Ecología impulsa a Hipotecas verdes
Visto desde el aire, los Héroes Tecámac es una vasta plancha de azoteas idénticas, de casas tan parecidas que parecería difícil no perderse al caminar entre ellas. Pero visto con más detalle, hay un aspecto que las distingue, además del muy personal decorado que les dan sus inquilinos.
David Mekler lo muestra desde las oficinas de Heliocol en Polanco, utilizando Google Earth, en internet. El joven director comercial de esta importadora y distribuidora de calentadores solares israelíes, tiene marcados con banderitas los lugares donde tienen más equipos instalados.
Varias de esas señales marcan Tecámac, donde viven Daniel y Cecilia Paderco, quienes no han usado el calentador de gas en seis meses. Ni siquiera para bañar a Ulises, su hijo de ocho meses, en los días nublados como los que acaban de pasar. El agua caliente les viene del calentador solar que compraron con la hipoteca verde de Infonavit. Esta pareja, que gana 7,000 pesos al mes en sus empleos en el aeropuerto, ahora gasta la mitad en gas que sus vecinos de cuadra. Un cilindro de 20 kilos de casi 200 pesos les rinde dos meses, y lo utilizan sólo para cocinar.
Óscar Paulino Vargas vive con su esposa Estela y dos hijos, a unos metros de ahí. Ellos también consumen un cilindro cada dos meses, pero porque son una familia forzada a mantener los gastos a raya. Viven con 2,160 pesos al mes, lo que queda, descontando la hipoteca, del sueldo de 3,600 que gana él en un comercio de Vallejo.
Vargas nunca escuchó hablar de la hipoteca verde (HV) cuando llegó a comprar casa a este lugar donde Grupo Sadasi construye una ciudad entera: 70,137 casas y departamentos, provistos con escuelas, oficinas públicas, industria y comercio. En la caseta de ventas, a la entrada del fraccionamiento, se arremolinan una mañana de domingo cientos de interesados. Una multitud de promotores los conducen al Sadasimóvil para llevarlos en un tour y en minutos les generan un reporte acerca del tipo de casa que podrían comprar con sus puntos del Infonavit. El lugar está a reventar, como si en lugar de vender casas, regalaran celulares. Entre las casas muestra están en exhibición el calentador solar de Heliocol y el kit completo de los equipos de ahorro de luz, agua y gas, que incluye la nueva hipoteca verde de la institución, y que Vargas nunca conoció.
Los Paderco pagarán en 24 años unos 12,000 pesos adicionales al precio de su casa de 264,000 pesos, para tener el calentador solar con un respaldo de gas, un juego de focos de bajo consumo, escusados y grifos ahorradores de agua.
Hasta ahora, los Paderco se han ahorrado unos 600 pesos en seis meses con el calentador solar. Con una parte de ese dinero han pagado el préstamo adicional –y les sobró.
En ese mar de casas parecidas, la gran mayoría tiene sólo el calentador convencional. El desafío para Mekler es hacer que un tercero, como el promotor Jorge Ramos Anaya, de Sadasi, venda sus equipos (se llevaría acaso 1.5% de comisión, 150 pesos). ¿Cuánto se puede uno ahorrar al mes con esos equipos? “Me lo dijeron, pero no me acuerdo”, dice Anaya, que no buscó el dato, que pudo parecerle irrelevante.
Pero ese dato es central, y para llegar a él, el Infonavit y una docena más de instituciones y empresas dedicaron un año de investigación. Para que el impacto en consumos y en ahorro fueran atractivos, el kit de ecotecnologías tiene que asegurarle al comprador de una casa por esta vía, un ahorro mínimo de 215 pesos al mes, determinaron.
El programa de HV nació como idea, hace cuatro años, arrancó con una prueba piloto a mediados de 2007, y tuvo el banderazo de manera formal en marzo pasado. Ahora es la punta de lanza de una iniciativa que quiere aminorar el impacto ambiental, y la presión sobre las reservas de agua, gas y petróleo que traerá el crecimiento en viviendas que está por venir. En los siguientes 20 años se construirán en México 20 millones de casas nuevas, adicionales a los 23 millones que ya hay. La mayor parte en las afueras de ciudades, que están en zonas semiáridas, y con poca disponibilidad de agua. Todas esas familias con vivienda nueva demandarán más luz y gas, que vendrán también de una reserva limitada.
