El vaivén del Metro
El Metro ha protagonizado varios episodios durante la administración de Miguel Ángel Mancera.
En diciembre de 2013, el gobierno capitalino aprobó que la tarifa subiera de tres a cinco pesos, una decisión que causó molestia entre los usuarios y ciudadanos en general. Frente a esto, las autoridades prometieron mejoras en el servicio, como prohibir la presencia de vendedores ambulantes en la red, mayor seguridad y el retiro de torniquetes en las correspondencias con la Línea A.
Otro episodio ocurrió en marzo de 2014 con el cierre temporal de 11 de las 20 estaciones de la Línea 12, inaugurada al final de la administración de Marcelo Ebrard. Según Mancera y su equipo, esta decisión fue necesaria porque las fallas en la obra ponían en riesgo a los usuarios, que se vieron afectados durante año y medio.
Durante la reapertura, en noviembre de 2015, Mancera presumió la reparación como un logro de su gobierno, pese a las voces de quienes consideraron “imposible” poner en funcionamiento la llamada Línea Dorada en el plazo prometido.
Más aún, en marzo de 2016 se anunció la ampliación de la propia Línea 12, que de Mixcoac llegará a Observatorio. Estos trabajos —que implicarán construir 4.6 kilómetros de túneles y una inversión aproximada de 8,000 millones de pesos— ya se encuentran en marcha.