México vigilará el cambio climático
Con el objetivo de contribuir a la recopilación de información sobre las emisiones que afectan la atmósfera, un grupo internacional planea la construcción en México del centro de vigilancia climática más alto del mundo.
El centro estará ubicado en el volcán inactivo Sierra Negra, en el estado de Puebla, a 4,581 metros de altura, desde donde se tendrá una visión más global de los contaminantes que provocan el calentamiento global, dijo el lunes en rueda de prensa Sir Crispin Tickell, presidente emérito del Climate Institute.
La información que se recopile a través de los distintos mecanismos de medición e instrumentos será enviada a una red mundial de vigilancia de emisiones, así como a distintas organizaciones afiliadas a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se encargarán de hacer los análisis.
Esa información ayudaría a establecer o reformar las políticas públicas alrededor del mundo para tratar de reducir el efecto de invernadero.
La NASA y la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) colaborarán con el centro.
La primera etapa de construcción del centro, a un costo de 1.9 millones de dólares, estará completada para el próximo año.
El segundo centro de vigilancia más alto se encuentra en Kenia a unos 3,900 metros de altura, seguido por el de Mauna Loa a unos 3,300 metros sobre el nivel del mar.
El pico de la Sierra Negra es además sede de uno de los mayores telescopios astronómicos del mundo, llamado Gran Telescopio Milimétrico (GTM).
''La contribución de México será muy importante para que el mundo pueda entender lo que está sucediendo'', agregó Tickell.
El Climate Institute es una organización sin fines de lucro creada en 1986 que se dedica a tratar temas sobre el cambio climático.
El índice anual de gases de efecto de invernadero apunta a que de 1990 al 2004 la radiación atmosférica se habría incrementado en un 20% debido a la presión de los gases de invernadero.
''Tenemos que vigilarlos e inducir una transformación importante en el país'', expresó por su parte el director del Climate Institute, Luis Roberto Acosta.
Según Tickell, los gobiernos tienen la responsabilidad de crear el marco de acción para que las empresas y los individuos transformen sus conductas y eliminen al máximo las emanaciones de contaminantes.
Dijo que era necesario imponer multas lo suficientemente altas para que sirvan de disuasivo a los que incumplen con las medidas de protección.
La reforestación, el cambio de los combustibles fósiles a otras fuentes de energía son buenas iniciativas, necesarias para revertir los efectos del calentamiento global pero no deben ser las únicas que se implementen, destacó.