Según cálculos oficiales, las casas consumen 16.5% de la energía que se genera en México, sobre todo con la quema de hidrocarburos. Y esa quema es una de las actividades que más gases de efecto invernadero lanzan a la atmósfera (son los precursores del calentamiento global).
Con la instalación de los equipos de la HV, el gobierno federal busca que los Pedreco –y miles de familias nuevas que compren casa– consuman 30% menos electricidad, 50% menos gas y 66% menos agua. El Infonavit financiará la compra de cuatro millones de casas en este sexenio y 800,000 serán con HV.
Estarán sobre la mesa entre 8,800 y 12,000 millones de pesos para proveedores de ecotecnologías. Este negocio podría ser mayor, si otras sofoles, como ya hizo SuCasita, crean su propia HV. (Su Casita tiene ya 25 en la Ciudad de México y Puebla, informó la compañía.)
Los proveedores ya se frotan las manos. En principio, la tajada mayor podría ser para calentadores solares y los industriales del aislamiento térmico.
“El negocio es del que esté preparado primero”, dice Jorge Ferro, director de Mercadotecnia del Negocio de Calentadores, de Grupo Industrial Saltillo (GIS), la empresa que fabrica los aparatos Calorex, y que afirma tener 70% del mercado de calentadores de agua convencionales.
En su fábrica en Iztapalapa ya producen componentes para uno de los dos modelos solares que diseñaron y están vendiendo en el país. La compañía decidió, hace cuatro años, que su negocio no debía estar atado al gas –su precio está en escalada y hay reservas para unos 10 años, según Pemex–. GIS ya desarrolló un modelo apto para HV, y otro para nivel residencial alto; en su laboratorio explora alternativas de calentamiento con aire y con hidrógeno. GIS busca vender 55,000 calentadores solares este año, adelanta Ferro, pero tiene en la mira llegar a 200,000 en unos años más, es decir, 20% del total de equipos que venden al año.
Un gran salto, considerando que la venta de modelos solares ha sido cuesta arriba por muchos años. Al menos, para calentar el agua de la ducha, que sólo representan 3% de las ventas nacionales. El grueso de las ventas de equipos de calefacción solar han sido para albercas (69% en 2007, según la Asociación Nacional de Energía Solar).
Se presenta una gran oportunidad para masificar el uso de estos equipos, dice el experto Odón de Buen, presidente de la consultora Energía, Tecnología y Educación. La escalada de los precios del gas y la baja en las tasas de interés han vuelto accesible la inversión en estos equipos. Una familia puede pagar estos equipos en un tiempo razonable, destinando el dinero que se ahorran utilizando el sol en lugar de gas para calentar el agua.
Oportunidades
En principio, las oportunidades se abren para un abanico más amplio de productos. Desde 2007, Infonavit y media docena de instituciones investigan qué tecnologías hay para ahorrar consumos, qué tan eficientes son y qué ahorro generarían al consumidor; identificaron 10 regiones bioclimáticas y el tipo de equipos que podrían servir más en cada una.
Un calentador solar no parece una buena idea para la gente de Mérida. El agua ya sale de las llaves de sus casas como lista para café. Pero el aislamiento térmico en sus techos o paredes podría cambiarles la vida, si eso les permite reducir la temperatura en el interior de sus casas y reducir 30% el gasto en electricidad que demandan la ventilación o aire acondicionado. “Tip: la casa que consigas debe tener aislamiento térmico para que tu recibo de luz no sea tan alto”, recomiendan en un chat de Yahoo! a un internauta argentino que pide ayuda pues se muda a Mexicali. “Mi casa no tiene aislamiento aún y pago de 1,200 a 2,500 pesos, en meses calientes”.
La HV es un préstamo de entre 11 y 15,000 pesos por arriba del crédito de la hipoteca. Las tecnologías que se instalen deben traerle al consumidor un ahorro de cuando menos 215 pesos al mes (y puede llegar a 546, según el Infonavit). Esta hipoteca lleva de fijo focos ahorradores, un WC, regadera y grifos de menor consumo de agua. Dependiendo de la región donde esté la casa, podrá añadírsele, ya sea aislamiento térmico, el calentador solar, los calentadores de paso o los sistemas de aire acondicionado eficientes.
Aunque ya hay un listado de equipos preautorizados, Infonavit está abierto a sumar soluciones. Y el Instituto de Ingeniería de la UNAM, por contrato de Semarnat, evalúa una larga serie de alternativas, como los reguladores de picos, y celdas fotovoltaicas para la generación de electricidad que, por ahora, están fuera de la mira, pues costarían cerca de 5,000 dólares por casa.
