“La mayoría de la gente odia ir a las reuniones porque carecen de un verdadero debate. Si en estas juntas hubiera organización y las personas se concentraran en hablar sobre verdaderas soluciones o, al menos, consideraran alternativas, entonces sería más fácil escuchar los puntos de vista de todos”, menciona Navarro.
Pero la cultura laboral mexicana todavía está acostumbrada a la ‘juntitis’, fenómeno que genera pérdidas mayores a los 700,000 pesos anuales, según la firma de coaching y consultoría Expandiendo. Tanto así que, en promedio, cada empleado asiste a cinco reuniones a la semana.
Si eliminar las juntas no es una opción en las empresas, la gerente de calidad de Kokatu ofrece cinco recomendaciones para que, al menos, el intercambio de opiniones no se convierta en una pelea laboral: