De acuerdo con el estudio Language Experience Statistical Journey, realizado por la startup de aprendizaje social de idiomas Poliglota, el inglés de los mexicanos se concentra en el nivel básico (A2). En términos de edad, los mejores hablantes corresponden al grupo de entre 26 a 35 años y de 46 a 55 años, con un nivel intermedio (B1). La edad promedio de los gerentes y directores de empresa es de 40 a 55 años.
En Chile, estos grupos de edad dominan los niveles básicos del inglés, mientras que, en Perú, las personas de 36 a 45 alcanzan el nivel intermedio. Arturo Shapiro, gerente de Poliglota en México, explica que en este nivel las personas son capaces de entender puntos principales de textos y conversaciones y pueden llegar a hablar sobre temas que les son familiares, pero aún no se pueden expresar con fluidez.
Shapiro comenta que el análisis fue realizado entre estudiantes de la comunidad latinoamericana de la startup, con una muestra de 3,304 personas. Esta población está conformada por bajos, medianos y altos ejecutivos, así como jóvenes que aspiran a tener una mejor oportunidad laboral.
“Las empresas están totalmente conscientes de esta limitación. No ser capaces de comunicarnos en inglés puede penalizarnos a la hora de acceder a un puesto de trabajo o a un ascenso dentro de nuestra propia empresa”, agrega Natalia Casal, especialista en aprendizaje de la escuela ABA English.
En México, sí hay interés de algunas compañías porque su nuevo talento domine el inglés de negocios, debido principalmente a la cercanía y relación comercial con Estados Unidos. Oliver Odreman, director de Page Personnel, firma enfocada en la identificación de talento para coordinaciones y gerencias, asegura que hay organizaciones que incluso piden que sus líderes hablen hasta tres idiomas.
En su experiencia en el mundo del reclutamiento, el dominio del inglés para puestos ejecutivos es muy importante. Sin embargo, en la selección de un candidato también interfieren otros atributos que, sumados, a veces compensan la falta del dominio de un idioma.
“El manejo del inglés no es un aspecto que se evalúa como único. También importan las habilidades técnicas y blandas como el liderazgo, toma de decisiones, trabajo en equipo. Factores que determinan si la persona está alineada o no con las expectativas de la función que va a desempeñar”, explica el directivo.
Para cada puesto hay requerimientos específicos. En el caso de los altos ejecutivos, Odreman menciona que la capacidad de adaptación e interés por seguir aprendiendo son habilidades muy valoradas entre las empresas. Incluso, hoy las mismas organizaciones están apostando más por las competencias blandas, en el entendido de que las habilidades técnicas, como el inglés, se pueden desarrollar con el tiempo.
“Solo se descartaría a un candidato que no domina el inglés cuando esa habilidad técnica es indispensable para la función que se va a realizar de forma inmediata”, dice el experto. En ese sentido, sí puede darse que un líder se coloque como CEO o gerente a una compañía sin el dominio del idioma. A lo largo de su trayectoria puede o no desarrollar la habilidad.
Alexandrin refiere que la atención a los compromisos laborales es el principal motivo por el que los altos ejecutivos no priorizan el aprendizaje del inglés o la práctica del idioma en el área específica que necesitan para robustecer su perfil profesional.
Esto es un gran error, coinciden los especialistas consultados, ya que mientras más habilidades tenga un CEO o un gerente, más competitivo será en el mercado. Las empresas que no valoran en su talento esta habilidad técnica, dicen, están obstruyendo su propio crecimiento, que en tiempos COVID-19, es más necesario que nunca. Una persona con manejo intermedio del idioma debe reforzar el inglés estándar o formal para luego comunicar en un ámbito de negocios.