Una plaga de caracoles gigantes amenaza los cultivos en Florida
Florida, un estado ya amenazado ya por sumideros, tiene ahora un nuevo terror: caracoles que alcanzan el tamaño de una rata.
Como algo salido de una película Clase B de la década de 1950, estos caracoles gigantes africanos se la pasan comiendo algunas cosas sorprendentes, entre ellas estuco, botes de plástico reciclado, señalamientos y más de 500 especies de plantas, según el Departamento de Agricultura de Florida.
Sus conchas de calcio cuentan con puntiagudos bordes que son lo suficientemente afilados como para ponchar los neumáticos de los vehículos que pasan sobre ellos.
La vocera del Departamento de Agricultura, Denise Feiber, dice que las amenazadoras criaturas también portan un parásito humano llamado parásito de pulmón de rata, que es una forma de meningitis y que es potencialmente mortal.
Hasta ahora, no se han reportado casos en personas en Florida, dice Feiber. Sin embargo, algunos caracoles gigantes africanos capturados en el estado han portado el parásito.
Los caracoles están aislados en la zona del Condado Miami-Dade, dice Feiber. Los expertos no saben con precisión cómo es que fueron introducidos por primera vez en Estados Unidos. Se cree que pudieron haber llegado a través del equipaje de los viajeros que llegan. O algunos de ellos podrían, intencionalmente, haber sido llevados al país como mascotas y luego haber sido puestos en libertad.
Los caracoles tienen otro rasgo en común con las ratas: pueden multiplicarse muy rápido, y crecer hasta ser adultos en un año, dice Feiber. Los caracoles pueden producir hasta 1,200 huevos por año, y pueden vivir hasta nueve años.
Desde que agentes agrícolas descubrieron la invasión del caracol en 2011, los cazadores han recogido más de 117,000 de esos animales. Los agentes tienen la esperanza de evitar un escenario que sería el peor de los casos: que los caracoles pongan en peligro los cultivos estatales.
Algunos países, como Ecuador y Barbados, se han quedado sin recursos para luchar contra estos bichos, dijo Feiber.