Sin embargo, en este movimiento, las empresas están experimentado una enorme presión y perciben que si no lo logra en el próximo trimestre, su competidor lo va a hacer; sus márgenes van a mejorar, sus accionistas los van a recompensar, y la gente que no se automatice se va a quedar atrás.
Ante la tensión en este nivel de liderazgo corporativo, Roose afirma que quizás debería tomar un poco más de tiempo para que esto sea implementado en las empresas, a sabiendas que las condiciones van a cambiar. Por ejemplo, al hablar de la agricultura, no se trata de tronar los dedos y que todos los agricultores se convierten en trabajadores de la fábrica, es cuestión de tiempo y de contar con un sistema que apoye la transición y a las personas que no pueden dar el salto o no logren hacerlo tan fácilmente.
“A la sociedad le toma ponerse al día con la tecnología, y eso está sucediendo más rápido en esta ocasión. Tomó mucho tiempo para que la tecnología proliferara en estos primeros cambios, y ahora está ocurriendo cada día. Creo que la gente entiende que toda transición tiene algunos elementos buenos y algunos elementos dolorosos y parte de lo que vemos en los períodos de transformación tecnológica es que realmente las habilidades humanas se vuelven más importantes”, señala el especialista.
Ahora bien, el sector financiero también está viviendo esta trasformación. Por mencionar un caso, a través de Aladdin Wealth, BlackRock está construyendo algoritmos de software que ayuden a sus clientes, bancos y sociedades de administración de patrimonio a adaptarse hacia el uso de la tecnología para ayudar a los asesores financieros a enfocarse más en las relaciones con sus clientes.