¿Tus hijos quieren un tatuaje o una perforación? Esto dicen los pediatras
Ver la pequeña aguja perforar el ombligo de su hija de 18 años fue un momento asombroso para Cora Breuner. Esa tarde, a finales de primavera, su hija finalmente se puso aro en el ombligo que había estado pidiendo y Breuner recordó que su pequeña estaba creciendo.
Breuner cuenta que sintió una oleada de emoción.
"Hice mi clásico número de Dra. Mamá y me enteré que la persona que lo haría había sido técnico quirúrgico antes de decidirse a hacer perforaciones; yo lo observé", cuenta Breuner sobre cuando llevó a su hija, que ahora tiene veintitantos años, a hacerse la perforación en el ombligo.
Se cambió los guantes tres veces cuando hizo la perforación y se lavó las manos cada vez que se los cambió, explica Breuner, especialista en medicina para adolescentes del Hospital Infantil de Seattle, Estados Unidos.
"Fue honesto con ella, le dijo: 'esto va a doler'… yo entré con ella y la tomé de la mano; claro que pensé que me la iba a arrancar", cuenta Breuner.
"No digo que todos deberían hacerlo", agregó, "pero al menos para mí, mi noción del mundo es que está cambiando justo frente a nosotros y podemos mantener los ojos abiertos y apoyar y ayudar a nuestros hijos a que tomen decisiones informadas cuando sean adultos jóvenes o podemos ignorarlo y esperar a que desaparezca".
El lunes 18 de septiembre, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó un informe clínico sobre las posibles consecuencias y riesgos para la salud de los tatuajes y perforaciones en el caso de adolescentes y adultos jóvenes. Los autores fueron Breuner y David Levine, pediatra y profesor de la Facultad de Medicina Morehouse en Atlanta, Estados Unidos.
Es la primera vez que en un informe se analizan los métodos para llevar a cabo esta clase de modificaciones corporales en este grupo demográfico y ofrece una pauta que se les debía a los padres desde hace mucho, dijo Breuner.
"La cantidad de adultos jóvenes que quieren un tatuaje o una perforación va en aumento", señaló. "En realidad es nuestra misión y nuestro trabajo promover la seguridad y la vida sana de nuestros hijos conforme transitan hacia la adultez".
Lee: Tatuajes permitirán monitorear enfermedades o realizar pagos
'Es muy parecido… a la plática sobre sexo'
En el informe, Breuner y Levine hacen una distinción clara entre las modificaciones corporales elegidas y las lesiones autoinfligidas; explican cómo funcionan los diversos métodos profesionales para hacer tatuajes, perforaciones, maquillaje permanente, tatuajes de henna, cicatrización y estiramiento de orejas.
De todos los lugares en los que se hacen las perforaciones, el ombligo es el que más tarda en sanar: hasta nueve meses, según el informe. Las complicaciones de las perforaciones o los tatuajes son poco comunes, pero incluyen infecciones graves, reacciones alérgicas y queloides, un crecimiento de tejido cicatricial adicional , explicó Levine.
"La mayoría de mis pacientes son familias afroestadounidenses; la cantidad de afroestadounidenses que presenta incidencia de cicatrices queloides es mucho mayor", explicó. "Así que esa es otra cosa de la que los padres tienen que estar conscientes: si su hijo tuvo alguna cicatriz queloide por otra clase de lesión en la piel, es probable que hacer un tatuaje o una perforación termine en desastre".
En el informe también se subrayan las implicaciones sociales de los tatuajes y las perforaciones a una edad temprana, tales como la desaprobación de ciertos empleadores a los tatuajes visibles o que algunos adolescentes podrían hacerse tatuajes de los que más tarde se arrepentirán.
"Los adolescentes pueden sobreestimar la efectividad de la remoción de tatuajes cuando se hacen uno; deberían saber que los tatuajes son permanentes y que es caro y a menudo difícil quitarlos", escribieron los investigadores.
Sin embargo, el propósito del informe clínico es exhortar a los padres a hablar con los adolescentes sobre los tatuajes y las perforaciones, así como servir de guía si los hijos muestran interés o inquietud respecto a las modificaciones corporales.
"Lo importante es que los padres realmente deberían sacar el tema, hablar intencionalmente con sus hijos porque es muy probable que los adolescentes piensen: 'mis padres me matarán, así que tengo que ocultarlo [el tatuaje] o simplemente obedeceré las reglas de mis padres y me lo haré cuando cumpla 18 años'. Los jóvenes de 18 años siguen siendo considerablemente impulsivos. De todas formas sería bueno que lo hablen con sus padres", dijo Levine.
"Es muy parecido a cuando hablamos con los padres de que el momento correcto para hablar de sexo es a los 11 años, antes de que de hecho lo necesiten… Aunque en ese momento no sea adecuado, servirá para abrir el diálogo y para mantener abierta la comunicación sobre estos temas mientras los chicos transitan por la adolescencia", explicó.
Lee: Tatuajes y perforaciones, ¿a qué edad permitirlos?
Aunque este informe clínico se centró en adolescentes y adultos jóvenes, Levine agregó que la pregunta más frecuente que los padres le hacen respecto a las perforaciones es a qué edad es seguro perforarles las orejas a los hijos. Su recomendación es que esperen a que el hijo manifieste una preferencia.
"Mi máximo consejo para los padres, a menos que se trate de una cuestión cultural —que todos perforen las orejas de sus hijos cuando aún son pequeños—, es que esperen a que el niño lo pida", dijo.
Hablemos de arrepentirse de un tatuaje
Durante su carrera como profesor de Sociología, Richard Dukes centró gran parte de su investigación sobre tatuajes y perforaciones en el caso de jóvenes tanto en el deseo como en el arrepentimiento de haberse hecho un tatuaje.
nullEste profesor emérito de la Universidad de Colorado en Colorado Springs, Estados Unidos, no participó en el nuevo informe clínico, pero dice que recopila datos científicos actuales y no contradice los hallazgos de sus propias investigaciones.
"Es común que haya arrepentimiento por haberse hecho un tatuaje porque los significados, los valores y las normas cambian, pero los tatuajes no", explicó Dukes, quien agregó que cuando alguien se hace un tatuaje a mayor edad, es menos probable que se arrepienta.
"Tenemos tres hijos mayores. Dos querían hacerse tatuajes. Les dijimos que esperaran a que tuvieran 18 años y que se aseguraran de que les hicieran un buen trabajo artístico", cuenta Dukes.
"Obedecieron", dijo. "Ahora, uno de ellos se quitó un tatuaje de la espalda porque no quiere que su hijita piense que él cree que está bien. El otro hijo tiene dos tatuajes. Le pregunté si se haría otro. Dijo que si no tuviera tatuajes, no se haría uno. Como ya los tiene, es más probable que se haga otro".
En cuanto a otros pediatras, en el nuevo informe clínico se incluyen algunos consejos:
- Exhortar a los adolescentes a buscar atención médica si ven signos o síntomas de infección después de hacerse un tatuaje o una perforación.
- Familiarizarse con las leyes y los reglamentos locales sobre tatuajes y perforaciones.
- Recomendar que se quiten todos los accesorios antes de practicar deportes de contacto.
- Hablar con los adolescentes sobre las posibles implicaciones de los tatuajes y las perforaciones en el trabajo.
"La gente no debería evitar esta conversación y realmente no debería ser una conversación que los proveedores de atención médica eviten", dijo Breuner. "Debería formar parte de la conversación que los pediatras y otros proveedores de atención médica sostienen con adolescentes y adultos jóvenes, decirles: '¿has pensado en hacerte un tatuaje o una perforación?'".