Edgar Hernández, el ‘paciente cero’
Los residentes en esta comunidad de 3,000 habitantes creen que su pueblo es el centro de la epidemia mundial de gripe porcina, aunque las autoridades de salud mexicanas no lo han confirmado.
Desde febrero sus residentes presentaban síntomas de gripe demasiado fuertes. Los representantes de salud mexicanos llegaron a investigar qué era lo que ocurría el 23 de marzo. Para entonces unas 1,300 personas necesitaban atención médica.
A unas 450 se les diagnosticaron infecciones respiratorias severas y se les recetó permanecer en casa, además de antibióticos y tapabocas.
Uno de los enfermos en La Gloria, fue Edgar Hernández, de cinco años. Su madre lo llevó a la clínica y tras unos días de medicamentos se recuperó.
Nadie le dijo que su hijo se convirtió en el primer caso confirmado de gripe porcina hasta que el gobernador del estado de Veracruz, en la costa del Golfo de México, llegó en un helicóptero el lunes.
El caso de Edgar afirmó lo que los habitantes habían pensado antes, que su pueblo es el centro de una epidemia. La confirmación de que el niño estaba infectado con el virus H1N1, una nueva combinación de virus humanos, aviares y porcinos que presuntamente ha matado hasta 152 personas en la Ciudad de México, no se hizo hasta la semana pasada, cuando los signos del brote en otras partes, incluyendo casos en Europa y Medio Oriente, llevaron a una revisión más cercana.
José Luis Martínez un residente de La Gloria, de 34 años, dijo que supo de qué se trataba en cuanto se enteró de la gripe porcina por las noticias y sus síntomas: fiebre, tos, dolor en las articulaciones, jaquecas intensas y, en algunos casos, vómitos y diarrea.
"Cuando lo vimos por televisión, nos dijimos "Esto es lo que tenemos", dijo el lunes.
Bertha Crisóstomo, una enlace entre los pobladores y el gobierno municipal de Perote, al que pertenece La Gloria, dice que la mitad de los residentes viven y trabajan en la Ciudad de México durante la mayor parte de la semana y que bien pueden haber propagado la fiebre porcina en la capital, donde se ha reportado la mayoría de los casos.
Los residentes de la Gloria atribuyen sus problemas respiratorios a la contaminación de residuos porcinos en criaderos cercanos a unos 8.5 kilómetros (5 millas) al norte, en la ciudad de Xaltepec.
Pero los ejecutivos de la compañía -copropiedad de una firma estadounidense- dicen no haber hallado signo alguno de gripe porcina en sus granjas, y las autoridades mexicanas no han precisado el origen del brote.
Granjas Carroll de México, que pertenece en un 50% a Smithfield Foods, Inc., con sede en Virginia, tiene ocho granjas en la zona. Keira Ullrich, vocera de Smithfield, dijo que la empresa no detectó indicios clínicos ni síntomas de la presencia de gripe porcina en su población animal ni en sus empleados que trabajan en sus operaciones conjuntas en ningún sector de México.
Cuando periodistas de la Associated Press entraron a la granja el lunes, los automóviles fueron rociados con agua. El gerente Víctor Ochoa requirió que los visitantes se bañaran y usaran overoles blancos, botas de goma y máscaras antes de entrar a cualquiera de los 18 corrales donde tienen 15,000 cerdos.
Ochoa mostró a los reporteros un contenedor cubierto de heces de cerdos para prevenir la contaminación del aire del exterior.
"Todos nuestros cerdos han sido vacunados y atendidos según las reglas sanitarias vigentes", afirmó Ochoa. "Lo que ocurrió en La Gloria es una lamentable coincidencia".
Martínez dijo que los residentes han luchado durante años para obligar a la compañía a mejorar su manejo de los desechos porcinos. La prensa mexicana dijo que un funcionario municipal de salud rastreó la fuente de brote de otra enfermedad en La Gloria a un tipo de mosca que se reproduce en los desechos porcinos.
Pero las autoridades de salud locales y el secretario federal de salud José Ángel Córdova desestimaron las afirmaciones de que la epidemia de gripe porcina pudiera haber comenzado en La Gloria y notó que de 35 muestras mucosas tomadas de víctimas de enfermedades respiratorias allí, sólo la de Edgar dio positivo. Córdova insistió en que el resto de la comunidad padeció de una gripe común causada por el virus H2N3.
El experto en veterinaria Peter Roeder,un consultor de la Organización para la Agricultura y la Organización de la ONU, dijo que hay muchas posibilidades sobre cómo pudo llegar el virus a los humanos y añadió que ello incluso pudo haber sucedido hace meses o un año.
Roeder agregó que es posible que alguien que atendía a los cerdos pudo transmitir el virus de influenza humana a una cerdo infectado con otro tipo de gripe y que el cerdo pudo estar en contacto con virus de la gripe aviar, de modo que el nuevo virus H1N1 se formó y se pudo transmitir nuevamente a los trabajadores de alguna granja.
Pero eso es sólo una teoría y nadie tiene alguna evidencia de que eso fue lo que pasó en La Gloria.
"Todo son conjeturas", dijo Roeder en una entrevista telefónica desde Filipinas. "La única cosa que sabemos es que tenemos un virus que se transmite entre personas y está causando cierta preocupación".
En La Gloria los residentes están convencidos de que el pequeño Edgar no fue el único enfermo de gripe porcina.
Dos bebés murieron de neumonía durante el brote de gripe en el pueblo.
Juan Rodríguez murió el 9 de febrero a la edad de siete meses. Su abuela Josefina Mendoza, de 71 años, dijo que los médicos acudieron a entrevistar a los padres del niño. Irene Bonilla, de 23 años, dijo que su bebé Yovanni Apolinar, de dos meses, murió el 12 de marzo pero nadie la ha entrevistado fuera de los reporteros. Ninguna de las familias quiere exhumar los cuerpos de los bebés.
"¿Por qué?", dijo Mendoza. "Ya pasaron meses desde que murieron y el niño está en paz con Dios. Está con la Virgen".