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Qué es un infarto cerebral y cómo prevenirlo

Conoce los factores de riesgo y la importancia de tomar las medidas necesarias para evitar su aparición.
jue 16 julio 2020 10:02 PM
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La alteración en los niveles de colesterol, el alto consumo de alcohol, obesidad, falta de actividad física, diabetes e intolerancia a la glucosa, aunque no tienen una relación tan intensa, son factores de riesgo.

Infarto, embolia o derrame cerebral son los términos con los que se le conoce normalmente a un infarto cerebral. Para entender más sobre él, lo primero que debemos hacer es llamarlo por su nombre: accidente cerebrovascular (ACV). Este trastorno afecta a los sistemas arterial y venoso, encargados de la correcta circulación sanguínea en el cerebro. Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares:

Accidentes isquémicosEn estos se presenta una obstrucción en un vaso sanguíneo, provocando una lesión por falta de oxigenación en el cerebro. A esto se le llama infarto cerebral.

Accidentess hemorrágicosEstos ocurren cuando un vaso sanguíneo se rompe y ocasiona que la sangre salga del sistema circulatorio hacia el tejido cerebral, generando una hemorragia cerebral.

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A nivel mundial, estos accidentes se ubican entre las enfermedades con mayor probabilidad de ocasionar la muerte, además causan graves secuelas neurológicas y algunas discapacidades permanentes en las personas que los padecen. La probabilidad de recaer en ellos es elevado y disminuye notablemente la calidad de vida.

Factores de riesgo

Las situaciones que incrementan el riesgo de padecer un accidente cardiovascular se pueden dividir en dos grupos: aquellos que no son modificables y los que sí lo son.

El primer grupo integra circunstancias en las que no se puede intervenir para disminuir la probabilidad de padecer un ACV, por ejemplo, la edad. Incluso, a partir de los 35 años, el riesgo aumenta hasta duplicarse cada década.

Mientras que en el grupo de los modificables se consideran dos factores muy importantes: la presión arterial y el tabaquismo. Se ha comprobado que existe una relación entre estos y el riesgo de presentar un ACV; de hecho se ha observado que una reducción en la presión arterial también disminuye el riesgo de tener un accidente cardiovascular. De igual forma, el hábito de fumar influye en el riesgo vascular cerebral tanto para los consumidores como para los fumadores pasivos.

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La alteración en los niveles de colesterol, el alto consumo de alcohol, obesidad, falta de actividad física, diabetes e intolerancia a la glucosa, aunque no tienen una relación tan intensa, también son factores de riesgo modificables. Al igual que las enfermedades cardiacas previas y el consumo de sustancias ilegales, como la cocaína.

Es decir que un hombre de 60 años, hipertenso, con obesidad y colesterol alto, fumador y que consume bebidas alcohólicas frecuentemente, tiene mayor riesgo de padecer un infarto o hemorragia cerebral.

Prevención

A pesar de esto, los accidentes cerebrovasculares pueden presentarse en personas más jóvenes, sin importar si sean activos, delgados o no fumadores. Todo dependerá del estilo de vida que lleven.

En esta época, las personas desean resultados inmediatos con el menor esfuerzo posible, pero hablando de accidentes cerebrovasculares, la recomendación es dedicar más tiempo en cambiar nuestro estilo de vida para evitarlos.

Para el doctor Mario Alberto Suárez Calderón , presidente del Consejo de Administración y director médico del Instituto Geist, Neurocirugía y Ortopedia, contar con buenos hábitos a lo largo de nuestra vida nos fortalece y nos prepara para poder tener claridad mental y un cerebro sano con todo su potencial.

El instituto cuenta con un equipo multidisiplinario especializado en diferentes ramas de la neurocirugía para atender todo lo relacionado con el sistema nervioso central.

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