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OPINIÓN: Facebook ayuda a dar poder a Trump… y a sus rivales

Los desafíos que conlleva el auge de Facebook como fuente principal de noticias se amplifican tras las primeras semanas de actividad política agresiva de la administración de Trump.
jue 16 marzo 2017 12:30 PM
Trump
Trump Cuando los actos del equipo de Trump se refractan a través de Facebook, la euforia o la ira de los usuarios se amplifican aún más. (Foto: KEVIN LAMARQUE/REUTERS)

Nota del editor: Ramesh Srinivasan es profesor asociado de la UCLA, director del Laboratorio de Culturas Digitales de la Universidad de California y autor del libro Whose Global Village? Rethinking How Technology Shapes Our World. Síguelo en Twitter: @rameshmedia . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — ¿Cómo es que Donald Trump puede hacer afirmaciones falsas constantemente y conservar a sus simpatizantes? De muchas formas, porque Facebook se ha vuelto una de las principales fuentes periodísticas para el público estadounidense. Más del 65% de los usuarios de Facebook en Estados Unidos (el 44% de los adultos de ese país) tienen acceso a las noticias a través de la plataforma del gigante de las redes sociales. Ese grupo supera por mucho a los lectores de los principales medios de comunicación, tales como el New York Times o el Washington Post.

Además, hay pruebas que indican que los grupos políticos conservadores y los consultores siguen usando esta plataforma para entrar en contacto con los usuarios con base en perfiles psicológicos. En consecuencia, muchos usuarios reciben contenidos específicos en vez de que les presenten una amplia gama de puntos de vista.

Particularmente el equipo de Trump ha aprovechado el auge de Facebook como plataforma favorita de los estadounidenses para enterarse de las noticias. Al recabar gran cantidad de información sobre los electores estadounidenses, entrar en contacto con ellos a través de anuncios y aprovechar los algoritmos de Facebook, la maquinaria de Trump ha podido influir considerablemente en la difusión de la información en las redes sociales.

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nullEn otras palabras, los usuarios de Facebook reciben publicaciones patrocinadas, creadas con datos recopilados tanto en Facebook como a través de corredores de información que llevan registro de nuestros datos personales y los venden. Cambridge Analytica, una empresa de análisis de información que cuenta con Steve Bannon, asesor de Trump, entre los miembros de su consejo de administración, presumió con orgullo que es capaz de predecir la conducta de los electores al cruzar los datos de Facebook con otros datos comprados a corredores de datos gracias a las leyes relativamente laxas sobre privacidad de los datos personales en Estados Unidos.

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En una declaración para el sitio Motherboard , un portavoz de Cambridge Analytica negó que la empresa haya influido en los resultados electorales. "Cambridge Analytica no se involucró en labor alguna para desanimar a los estadounidenses de dar su voto en las elecciones presidenciales", según la empresa. "Sus esfuerzos se dirigieron exclusivamente a incrementar la cantidad de electores participantes".

Aunque los mercadólogos han promovido estas técnicas en campañas comerciales, su aplicación en el ámbito de la política nacional indica un cambio importante y preocupante.

Por ejemplo: según Bloomberg, el equipo de campaña de Trump usó publicaciones ocultas en Facebook para influir en los electores afroestadounidenses en el barrio haitiano de Miami. Estas publicaciones (anuncios parecidos a las publicaciones de la sección de noticias) les recordaron a los electores los fracasos de la Fundación Clinton en Haití y a los comentarios que hizo Hillary Clinton en 1996, refiriéndose a algunos jóvenes negros como "superdepredadores". La clave de estas publicaciones específicas no solo fue el perfil demográfico del usuario de Facebook, sino la decisión de cuál publicación influiría mejor según el perfil psicológico.

Además, Alexander Nix, director ejecutivo de Cambridge Analytica, dijo en entrevista con Motherboard que tienen una gran cantidad de información para hacer perfiles de los usuarios. "Hemos analizado la personalidad de todos los adultos de Estados Unidos de América: 220 millones de personas", agregó Nix.

Una revolución en la forma de enterarse de las noticias

Es por esto que nuestra experiencia noticiosa se ha alterado. Las redes sociales y los algoritmos invisibles que les dan forma determinan el contenido que se selecciona y se nos presenta. La selección de noticias, su contexto y las opiniones que generan están determinados por nuestros "amigos" en Facebook, quienes suelen tener las mismas opiniones políticas que nosotros.

Los problemas de la selección de algoritmos son mucho menos evidentes. Facebook decide qué publicaciones vemos y cuáles no. Como argumenté en mi nuevo libro, cuando un algoritmo refuerza cierta postura política o cultural y oculta otras, se hace más difícil respetar o aprender de los demás.

