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China, el basurero electrónico del mundo que, ¿amenaza al planeta?

Aproximadamente el 70% de los desechos electrónicos generados a nivel mundial terminan en este país, de acuerdo con la ONU
mar 11 junio 2013 11:17 AM

¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con tu vieja laptop o teléfono celular cuando lo tiras a la basura?

Es probable que algunos de esos electrónicos viejos termine en China.

Según un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), "China parece ser ahora el mayor vertedero de desechos electrónicos en el mundo".

En la basura electrónica, o e-waste, hay de todo, desde televisores, refrigeradores y sistemas de aire acondicionado hasta esa vieja computadora de escritorio que puede acumular polvo en tu closet.

Muchos de estos gadgets inicialmente fueron fabricados en China. Debido a un extraño giro en la economía global, gran parte de esta basura electrónica regresa a morir al país asiático.

"De acuerdo con los datos de la ONU, aproximadamente el 70% de los desechos electrónicos generados a nivel mundial terminan en China", dijo Ma Tianjie, un vocero de la oficina en Beijing de Greenpeace.

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"Gran parte de ellos llega a través de canales ilegales debido a que bajo las convenciones de la ONU, existe una prohibición específica en que los desechos electrónicos sean transferidos de países desarrollados como Estados Unidos a países como China y Vietnam".

Durante la última década, la ciudad de Guiyu en el sureste de China, situada en la principal zona de fabricación de China, ha sido un centro importante para la eliminación de desechos electrónicos. Aquí cientos de miles de personas son expertos en el desmantelamiento de la basura electrónica del mundo.

Aparentemente, en cada calle los trabajadores se sientan en el pavimento afuera de los talleres mientras arrancan las entrañas de electrodomésticos con martillos y taladros. Los caminos en Guiyu están llenos de paquetes de plástico, cables y otros desechos. Los componentes son separados de acuerdo a su valor y potencial para ser revendidos.

En una calle se encuentra una pila de placas verdes y doradas de circuitos. En otra, las cajas metálicas de computadoras de escritorio. 

En ocasiones, parece que los trabajadores arrancan una cosecha gigante de plástico, especialmente cuando las mujeres se paran en las carreteras y examinan "campos" de chips plásticos que llegan hasta los tobillos.

En un taller, los hombres cortan sacos de estos chips plásticos, que después vierten en grandes tinas de fluido. Luego utilizan palas y sus propias manos para remover esta mezcla sintética.

"Vendemos este plástico a Foxconn", dijo uno de los trabajadores, refiriéndose a la empresa taiwanesa que fabrica productos para muchas empresas globales de electrónicos, incluidas Apple, Dell y Hewlett-Packard.

Un trabajo sucio y peligroso

Esta puede ser una de las mayores operaciones informales de reciclado en el mundo para desechos electrónicos. En el garaje de una familia, los trabajadores parecían especializarse en clasificar plástico de viejos televisores y automóviles en cestas diferentes. "Si este vaso de plástico tiene un agujero, lo tiras", dijo un hombre que dirigía la operación, mientras señalaba una taza de plástico rosa. "Lo tomamos y lo revendemos".

Pero reciclar en Guiyu es un trabajo sucio y peligroso. "Cuando el reciclaje se hace apropiadamente, es algo bueno para el medio ambiente", dijo Ma, el vocero de Greenpeace en Beijing.

"Al hacerlo de forma primitiva como lo hemos visto en China, es altamente devastador para el medio ambiente local".

Según el informe de abril de 2013 de la ONU, E-Waste in China (Desechos Electrónicos en China), Guiyu sufrió una "catástrofe ambiental" como resultado de la industria de eliminación de desechos electrónicos a gran escala que hay en el área.

Gran parte de la contaminación tóxica se produce por las placas de circuitos, plástico y cables de cobre que se queman, o porque las lavan con ácido hidroclórico para recuperar metales valiosos como el cobre y el acero. Este proceso contamina a los trabajadores y al medio ambiente con metales pesados tóxicos como el plomo, berilio y cadmio, al mismo tiempo liberan cenizas de hidrocarburos en el aire, agua y tierra, de acuerdo con el informe.

Para los que visitan Guiyu por primera vez, el aire les deja una sensación de ardor en los ojos y la nariz.

Tecnología tóxica

Los estudios realizados por el Colegio Médico de la Universidad Shantou, en China, reveló que muchos niños examinados en Guiyu tenían niveles de plomo más altos de lo normal en su sangre, lo que puede impedir el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso central.

Montones de chatarra tecnológica han sido tirados en un campo de lodo justo afuera de la ciudad. Allí, los búfalos pastan y se empapan en estanques rodeados de montones de componentes electrónicos con etiquetas que dicen Hewlett-Packard, IBM, Epson y Dell.

Los enormes animales casualmente pisoteaban montones de vidrios, que claramente habían sido retirados de monitores de video.

Las pantallas planas a menudo utilizan mercurio, un metal altamente tóxico.

"Las liberaciones de mercurio pueden ocurrir durante el desmantelamiento de equipo como las pantallas planas", escribió Greenpeace en un informe titulado Toxic Tech (Tecnología tóxica). "La incineración o depósito en vertederos también puede resultar en liberaciones de ese metal al medio ambiente… que pueden bioacumularse y biomagnificarse en altos niveles en las cadenas alimentarias, particularmente en los peces".

La mayoría de los trabajadores en Guiyu involucrados en el negocio de los desechos electrónicos son migrantes de regiones necesitadas en China y con una educación pobre. Muchos de ellos minimizaron el daño potencial que la industria podría causar a su salud.

Pidieron que solo se utilizaran sus apellidos, para proteger su identidad.

"Por supuesto que no es saludable", dijo Lu, una mujer que rápidamente clasificaba fragmentos de dispositivos como teclados de computadora, controles remotos, incluso, mouses de computadora. Junto con sus colegas quemaban plástico con encendedores y sopletes para identificar diferentes tipos de material.

"Pero hay familias que han vivido aquí durante generaciones… y hay poco impacto en su salud", añadió.

Varios migrantes dijeron que aunque el trabajo es difícil, les da más libertad que trabajar en fábricas donde los niños no pueden entrar a los locales y tienen horarios estrictos.

Solía ser peor...

A pesar de que la degradación ambiental y los gases tóxicos permean el aire, muchos en Guiyu dijeron que las condiciones han mejorado dramáticamente con el paso de los años.

"Recuerdo que en 2007, cuando vine por primera vez aquí, había una inundación de basura", dijo Wong, un hombre de 20 años que transportaba montones de desechos electrónicos en una motocicleta con un remolque enganchado a ésta.

"Antes las personas lavaban metales, quemaban cosas y eso dañaba gravemente sus pulmones", añadió Wong. "Pero ahora, las autoridades se han puesto más estrictas".

Pero los residentes que no trabajaban en el negocio de los desechos electrónicos ofrecían un punto de vista muy diferente sobre la contaminación en Guiyu.

Un grupo de agricultores que había migrado de la provincia vecina de Guangxi para cultivar arroz en Guiyu dijo a CNN que no se atrevían a beber el agua del pozo local.

Afirmaban que si intentaban lavar ropa y telas como sábanas o toallas se volvían amarillas al contacto con el agua.

El jefe del grupo, quien se identificó como Zhou, tenía otra confesión impactante.

"Puede sonar lindo, pero no nos atrevemos a comer el arroz que cultivamos porque es sembrado aquí con toda la contaminación", dijo Zhou, mientras señalaba el campo de arroz empapado a su lado.

Cuando le preguntaron quién comía el arroz cosechado, Zhou respondió: "¿Cómo podría saberlo? Se vendió mucho… no se atreven a etiquetarlo como 'cultivado en Guiyu'. Escribirán que es de otro lugar".

No es de sorprenderse si consideramos que el escándalo alimentario más reciente que golpeó al país a principios del mes pasado fue el arroz con cadmio añadido. Los funcionarios en la ciudad Guangzhou, aproximadamente a 400 kilómetros de Guiyu, encontraron niveles altos de cadmio en el arroz y productos hechos a base del cereal. Según la Dirección de Alimentos y Medicamentos de la ciudad , las muestras tomadas de un restaurante local, un vendedor de comida y dos comedores universitarios mostraron altos niveles de cadmio en el arroz y los fideos.

Los funcionarios no especificaron cómo entró el alimento contaminado a los suministros de la ciudad.

CNN hizo varios intentos para contactar al alcalde de Guiyu. Los funcionarios del gobierno no quisieron comentar sobre el tema de los desechos electrónicos y colgaron el teléfono.

Sin embargo, parece que los esfuerzos del gobierno para restringir las importaciones de desechos extranjeros reducen el flujo de basura electrónica en el lugar.

"¿Por qué impiden que la basura llegue a nosotros?", preguntó un hombre que dirigía un taller de clasificación de plástico. "Por supuesto que daña a nuestro negocio", añadió.

Los desechos electrónicos locales aumentan

El gobierno chino tuvo algo de éxito al regular la eliminación de desechos electrónicos con un "Programa de Descuento en Nuevos Electrodomésticos al Entregar los Viejos", que fue probado desde 2009 hasta 2011.

Con la ayuda de generosos subsidios del gobierno, el programa recolectó decenas de millones de electrodomésticos obsoletos, según la ONU.

Incluso si las autoridades chinas tienen éxito en la limitación de suministros de contrabando de basura extranjera, la ONU advierte que el país rápidamente genera su propio suministro de desechos electrónicos.

"La producción local de desechos electrónicos aumenta rápidamente como resultado del desarrollo tecnológico y electrónico", reportó la ONU. Citó estadísticas que muestran un aumento exponencial en las ventas de televisores, refrigeradores, lavadoras, aires acondicionados y computadoras en China en un periodo de 16 años.

Para evitar un círculo vicioso de contaminación, a causa de la fabricación y eliminación de electrodomésticos, Greenpeace presionó a los fabricantes para que utilicen menos químicos tóxicos en sus productos.

La organización también tiene un mensaje para los consumidores que parecen cambiar sus teléfonos, tabletas y otros dispositivos de computación cada vez con más frecuencia.

"Piensa a dónde va tu teléfono móvil o tus gadgets", dijo Ma, la activista de Greenpeace.

"Cuando quieras cambiarlo, o comprar uno nuevo, siempre piensa en la huella que dejas en el planeta".

Connie Young contribuyó con esta historia.

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