El rostro más visto en las portadas de Expansión es el de un regiomontano amante del cemento. Desde que Expansión dedicó su primera portada, en 1981, a la industria cementera, Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex, fue un rostro recurrente en la revista: es el empresario que más veces ha aparecido en la primera página.
La sonrisa en sus fotografías correspondía al optimismo con que veía a su empresa. Primero comenzó por adquirir numerosas cementeras regionales en el país, hasta consolidarse como el líder del sector. Luego puso el ojo en el exterior. A pesar de tener a muchos en contra cuando inició la expansión geográfica, Zambrano defendió su estrategia de crecimiento.
Mucha gente puede pensar que no sabemos lo que estamos haciendo; que estamos haciendo estupideces; que los que estamos al sur de la frontera somos poco inteligentes. Bueno, puede ser que no sepamos mucho de otras industrias. Lo que sí sabemos es cómo se hace el cemento
Un par de años más tarde, Zambrano preveía un crecimiento de 35% en la capacidad instalada de Cemex con inversiones por 1,000 millones de dólares. Para entonces, la empresa había aterrizado en España y seguía creciendo en México. ¿Cómo lo hizo? El empresario tomaba las oportunidades que encontraba en el mercado, aun cuando las empresas no tuvieran el mejor desempeño operativo. Así compró empresas en Egipto, Reino Unido y se expandió en Latinoamérica.
En 2001, Expansión llamó a Zambrano ‘El mago del cemento’. Banqueros le comparaban con vaqueros de westerns, “que disparan desde la cintura, sin apuntar”, dice un artículo publicado ese mismo año. A la par, la cementera ya era cuestionada por el costo de su salida al exterior. Para 2004, Cemex alcanzó niveles nunca antes visto de deuda, por 10,800 millones de dólares.
“Los analistas siempre reaccionan de una forma negativa cuando se anuncia una adquisición grande de cualquier empresa”, dijo Zambrano ese año. Pero no por ello dejaba de reconocer lo difícil que fue consolidar su posición global y bromeaba sobre cuando salieron al mundo y compraron empresas en España, en los noventa. “En ese momento éramos una compañía muy pequeña y muy inocente. De estas canas, la mitad son de España”, bromeaba.
La expansión inorgánica de Cemex le valió al empresario ser el protagonista en varias ocasiones más en esa década, al igual que la crisis en la que posteriormente cayó la empresa a raíz de una mala compra y un alto endeudamiento. La última aparición protagónica de Zambrano en Expansión se dio en 2009, año en que estalló la crisis de la cementera y otras firmas del país.
A Zambrano no le preocupaba el visto negativo de su estrategia de negocios. Decía que siempre tuvo claro qué quería. “Cuando tenía 15 años y acababa de morir mi padre, un tío me preguntó qué quería ser de grande. Y respondí que gerente de negocios”. Su tío reviró: "¿Bueno, ¿y darás el kilo?" Lo dio: Zambrano creó a la mayor cementera del mundo.