¿Qué significa la presidencia de Trump para los mercados de bonos a largo plazo?
Es difícil ignorar que la sorpresiva victoria de Donald Trump en la elección presidencial, junto con la obtención de una mayoría republicana en el Congreso, ya ha generado impacto en los mercados de bonos. En los días que siguieron a la elección, se dispararon las ventas de bonos ante la expectativa de un mayor crecimiento (e inflación) en el futuro. En la mente de los inversores, surge ahora una interrogante clave: ¿Qué podría significar el resultado de esta elección para los mercados de bonos en el largo plazo?
El resultado introduce una serie de incertidumbres en cuanto al camino futuro que tomarán la política económica y monetaria, la legislación, las relaciones internacionales y la política comercial. No obstante, podemos plantear algunas hipótesis sobre las implicancias que podría tener la presidencia de Trump y un Congreso republicano para los mercados de renta fija.
Es probable que se aceleren las tendencias clave que se ven actualmente.
Posiblemente veamos un desplazamiento importante hacia iniciativas de política fiscal dejando atrás el estímulo de la política monetaria, sobre todo en materia de inversiones en infraestructura a nivel federal. Esto bien puede contribuir a acelerar el repunte en los niveles de inflación, que ya comenzó a verse antes del 8 de noviembre, y es probable que dé lugar a una curva de rendimiento pronunciada con el paso del tiempo. Estaremos atentos a las señales de cómo se financiará el aumento del gasto.
No siempre hay un repunte en las tasas cuando los activos de riesgo se ven afectados.
Los inversores deben evitar caer en ciertas concepciones comunes que son erróneas. En particular, con una mayor correlación actual entre bonos e instrumentos de renta variable a diferencia del pasado, los inversores no deben presuponer siempre un repunte en las tasas cuando los activos de riesgo caen. Asimismo, mientras algunos creían que una victoria de Trump traería consigo un deterioro del dólar estadounidense (USD), creemos que esta visión es equivocada. Es más probable que el dólar opere dentro de una banda de fluctuación durante un período, o que incluso se fortalezca, dependiendo de la dirección que tome la legislación y la política en 2017.
Somos cautos en cuanto al impacto del resultado electoral en la deuda de mercados emergentes (emerging markets debt, EMD).
La incertidumbre en la política comercial y un dólar estadounidense potencialmente más alto podría pesar sobre esta clase de activos. Aun así, tal como lo sostuvimos en los últimos meses, seguirá habiendo la necesidad de renta, y el potencial de arrastre, particularmente en los segmentos de corto a mediano plazo de las curvas de tasas de ciertos países en los mercados emergentes, debería seguir siendo atractivo. Habrá que estar atento a los flujos de capital. Se ha transferido un buen volumen de dinero a EMD, pero será importante ver si los inversores tienen la paciencia y los medios para hacer frente a cualquier riesgo notorio en el corto plazo. Mientras tanto, somos cautelosamente optimistas con respecto a las perspectivas de arrastre para en el corto y mediano plazo (en tanto el dólar estadounidense permanezca contenido y no caigamos en una guerra comercial).
En términos generales, creemos que el resultado electoral debería ser positivo para los sectores de crédito corporativo de los Estados Unidos.
Es posible que estos sectores ahora operen en un entorno más propicio para los negocios. Podríamos ver un relajamiento en la carga regulatoria, una reducción en las tasas impositivas para las empresas (o en la repatriación de capitales extranjeros por única vez), y diversos vientos favorables para la industria que contribuyan a los mercados de crédito. En especial, seguimos siendo optimistas respecto de los bonos corporativos de grado de inversión en el largo plazo. Además, ciertos mercados de activos titularizados con alto flujo de efectivo, siguen mostrándose atractivos.
Seguimos prefiriendo los mercados de tasas con curvas de rendimiento entre el corto y el mediano plazo.
Creemos que los valores del Tesoro protegidos contra la inflación (Treasury Inflation Protected Securities, TIPS, por sus siglas en inglés) ocupan un lugar importante en las carteras actuales. Y dado que probablemente los Estados Unidos siga avanzando hacia una normalización de las tasas de interés, también tiene mucha lógica diversificar la exposición a tasas a nivel global.
Por último, observando el corto plazo, creemos que sigue siendo probable un aumento de la Reserva Federal para el mes de diciembre. Para entonces pueden ocurrir muchas cosas, pero si los mercados permanecen estables y los mercados laborales no flaquean notoriamente, es probable que el banco central proceda con un aumento de un cuarto de punto.