Cómo remodelar casas... y tu propia vida
Chip Gaines ha cometido muchos errores en su carrera: no tener contador, olvidar la caja registradora abierta, desaparecer de sus negocios durante semanas y hasta caerse en un barranco en bicicleta. Después de varios intentos, aprendizaje, crecimiento y ‘construcción’, se convirtió en un emprendedor dedicado a una cosa particular: “voltear casas” de arriba abajo, remodelarlas y ponerlas a la venta.
Junto con su esposa Joanna, que es diseñadora, cofundó Magnolia Homes, Magnolia Market y Magnolia Realty, tres subdivisiones de Magnolia Villas, empresa dedicada a la construcción, bienes raíces y diseño de interiores.
A finales del año pasado, el también conductor del programa de televisión Fixer Upper, del canal HGTV, publicó Capital Gaines: The Smart Things I’ve Learned from Doing Stupid Stuff, un superventas en el que recopila todo lo que ha aprendido de sus errores.
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Durante su educación primaria, en Texas, Gaines recuerda que, cada vez que había sesiones de comprensión lectora, se formaban equipos de alumnos con nombres de aves: las águilas, los cuervos o los pelícanos. Él era el único de su salón que pertenecía a los pingüinos. Mientras los demás terminaban sus actividades, él tenía que reunirse en el gimnasio con los demás ‘pingüinos’ del colegio. Tiempo después comprendió que los pingüinos, las aves sin alas, eran los chicos que tenían problemas de aprendizaje.
No fue un impedimento para que Gaines obtuviera una licenciatura en Marketing por la Hankamer School of Business. Los pingüinos no pueden volar pero son increíbles para nadar. Así ha sido el rumbo de Chip Gaines. “Algunas de las grandes historias de éxito vienen de personas que fueron incomprendidas. Sus fortalezas tal vez no eran visibles, tuvieron arranques lentos o tomaron caminos erróneos. De alguna manera, Albert Einstein, Walt Disney o Michael Jordan no encajaron en el supuesto camino al éxito y tuvieron que reinventarse”, escribe.
Su destino cambió cuando lo eliminaron del equipo de béisbol de la universidad, un deporte al que pensaba dedicarse de manera profesional. De pronto, quedaba a la deriva de un futuro incierto. Nada lo emocionaba. Tuvo que buscarse un nuevo escenario, volver a soñar y empezar desde cero.
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Y, entonces, miró a través de la ventana del salón y vio la entrega con la que trabajaba un jardinero. Empezó cortando césped, pronto tuvo su propio negocio de jardinería, luego tuvo tres y una empresa de construcción. Se rodeó de gente muy trabajadora, entre ellos, muchos migrantes de origen mexicano, y hasta se propuso viajar a México para aprender español y entender mejor a su equipo.
Junto con Joanna, abrió un negocio de diseño de interiores, con lo que formaría su expertise en bienes raíces. “No habría sido un emprendedor exitoso si no hubiera sido por las cosas que aprendí del béisbol: debajo de aquellos reflectores, tener agallas y determinación se convirtieron en parte de mi naturaleza”, señala Gaines.
Pronto se diversificó. Magnolia Market brincó a formar parte de una firma dedicada a la remodelación residencial y comercial, construyendo una reputación remodelando propiedades para después ponerlas a la venta. “Terminé encontrando un nuevo propósito en la vida, una nueva pasión, un nuevo béisbol. Así comenzó mi viaje hacia los negocios, un largo camino de emprendimiento”, concluye.
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