Los desafíos que conlleva el auge de Facebook como fuente principal de noticias se amplifican tras las primeras semanas de actividad política agresiva de la administración de Trump. Varios decretos relativos a la frontera con México, a las prohibiciones migratorias y a los oleoductos Keystone y Dakota dan prominencia a temas que ya causaban divisiones.

Cuando los actos del equipo de Trump se refractan a través de Facebook, la euforia o la ira de los usuarios se amplifican aún más. La opinión pública está más dividida que nunca, exaltada por la forma en la que se describen y se retratan estos temas políticos en sus muros de Facebook. Cuando los medios principales tratan de desmentir las historias (como cuando Trump afirmó que Obama había intervenido sus comunicaciones —afirmación de la que se retractó— o cuando afirmó que perdió el voto popular por un fraude electoral), la administración los rechaza rápidamente y los tacha de partidistas o, peor aún (y en las propias palabras de Trump), de "enemigos del pueblo estadounidense".

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En un entorno político como este, se dificulta aún más entender una postura distinta a la nuestra o encontrar una forma serena y racional de alejarse de la histeria que genera. Envalentona tanto a Trump que puede decir que "la opinión pública ya no les cree [a los medios]… y tal vez yo tuve algo qué ver con eso".

Presionar a Facebook para que lo haga mejor

Tenemos que hacer más para defendernos. El 25 de enero, Facebook anunció que modificaría su algoritmo de tendencias para promover noticias verificadas en vez de promover únicamente los artículos populares en un círculo social. Aunque esto es bueno, la opinión pública estadounidense puede hacer más para presionar a Facebook para que haga cambios importantes y para que desarrolle estrategias para superar la crisis actual.

Primero, podemos pedir a las empresas de redes sociales que los filtros y las opciones relacionadas con los algoritmos más importantes, los que moldean la interacción, sean más transparentes y comprensibles. No me refiero a que publiquen códigos patentados, sino que expliquen a los usuarios cómo se seleccionan los contenidos que ven en Facebook. Más específicamente, Facebook puede explicar qué contenidos se eligen según la ubicación, la cantidad de amigos en común o la similitud de las publicaciones. Puede ayudar a que los usuarios entiendan cómo es que el algoritmo selecciona una de varias opciones diferentes para que cierta información determinada se pueda ver en nuestra sección de noticias.

nullEn segundo lugar, debemos dar a los usuarios la oportunidad de elegir entre diferentes tipos de información, ya sean noticias compartidas por personas ajenas a sus círculos sociales u opciones de aplicación de filtros para las noticias que ven en Facebook. Esos filtros permitirían que los usuarios determinaran las partes del mundo de las que quieren recibir información y el rango de opinión política que quieren ver.

En tercer lugar, podemos retomar una costumbre que caracterizó a la red desde un principio: las búsquedas indefinidas. Las redes sociales pueden desarrollar herramientas que permitan la visualización de la credibilidad de las noticias, lo que permitiría que los usuarios busquen contenidos dentro y fuera de su círculo social inmediato.

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Por ejemplo: Facebook podría mostrar publicaciones de usuarios que no pertenecen a su círculo de amigos o dar al usuario herramientas para buscar en las redes de otras personas, siempre y cuando tengan permiso para hacerlo. Incluso podrían desarrollar interfaces que permitan que los usuarios busquen publicaciones de ciertos temas desde puntos de vista, lugares y culturas diferentes.

De igual forma, debemos seguir pensando en lo que pasará a largo plazo, en cómo desarrollar nuestra educación política en nuestros sistemas educativos y sociales. Esto implicaría aprender a evaluar, analizar y reconocer la diferencia de credibilidad entre diferentes fuentes de información. Requiere no solo pensar que un trozo de información es infalible, ya sea en Facebook o en un medio tradicional, y analizar el contexto y la intención de la noticia.

Abrir la caja negra

Aunque las cadenas noticiosas más grandes del mundo son empresas privadas, deberían de rendir cuentas a la opinión pública. Tenemos derecho a exigir noticias justas y honestas. En el entorno noticioso actual, debemos presionar a nuestros medios noticiosos para que cuenten historias que respeten las perspectivas de las comunidades diversas sobre las que hablan.

Ahora que Facebook es nuestra principal vía a la información, con casi 1,800 millones de usuarios en todo el mundo, también debe rendir cuentas a la opinión pública y no solo a sus accionistas. Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Facebook, manifestó justificadamente su preocupación por los decretos de Trump. Sin embargo, tiene que entender que su empresa no es solamente una entidad privada, sino una importante fuente pública de noticias y por lo tanto tiene que pensar en su intervención en la llegada de Trump al poder .

No tenemos más remedio que controlar la confianza ciega que tenemos en las plataformas de redes sociales que definen cada vez más a internet. Para ello, no solo debemos presionar a estas empresas a que abran las cajas negras que contienen la información que nos une y nos divide, sino que también debemos reconocer que Facebook, tal como está ahora, nos divide más de lo que nos une, política y culturalmente.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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