La gente, el mejor recurso para afrontar riesgos

Involucrar a la alta gerencia y a las unidades de negocio en la administración de riesgos permite aumentar la resiliencia ante cambios estratégicos.
Una gestión integral de riesgos se convierte en una de las mejores prácticas para encarar cualquier aspecto que pueda poner en peligro la empresa.

Mientras que a nivel global sólo 13% de las empresas ha logrado involucrar a la alta gerencia y a las unidades de negocio, también conocidas como la primera línea de defensa o front-liners, en la administración de riesgos, en México este número apenas alcanza entre 5 y 8%.
Uno de los principales beneficios de incorporar a este grupo en la administración de los riesgos es el aumento en la capacidad de resiliencia: de las empresas que sufrieron interrupciones causadas por cambios en los modelos de negocios o estrategias, el 55% de los actores de primera línea señaló haberse recuperado con éxito, a diferencia del 48% de otros participantes, indica el estudio Riesgos Corporativos .

a este grupo en la administración de los riesgos es el aumento en la capacidad de resiliencia.

Riesgos financieros, los mejor atacados
En nuestro país, los riesgos combatidos con mayor éxito son los financieros. Luego de la crisis ocurrida en 2008, las instituciones se dieron cuenta de la importancia de regular a este sector, lo que ha provocado que los cambios ocurran muy rápido.
Sin embargo, las empresas que han dejado de lado algunos riesgos que consideran maduros, en pos de concentrarse en otros más disruptivos, han padecido una administración de riesgos menos efectiva.
En este caso, una gestión integral de riesgos se convierte en una de las mejores prácticas para encarar cualquier aspecto que pueda poner en peligro la estrategia y la operación de la empresa.

Grandes oportunidades
Desde mi punto de vista, las empresas mexicanas tienen tres oportunidades para mejorar su desempeño en la administración de riesgos: la primera es utilizar una metodología consistente de riesgos alineada a la estrategia de la organización, en donde el Chief Risk Officer, o director de riesgos, desempeñe un papel cada vez más importante. La segunda es contar con planes flexibles para que se ajusten a todos sus riesgos emergentes de manera proactiva. La tercera es tener una línea de comunicación con los grupos de interés.

Desde fijar un tono organizacional hasta el desarrollo de informes.

Por: Adolfo Ramírez, socio líder de Auditoría Interna, PwC México.