Clinton, Trump y el proceso electoral frente a la amenaza de la ciberseguridad
Las campañas para elegir al próximo presidente de Estados Unidos han estado llenas de escándalo, indignación y unos cuantos hackeos. Tanto Hillary Clinton como Donald Trump son susceptibles a ser víctimas de cibercriminales, pero no solo ellos, también el proceso electoral en sí mismo está en riesgo, consideran expertos.
Los casos de ataques más sonados han sido hacia Clinton, la candidata demócrata, y su partido; sin embargo, el candidato republicano también es vulnerable, ya que su estrategia de seguridad no es tan fuerte y ha vulnerado el proceso con llamados a hackear a su contrincante.
“Las campañas están llenas de voluntarios a los que muchas veces no se les hacen los chequeos de ciberseguridad necesarios para un evento de esta magnitud”, considera Justin Harvey, experto en ciberseguridad. “Aunque Hillary es el objetivo más obvio, es evidente que tanto Trump como el Comité del Partido Republicano han sido expuestos a vulnerabilidades, y aunque no lo reconozcan, deben haber tenido al menos algunos ataques.”
Durante el debate de este lunes, es probable que los candidatos se enfrenten respecto al tema.
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EL PROCESO ELECTORAL
Uno de los grandes temores durante este proceso electoral ha sido el posible hackeo del resultado, que crecieron después de que se vulnerara la seguridad del partido demócrata durante la Convención de ese partido.
“Lo que mucha gente parece no entender, es que todo lo que esté conectado a una red, es hackeable. Ya lo hemos visto con varios países latinoamericanos y Estados Unidos no es la excepción, por lo que es posible que haya un ataque al proceso este 8 de noviembre”, consideró Harvey. “Las naciones estado están llevando el espionaje a la alteración de los resultados electorales”.
El tema causó tanto ruido que Jen Johnson, secretario del Departamento de Seguridad Nacional de EU, habló sobre la clasificación de la infraestructura de la elección, a la que se refirió como crítica, pidiendo a los estados que tengan el mismo nivel de protección que el sistema financiero.
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De acuerdo con un estudio de la Universidad de Nueva York, cada distrito electoral necesita realizar una inversión de 1,000 millones de dólares para recomponer y actualizar los sistemas del voto electrónico, que fueron puestos en duda en el año 2000, cuando el republicano George W. Bush venció por un pequeño porcentaje al demócrata Al Gore.
Todas estas dudas se acrecientan en el marco de un sistema de votación en línea y móvil, por lo que el gobiernos y los especialistas deben empezar a tomar decisiones al respecto.
“El futuro de la votación online, inclusive el del voto a través del teléfono móvil, dependerá de la capacidad del gobierno federal de trabajar con los estados, con la finalidad de promulgar estándares uniformes para protocolos de votación, que incluyan un método de votación comprobable en el que los participantes puedan confiar”, expresó el especialista. Para que esta sea una opción factible, quizás pasen más de 20 años, considera.
ESFUERZO GUBERNAMENTAL
“Los gobiernos (tanto el federal como los locales) tienen que darle un giro a su estrategia de ciberseguridad, y empezar a hacer lo que hacen las grandes empresas en materia de protección, porque su información es igual de valiosa o más”, dijo Anthony Ferrante, director de ciberseguridad de la Casa Blanca, durante una conferencia de prensa sobre el tema.
No fue sino hasta septiembre de este año que el gobierno estadounidense nombró a su primer jefe de ciberseguridad federal, el ex general de las fuerzas aéreas, Gregory Touhill, cuya función es proteger las redes gubernamentales e infraestructura crítica. El tema se ha vuelto primordial para la administración de Barack Obama tras varios ataques tanto al gobierno como a equipos del sector privado.
En total, Obama pidió un presupuesto de 19,000 millones de dólares al Congreso para cuestiones de ciberseguridad en todo el país, que actualmente se está discutiendo.