Según observadores, otro ganón podría ser el sector de aislamiento térmico. Estos materiales son la solución que mayores ahorros puede traer en los consumos de electricidad, dicen los expertos. Pero estos industriales no parecen tan emocionados como los de energía solar. Y es que llevan muchos años picando piedra en México para convencer a autoridades y a constructores de abrirle paso a sus productos. “El problema es que (los constructores) no han querido meterlo porque va contra su margen de utilidad”, comenta Fernando de Aragón, directivo de Mexalit. Además, el gobierno ha sido muy lento en generar la normatividad o en hacerla cumplir. “Nuestros únicos aliados son las gallinas”, ríe Arturo Echeverría, director general de Aislantes Minerales, en una charla con otros industriales. Y cuenta que en una ocasión, cuando instalaban un techo aislante en una granja avícola de Jalisco, notaron cómo miles de pollos se arremolinaron hacia la parte que ya tenía el material y que estaba más fresca. “Vemos positivo que la hipoteca verde está rompiendo resistencias”, concede Echeverría.
Pero no les beneficia como está diseñada. Y es que la HV estableció que el aislamiento térmico irá en paquete con equipos eficientes de aire acondicionado. Los industriales consideran que esto va a limitar su negocio. “No necesariamente las personas que compran estas casas van a querer un equipo de aire acondicionado, porque no pueden permitirse ese gasto en electricidad”, explica Jenny Tardan, directora general de la Asociación de Empresas para el Ahorro de la Energía en la Edificación, que reúne a gigantes como Dow Química Mexicana, Basf, Cemex y Mexalit.
Según Infonavit, hay negocio para más. Se abre una oportunidad a empresas regionales con soluciones locales, opina el gerente de Diseño de Productos de Crédito de Infonavit, Jorge González Durán. El calentador solar que sirve para Aguascalientes no será el apropiado para Cancún, por la corrosión y el riesgo de huracanes, que probablemente hagan necesario el fácil desmonte de los equipos en las azoteas. “A menos que quieran verlos volar por los cielos”.
Para González Durán, lo que hoy se presenta como HV es una plantilla sobre la cual hay que construir. Y ya hay compañías pidiendo ajustes. Es el caso de los fabricantes de escusados. La empresa regia Grupo Lamosa está viendo con Infonavit que sea más exigente e incluya en el programa equipos más modernos para los sanitarios. La HV requiere instalar WC con tanques de seis litros, que es la norma vigente desde 1986, cuando ya existen equipos más ahorrativos.
Lamosa, que afirma contar con 22% del mercado nacional, tiene un modelo con opción a una descarga de tres litros y otra de seis; y otro modelo que opera con 4.8 litros. “Estamos pidiendo que se establezca una tecnología de 4.8 litros, de tal manera que una familia de cuatro personas, que usa el escusado 16 veces al día, se ahorre de entrada 16 litros. Si en Monterrey no lo hacemos, en siete años ya no vamos a tener agua”, advierte Jorge Bárcena, gerente de Planeación y Mercadotecnia de Sanitarios Lamosa.
Según González Durán, se abren oportunidades a los negocios en cuando menos tres segmentos, además de los equipos previstos por la HV: Primero, “todo aquello que ayude a medir mejor los impactos. Sensores, medidores de luz, de agua, que den los consumos de inmediato y mejor. Segundo, soluciones locales, por ejemplo, en materia de calentadores solares. “¿Qué innovaron los israelíes? En lugar de meter el serpentín a un calentador solar, lo meten a que se caliente en el pavimento. Necesitamos innovación aquí”. Y, tercero, producción de materiales de construcción con menor costo energético y mayor uso de materiales renovables.
Los asegunes
“Estamos en un momento de coyuntura”, describe Jorge Ferro, de GIS. En diciembre terminó un programa piloto que duró seis meses, y que permitió al Infonavit validar tecnologías en distintas regiones y pulir el mecanismo de financiamiento de esta hipoteca. Probaron con 647 viviendas en Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Estado de México y Yucatán.
