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El Gran Telescopio, un instrumento que percibe los objetos ocultos

El instrumento localizado en Puebla está diseñado para recibir energía de objetos ocultos por nubes de polvo y otros astros
vie 05 abril 2013 10:27 AM

La primera recomendación que escuchan los visitantes al Gran Telescopio Milimétrico (GTM) Alfonso Serrano de los científicos responsables de su funcionamiento es caminar lentamente, no apresurarse.

No es un capricho. Por su ubicación en la cima del volcán Sierra Negra en el Parque Nacional Pico de Orizaba, a una altitud de más de 4,500 metros sobre el nivel del mar, ahí se respira menos de la mitad del oxígeno que en un territorio a nivel del mar. Un movimiento demasiado rápido puede hacer que una persona no acostumbrada se desmaye. 

El trayecto por carretera —primero de asfalto, luego adoquín y por último terracería— dura más de una hora desde el municipio poblano de Atzitzintla, a medio camino entre Puebla y Veracruz. 

Pero los más de 60 técnicos, científicos y operarios que trabajan en el telescopio están acostumbrados a la accidentada vía: "Este camino lo recorremos diariamente sin problema", dice uno de los técnicos involucrados en la operación del GTM.

Y el esfuerzo ha valido la pena. En sus casi dos décadas —desde que inició en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE)— su funcionamiento ha tenido un  ritmo variable por los caprichos presupuestarios . Pero desde el mes pasado, el GTM recibe proyectos de la comunidad científica mundial.

El telescopio que no ve las estrellas

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Los análisis de este telescopio tienen poco que ver con las románticas imágenes de astrónomos sentados en la oscuridad barriendo el cielo con sus ojos.

El GTM está diseñado para recibir un tipo de energía llamada radiación milimétrica (radiofrecuencia cuya longitud de onda tiene entre uno y 10 milímetros de amplitud) que está lejanamente emparentada con las microondas usadas por los hornos de cocina. 

Su propósito es conocer el flujo de energía proveniente de los objetos que normalmente están ocultos por nubes de polvo u otros astros.

Así, en lugar del tradicional tubo para observar las estrellas, una antena parabólica de 50 metros de diámetro recoge la energía de los cuerpos celestes y la proyecta hacia otro espejo de 2.5 metros de diámetro que a su vez la dirige hacia un grupo de aparatos de nombres misteriosos para los no iniciados como SEQUOIA (Second Quabbin Optical Imaging Array) o AzTEC (Astronomical Thermal Emission Camera).

Estos últimos interpretan la energía recibida y la convierten en imágenes. "Este tipo de radiofrecuencia es emitida por lo que llamamos objetos fríos, como cúmulos de polvo estelar o astros a miles de millones de años luz", explicó Alberto Carramiñana, director general del INAOE en entrevista con CNNMexico.com en las instalaciones del GTM.

Los estudios del Gran Telescopio permitirán conocer más detalles de procesos como la formación de galaxias, del Universo, e incluso los relacionados con la formación de la vida.

"Podremos discernir si las condiciones que crearon nuestro planeta en el Sistema Solar son típicas, como para que se reproduzcan en sistemas planetarios de otras galaxias", 2010 sobre el GTM.

Una zona de observación

"El que el telescopio haya sido construido en México es una muy afortunada coincidencia, ya que el volcán Sierra Negra combina características geográficas y climatológicas difíciles de encontrar", dijo David Hughes, director e investigador principal del GTM.

Una temperatura estable, poca humedad y la altitud fueron elementos clave para darle luz verde al proyecto. "A una altitud de entre 4,000 y 6,000 metros se pueden obtener las mejores lecturas de la radiación milimétrica", dijo Carramiñana.

En la zona, a cientos metros más abajo, se encuentra también el HAWCS (High Altitude Water Cherenkov) un observatorio que por medio de 300 tanques de agua mide la radiación gamma que llega al planeta.

"Estos tanques canalizan las partículas subatómicas fruto del choque de la radiación gamma contra las capas superiores de la atmósfera", explicó Ibrahim Torres, científico del observatorio. " Permitirá conocer la naturaleza y ubicación de las fuentes más potentes de rayos gamma en el universo, algo que hasta hoy desconocemos".

Las primeras observaciones de prueba en el GTM comenzaron en 2011, pero desde el 21 de marzo de este año el telescopio está totalmente operacional.

"Esperamos que en los próximos tres meses lleguen proyectos científicos suficientes para varios años de trabajo", dijo Hughes. Mientras, a unos metros, las 2,700 toneladas del plato receptor comienzan a girar para hacer sus últimas observaciones de prueba.

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