Por René Nájera, socio de Riesgo Estratégico de Deloitte México
y Manuel Nieblas, socio líder de la Industria de Manufactura de Deloitte México
Las medidas que se han aplicado en China para contener la propagación del coronavirus (COVID-19) han impactado el ritmo productivo en ese y otros países. Contar con procesos flexibles será de gran ayuda para afrontar esta situación.
Aplicar rayos ultravioleta y altas temperaturas a los billetes fueron algunas de las acciones que el gobierno de China decidió llevar a cabo, a mediados de febrero, para evitar la propagación de COVID-19 en esa nación.
Sin embargo, la afectación al dinero físico es una cuestión de menor relevancia, sobre todo si consideramos que la epidemia surgida, a finales de 2019, en la ciudad de Wuhan, ha impactado algo todavía más sensible: las cadenas de suministro.