Estudiar un MBA en EU: el precio de mirar al norte
Este reportaje se publicó originalmente en la edición del 15 de febrero (1206) de la revista Expansión.
Es una cuestión de peso. La depreciación de la moneda mexicana frente al dólar en los últimos meses se ha convertido en un nuevo factor a la hora de valorar dónde cursar un MBA.
En Estados Unidos, el costo promedio de una maestría de negocios en las cinco escuelas mejor valoradas en el ranking internacional de Expansión de 2016 oscila entre 103,000 y 141,740 dólares. Y en enero, la moneda estadounidense superó, por primera vez, los 22 pesos en bancos. Con un pronóstico en el costo del dólar de 21.25 pesos para el cierre del año, según el consenso del mercado, el programa de 141,000 dólares en Wharton equivaldría a casi 3 millones de pesos.
Si tenemos en cuenta que el 20 de enero de 2016 el dólar cerró a 18.27 pesos y el mismo día de este año, a 21.99, esto supondría un incremento de 20.36% en el costo del posgrado. El aumento mínimo de la colegiatura, si consideramos el promedio de 2016, que fue de 18.69 con el pronóstico del mercado para el cierre de este año, será de 13.7%.
“El golpe por el tipo de cambio es fuerte para las colegiaturas y será un factor que influya en la decisión de estudiar en ese destino”, señala desde la Universidad Anáhuac del Norte Ramón Lecuona, director de la Facultad de Economía.
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Aunque no se trata de un comentario generalizado, algunos centros estadounidenses comienzan a preocuparse ante una disminución en la intención de mexicanos por prepararse en el país. “Saben que la depreciación de la moneda local hace que la deuda incremente, eso disminuye la demanda”, menciona Tatiana Melguizo, doctora en Economía de la Educación por Stanford.
Aun si se mantiene la cantidad de becas, el graduado se enfrentará a un mayor nivel de endeudamiento, esto empujará a los mexicanos a ser selectivos en su decisión de estudiar en mercados donde el peso tenga tal nivel de depreciación, añade Antonio Morfín, director del Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios de la Anáhuac del Norte (Caden).
Actualmente, la mitad de los aplicantes a una Escuela de Negocios afirma que asistirían a un programa ‘menos deseable’ si se le otorga una beca, según datos de Stacy Blackman, firma especializada en orientación para ingresar en MBA. En Estados Unidos, de acuerdo con Student Loan Hero, que ofrece asesoría para refinanciar créditos educativos, las maestrías con mayor demanda de becas son las de ciencia, con un promedio de 50,400 dólares en préstamos (18% del total), y las de educación, con 50,879 dólares (16%). El MBA ocupa el tercer lugar, con créditos promedio de 42,000 dólares (11%).
Pero las maestrías de negocios con demanda “desbocada” por parte de mexicanos no verán una disminución de solicitudes, precisa Morfín. “Es un gusto caro, pero se asumirá si se trata de escuelas consideradas top, como Harvard y Wharton, porque estudiar aquí es asociado con empleabilidad global, reconoce.
Más selectivos
Como reto, dice Lecuona, las instituciones mexicanas que dan apoyos podrían volverse más selectivas con respecto a montos y destinos. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que tiene 10% de sus 57,700 becarios en el extranjero, presentó este año una disminución de 7,046 millones de pesos en su presupuesto, respecto a 2016. De los 26,965 millones de pesos para 2017, 9,000 son para becas, refiere la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados.
Cuando Javier Pérez Bastida puso en su radar profesional viajar a Estados Unidos el año pasado, pensó, precisamente, en iniciar trámites en Conacyt, pero ese apoyo lo obligaba a regresar a México lo antes posible para desarrollar lo aprendido en el país, y no le permitía desempeñarse en el extranjero, uno de sus objetivos. Con una carrera desarrollada en el sector público (es responsable de consejeros en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), el objetivo de Pérez es diferenciar su currículum con una maestría de negocios, que le permitiera ampliar visión también al sector privado.
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Con ese incentivo se inscribió en el MBA-IBEAR (International Business Education and Research), de la Escuela de Negocios Marshall, de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos. Buscaba una región cercana geográficamente a México y que despuntara en lo económico. Encontró esas características en California, pero también se topó con una deuda de 104,250 dólares (superior a 2.2 millones de pesos) por el costo anual del programa, sin contar los más de 5,000 dólares en manutención.
El economista aplicó y recibió una de las tres becas que Marshall tiene para mexicanos (que este año aumentó, al pasar de dos a tres), que oscilan entre 35,000 y 45,000 dólares, más un subsidio para vivienda de 9,000 para alumnos que viajen solos, y 12,000 dólares al hacerlo con familia. “Queremos que estudiantes de ‘alto potencial’ no pierdan la oportunidad de estudiar por un tema económico”, señala Ángela McCracken, directora de la oficina en México de la USC.
Gusto costoso
“No creo que las universidades estén dispuestas a poner recursos para atraer más estudiantes latinoamericanos. Por el momento, no es claro el margen de acción en las escuelas, salvo enviar mensajes contundentes de que se buscará la manera de apoyar” concluye Tatiana Melguizo, profesora asociada de Rossier School of Education, en la Universidad del Sur de California.
Por eso, uno de los retos recae en los candidatos, precisa Lecuona. Se necesita proponer un perfil que confirme más experiencia y conocimiento de temas que pocos dominan, pero tendrán demanda. Selectividad y combinar becas son las reglas del juego en los MBA cuando se vuelven más caros.
“Al dar beca, buscamos estudiantes con una trayectoria ‘fuerte’, lo que significa demostrar crecimiento sostenido y consistencia. Pero también es importante un sólido historial académico (…) en escuelas de calidad, recomendaciones y que la persona sepa hacer una declaración clara sobre su futuro”, precisa Pankaj Bhushan, director asociado en la Escuela de Negocios Marshall.
La otra consecuencia de la llegada de Donald Trump a la presidencia es el impacto que tendrá en la diversidad de los programas, señala Claudia Amezcua, directora de Admisiones en el IPADE. De acuerdo con una encuesta de FPP EDU Media e International Education Advantage, especializadas en ferias académicas y asesoría para admisión en escuelas internacionales, respectivamente, 60% de estudiantes a nivel mundial refirió antes de las elecciones que era menos probable elegir ese país si el magnate era elegido.
Si bien las escuelas de negocios tienen como principal objetivo ser internacionales y eso no cambiará, el hecho que hoy se viva en ese país una política de diversidad más desafiante, aunado a los costos de los programas, podría ser un buen elemento para atraer a los mexicanos que consideren estudiar fuera, detalla Amezcua. “Las escuelas de negocios están ante una importante oportunidad y no sólo para que mexicanos se queden, también para atraer a alumnos de otras regiones que vean en México una oportunidad para entrar al mercado de Latinoamérica”, dice la directora de Admisiones.