobiliario es sencillo y simple en su diálogo con el consumidor, pero también transmite cierta complejidad y modernidad.

Este concepto apela a un sentido de nostalgia, conectando a las nuevas generaciones con el pasado a través de la utilización de los materiales, colores vivos y el juego de luz y sombras de la iluminación, con el fin de transmitir el sabor, la temporalidad, la calidez y el refugio del concepto de ‘café de barrio’.

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