Trabajadoras domésticas planean huelga
La presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Leticia Quezada, convocó a las trabajadoras domésticas a realizar el domingo próximo una huelga de brazos caídos, en el marco del "Día Internacional del Trabajo Doméstico".
Al inaugurar la exposición sobre trabajo doméstico en el lobby del edificio del órgano legislativo en el Zócalo, la diputada del PRD explicó que ese movimiento tiene como fin protestar por los nulos derechos de las trabajadoras del ramo y pedir a las autoridades un trato digno.
A pesar de que la Ley Federal del Trabajo reconoce la existencia del trabajo doméstico como asalariado, en la práctica no hay respeto a la jornada laboral que es de ocho horas, no se les paga salario mínimo, ni prestaciones económicas, precisó.
"El trabajo doméstico debe ser revalorado debido a que se trata de un asunto relacionado con el combate a la desigualdad y discriminación hacia la mujer".
Recordó que el miércoles pasado presentó en la sesión de la Diputación Permanente un punto de acuerdo en el que se exhorta al Congreso de la Unión a que analice, reforme y actualice el marco legal que rige las relaciones laborales del trabajo en el hogar, regulado en el Capítulo 13 del Título Sexto de la Ley del Trabajo.
La legisladora consideró que el trabajo doméstico se encuentra protegido como una garantía individual en el Artículo 5 Constitucional, derivado de su licitud, pero en los hechos esa actividad doméstica es considerada degradante o denigrante.
Se quejó de que el trabajo en el hogar esté estereotipado como una actividad exclusivamente de las mujeres, delegándose en las madres, hijas o hermanas.
Empero, comentó que la discriminación es aún más profunda cuando esta actividad es menospreciada, al ser considerada ínfima, "cosa de viejas".
Cuando el trabajo del hogar es remunerado y lo realiza una mujer migrante o una mujer sin instrucción académica se le denomina con apelativos que la denigran en su integridad personal, advirtió.
Denunció que la marginación que conlleva la necesidad económica de los migrantes del campo o simplemente de la falta de oportunidades en las grandes ciudades ha ocasionado relaciones laborales informales, en los que el patrón comete abusos laborales respecto a sus empleadas o empleados.