Lo que sabemos sobre el acoso sexual es solo 'la punta del iceberg'
Cualquiera que lea las noticias estos días sabe que el acoso sexual es generalizado. Las acusaciones de acoso sexual —contra el peso pesado de Hollywood Harvey Weinstein , la estrella de House of Cards Kevin Spacey y el presentador de Today Matt Lauer— han estado en los titulares durante semanas.
Pero, ¿cuán extendido está el problema?
Eso es difícil de medir, y es aún más difícil recopilar detalles como dónde, cómo o por qué ocurre el acoso.
Las quejas recopiladas por la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, la agencia federal que aplica las leyes de derechos civiles en el lugar de trabajo, brindan información crucial. Pero la imagen que los datos pintan es incompleta. El número de quejas presentadas a la EEOC probablemente subestiman el alcance del acoso en los lugares de trabajo estadounidenses.
Muchas víctimas no denuncian el acoso en absoluto, dice Louise Fitzgerald, profesora emérita de Género y Psicología de la Universidad de Illinois. Muchas tampoco saben etiquetar su experiencia como “acoso sexual”. El número de quejas de EEOC apenas es “la punta del iceberg”, dice Fitzgerald.
El acoso es escasamente reportado. De acuerdo con el Informe del Grupo de Trabajo de la EEOC de 2016 sobre el acoso sexual, hasta el 70% de las personas que sufren acoso nunca denuncian a su empleador. Y sin informes con más detalles, el panorama nunca será claro.
Necesitamos más información sobre quién, cómo y por qué, dice Jasmine Tucker, directora de investigación del National Women's Law Center. Ella quiere profundizar en el problema, observar la interseccionalidad del acoso y responder preguntas como: “¿Las mujeres de color son acosadas de manera distinta a las mujeres blancas?” o “¿las mujeres en las industrias profesionales experimentan este comportamiento de manera diferente que las mujeres en el trabajo del sector obrero?”.
Idealmente, dice ella, los investigadores también podrían proporcionar información sobre los entornos en los que se produce el acoso.
Pero cuando alguien presenta una queja ante la EEOC, no está obligado a proporcionar muchos detalles.
“Los cargos basados en discriminación por raza o género... esa es información básica que siempre se completa”, dice James Ryan, vocero de la EEOC. Pero otra información, como la industria en la que se produce el acoso, no siempre se completa. Como resultado, él dice que cualquier dato basado en eso es “incompleto”.
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Tucker dice que ve dos problemas principales que afectan la recopilación de datos de acoso sexual. Los empleados podrían no denunciar el acoso por varias razones, lo cual limita el tamaño de la muestra que los investigadores pueden consultar. Además, los datos que sí existen no están ordenados de manera consistente por industria o demografía, por lo que es difícil rastrear los cambios a lo largo del tiempo o trazar patrones notables.
Una mejor educación y capacitación sobre el acoso sexual daría más poder a más personas para que denuncien, dice Tucker. Tener a más personas denunciando es la mejor manera de recopilar más historias, y la mejor manera de comprender la verdadera magnitud del problema del acoso.
“[Las víctimas] necesitan saber a dónde ir y dónde encontrar recursos, cómo lidiar con esto”, dice Tucker. “Cosas como esa empoderarían a las personas para que sientan que tienen acción y que no tienen que ser pasivas, que no tienen que dejar que estas cosas sucedan”.