El salto digital: los avances y retos de México en digitalización
En menos de cinco años, México ha avanzado rápidamente en el área de digitalización, sin embargo, aún hay retos que considerar en términos de penetración, infraestructura y participación de negocios.
En 2012, el país se encontraba en el último lugar de 33 países de la OCDE en el área de digitalización. Para 2015, había alcanzado el 10mo lugar y se colocó como el número uno de cinco de la región latinoamericana. Además, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) reconoció el marco legal para fomentar la penetración digital como una de las mejores prácticas a nivel mundial.
“Lo que tiene que seguir a esto es que le metamos perspectiva de negocio al hábito que ya se creó“, resaltó Manuel RIvera, presidente y director general de Grupo Expansión, durante su participación en el Foro México Disruptivo. “Los mexicanos utilizamos muchísimo el internet, hay alta penetración de redes sociales, es tiempo de aprovecharlo“.
De acuerdo con la Asociación de Internet, 65 millones de mexicanos tuvieron acceso a internet en 2015, es decir, un 59% de la población. En promedio, pasan conectados más de siete horas cada día.
“La mayoría de la propiedad intelectual en digitalización se genera en países desarrollados, pero en México somos uno de los primeros países en vías de desarrollo en adoptarlo“, considera Rivera. “Empresas como Aliada y E-conduce se han colocado en el mercado gracias a su capacidad de adaptar tecnologías a nuestro país“.
Así luce 2030
A medida que el acceso a internet crece en México y en todo el mundo, las perspectivas y tendencias se vuelven más globales, al igual que los retos que representarán.
Quizás el tema que mayor escozor está causando actualmente y se mantendrá hacia futuro es el de la transparencia, rendición de cuentas y libertad de expresión. Tras la elección del presidente estadounidense, Donald Trump, las llamadas ‘fake news‘ se han convertido en centro de atención para los medios y han puesto en el mapa el cuestionamiento de hasta dónde llega la libre expresión.
En un escenario positivo, el manejo correcto de estos retos llevará a ciudadanos mejor informados y dueños de sus propios datos, llevará a un mercado mejor regulado, rendición de cuentas y gobernanza global.
Sin embargo, también hay un posible escenario negativo en el que la falta de conocimiento vuelva a los ciudadanos esclavos de sus datos, donde solo exista privacidad para quienes puedan pagarla, los gobiernos se vuelvan redundantes y los mercados sean definidos por los dueños de los datos.