Pero desde que terminó el piloto, el tema entró en un impasse, coinciden varias fuentes. Creen que se debe a una resistencia de los desarrolladores por alterar sus modo producción, sin un incentivo económico al frente. Y es que Infonavit les puso una zanahoria y se las quitó después: en 2007, los funcionarios ofrecieron pagarles las HV de inmediato, cuando el pago de los créditos de vivienda convencional toma tres o cuatro meses, dijeron las fuentes. Eso permitiría que un vendedor como Jorge Ramos pueda ofrecer a los clientes de Tecámac, una pronta escrituración. “Arrancó con muchos bombones, para que arrancara bien”, cuenta Jorge Solano, director Comercial de Grupo Sadasi.
A las oficinas de Heliocol en la Ciudad de México llegaron grandes pedidos por parte de constructoras. La empresa decidió ya no sólo importar calentadores de Israel, sino también producir algunos componentes en México. Heliocol se propuso colocar 4,000 calentadores al mes, unos 50,000 al año.
Pero la marcha se volvió lenta a final del año. El incentivo, que en realidad fue un acuerdo de palabra con las desarrolladoras, no fue aprobado por el consejo del Infonavit. “GEO tenía la intención de entrar fuerte y se detuvo a finales del año pasado. Nos quedamos con equipos en bodega, un stock de varios millones de dólares”, cuenta David Mekler, de Heliocol. “Si hubiéramos sido una empresa chica nos habrían tronado y retronado”, comenta Mekler cuya compañía dice tener 42% del mercado solar.
“La meta (de 2007) era 5,000 y se quedó en 600”, dice Solano, de Sadasi. Esta constructora fue la que más casas metió al piloto, unas 400 de las 647. Sus vendedores repelaron: habían prometido escrituración inmediata a los compradores de HV, y no lo estaban cumpliendo. “De plano nos dijeron: ya no la vamos a vender”, cuenta Solano.
A finales de mayo, y a tres meses del arranque formal de hipoteca verde, 17 constructoras habían registrado 3,605 viviendas con ese equipamiento en 10 estados. Pero de esas miles de casas, sólo 434 tenían ya un comprador, informa Jorge González Durán, del Infonavit.
Aunque algunos proveedores se muestren suspicaces, pues esperaban que esto fluyera más, Infonavit no baja la meta: serán 800,000 HV para finales del sexenio. Y para alcanzar esos números, recorrerá otros caminos. “Vamos a llevarlo a compra de vivienda usada y a mejoramiento de vivienda. El siguiente semestre estaremos diseñando mecanismos con las sofoles para mejorar el subsidio con el Conavi (Consejo Nacional de Vivenda)”. Además piensan extenderlo a Cofinavit, el esquema mixto de crédito.
Jorge Solano, de Grupo Sadasi, plantea que el Instituto debe autorizar hipotecas verdes como un préstamo adicional para todo tipo de vivienda, en lugar de restringirlo a la vivienda económica; esto incentivaría el mercado. Los proveedores plantean que para que la HV tenga bríos, debe haber incentivos para los desarrolladores, o no las promoverán.
Este año salió publicado un informe sobre construcción sustentable de la Comisión para la Cooperación Ambiental, un organismo creado a partir de la firma del TLCAN. El reporte indica que la construcción ‘verde’ es uno de los “frutos más maduros y al alcance” para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las consecuencias de no hacer nada serían graves. Para 2030, sólo el sector vivienda de México estaría emitiendo a la atmósfera el equivalente a lo que arroja en CO2 el sector transporte, observa el informe.
La HV atiende sólo una parte de todo el proceso depredador de producción de vivienda. Hay una serie de iniciativas más, a nivel de los gobiernos federal, estatal y municipales, para promover soluciones más sustentables en la construcción. Los mismos desarrolladores están haciendo lo suyo. Sadasi montó una red para captar el agua de lluvia en Tecámac, que luego reinyecta al subsuelo. La casa de los Paderco recibe agua de ahí.
Lo que ocurra con hipoteca verde será clave para detonar una demanda por estos equipos, dice Odón de Buen. Muchos ojos están puestos en esos detalles que determinarán que el comprador de vivienda apueste por esas tecnologías de ahorro. Que los productos den los ahorros que prometen y se desarrolle una red de proveedores con permanencia y garantías en el mercado. Los proveedores esperan normas y sistemas de certificación que hagan que la competencia sea sostenible y pareja.
La tarde noche del 27 de mayo, en la central de Infonavit, en el DF, Jorge González Durán trabajaba contra reloj en una laptop. Era la fecha límite para meter a la HV a competir en dos premios. Incentivos, garantías, certificaciones. “El diablo está en los detalles”, finaliza Odón de Buen.
(Con información de Alejandro Cuauhtémoc Mejía)