El mundo del automóvil, un espacio difícil para las mujeres
La industria del automóvil es dominada por hombres, aunque un grupo de perseverantes mujeres decidieron comprarse esa batalla a pesar de enfrentarse al sexismo, la discriminación y los salarios desiguales.
Maryann Keller, de 74 años; Michelle Krebs, de 62, y Rebecca Lindland, de 40, afirman que nunca enfrentaron en la industria asedio parecido al que ahora se denuncia, por ejemplo, contra el productor cinematográfico Harvey Weinstein.
Pero en conversación con AFP durante el Salón del Automóvil de Detroit 2018, las tres dejaron en evidencia que en algún momento sintieron que no eran bienvenidas en el mundo masculino de la industria automotriz.
Con conocimientos y experiencia que para muchos simplemente parecen no tener explicación, Keller, Krebs y Lindland son requisitadas analistas, consultadas frecuentemente para discutir la lucha entre las gigantes japonesas o las ambiciones de Tesla.
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Krebs, del sitio especializado AutoTrader.com, recordó que cuando empezó "había cierto escepticismo que no permanecería mucho tiempo en ese segmento".
"Yo sé si me tomaban en serio", acotó Keller, quien fue una analista financiera en el también masculino mundo de Wall Street antes de especializarse en la industria automovilística y abrir su propia firma de consultoría.
Keller mencionó "eventos tontos" y "comentarios inapropiados" de parte de distribuidores, pero se negó a ofrecer detalles.
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Golf, pesca y carreras
Krebs y Lindland, en cambio, fueron más abiertas sobre la discriminación enfrentada.
"Siempre tenía que estar segura de saber absolutamente todo, porque ellos siempre dudaban que una mujer pueda saber todo", dijo Lindland.
Por su parte, Krebs comentó que "hubo todo un rango de relaciones masculinas que la que fui excluida", como las tradicionales jornadas para jugar al golf, o salir a pescar o acompañar carreras que sus colegas hombres siempre disfrutaron.
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"En aquellos días... cuando ibas a probar un vehículo generalmente uno va con un acompañante. Nadie quería dar una vuelta conmigo", añadió.
Experiodista, Krebs comenzó a acompañar el mercado automotor en 1980 en un pequeño periódico local en Michigan.
Posteriormente, se convirtió en la primera mujer en hacer análisis de modelos de automóviles para The New York Times, en la década de 1990... pero entonces pasó a ser objetó de insultos de partes de lectores misóginos.
"Nunca olvido el día que recibí una carta de un lector de Texas, que decía que 'las mujeres no tienen nada que hacer escribiendo sobre autos, deberían estar en la cocina haciéndome unos bizcochos de chocolate'. Nunca lo olvidé", dijo Kreb.
Lindland, a su vez, contó que fue una apasionada por automóviles desde que tenía 9 años de edad, pero que, ya siendo una profesional, los eventos y salones era un objeto de mucha frustración.
"Todos parecían asumir que yo era parte del personal de apoyo", dijo.
Además, dijo que "no hay dudas" que ella y sus colegas mujeres ganan menos que los hombres. "A mí misma y a mis colegas nos pagan menos... Esta es posiblemente la parte más frustrante".
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En años recientes, las grandes montadoras han realizado esfuerzos honestos para contratar más mujeres, pero la mayoría de los empleados sigue siendo formada por hombres.
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Regrese con su marido
"Parece que hay lugares seguros donde podrías tener mujeres... puede ser una economista o en recursos humanos", ironizó Keller.
En el más alto nivel de la industria brilla solitaria la estrella de Mary Barra, CEO de la gigante General Motors desde 2014, un cargo que Keller describió como "muy, muy significativo".
Y aún así, comentó Keller, aunque Barra pasó la totalidad de su carrera en la industria automovilística, aún hay quien cuestione sus credenciales.
En cambio, recordó, el nuevo CEO de Ford, Jim Hackett, que tiene mucha menos experiencia que Barra, no es cuestionado.
"Cuando yo comencé, en los años '90, si yo fuese a comprar un automóvil posiblemente me dirían que retorne con mi marido", dijo Keller, quien recordó que a ella, Krebs y Lindland les tomó años para ganarse el respeto de sus colegas.