A nivel mundial, estos accidentes se ubican entre las enfermedades con mayor probabilidad de ocasionar la muerte, además causan graves secuelas neurológicas y algunas discapacidades permanentes en las personas que los padecen. La probabilidad de recaer en ellos es elevado y disminuye notablemente la calidad de vida.
Factores de riesgo
Las situaciones que incrementan el riesgo de padecer un accidente cardiovascular se pueden dividir en dos grupos: aquellos que no son modificables y los que sí lo son.
El primer grupo integra circunstancias en las que no se puede intervenir para disminuir la probabilidad de padecer un ACV, por ejemplo, la edad. Incluso, a partir de los 35 años, el riesgo aumenta hasta duplicarse cada década.
Mientras que en el grupo de los modificables se consideran dos factores muy importantes: la presión arterial y el tabaquismo. Se ha comprobado que existe una relación entre estos y el riesgo de presentar un ACV; de hecho se ha observado que una reducción en la presión arterial también disminuye el riesgo de tener un accidente cardiovascular. De igual forma, el hábito de fumar influye en el riesgo vascular cerebral tanto para los consumidores como para los fumadores pasivos.