“En cada oportunidad tienes que refrescar aquello que necesitas para asegurar que lideras con conciencia. Hay una brecha enorme entre lo que aprendimos al salir de la universidad y dónde estamos ahora”, dice.
Después de la pandemia, el mercado laboral ha cambiado. Los líderes como Elizondo requieren nuevas herramientas y habilidades que los ayuden a adaptarse rápidamente a los cambios, para que puedan agregar valor a sus organizaciones.
Moís Cherem, CEO de la startup de formación ejecutiva BEDU y miembro del World Economic Forum, refiere que la mayoría de los ejecutivos adopta un estilo de liderazgo, observando las prácticas ya establecidas en la organización.
Los líderes de la ‘vieja guardia’, menciona, mantienen un método autoritario y de control para que la gente no se salga de los parámetros que ellos consideran que son los correctos.
No obstante, Alejandro Paz, country manager en la firma de reclutamiento Robert Walters, señala que un líder que no evoluciona en su formación y mindset no construye relaciones auténticas con su equipo. Y esto se refleja en la rotación de los empleados y los índices de engagement y productividad. Según una encuesta de Gallup, una empresa estadounidense de análisis, el 75% de los trabajadores renuncia debido a un mal liderazgo por parte de su jefe inmediato.
De acuerdo con Fernanda Páez, directora de la empresa de reclutamiento especializado Michael Page, un líder nunca debe dejar de desarrollarse, y el liderazgo como tal es una habilidad que se va adquiriendo a lo largo de la carrera profesional.
Si bien, no existe una licenciatura o maestría centrada exclusivamente en liderazgo, cada vez hay mayor oferta académica que da herramientas para ser un líder inspirador y con propósito, es decir, una persona que se ocupa de que sus colaboradores accedan a un desarrollo real alineado a los objetivos de la organización.
De acuerdo con los especialistas consultados, en el mercado educativo los nombres de las carreras y posgrados ejecutivos varían según la instancia académica. Pero las que ayudan a moldear y a potenciar un estilo de liderazgo consciente y con propósito son las que están vinculadas con los siguientes temas:
Comunicación estratégica. Con el auge del home office, es vital que los líderes sepan cómo interactuar de una manera más efectiva y empática, desde un comportamiento o lenguaje corporal, o un speech más rico con contenido, con situaciones específicas. La comunicación asertiva toma relevancia al momento de relacionarse con el equipo y de tomar decisiones.
Nuevas metodologías e innovación. Las organizaciones requieren ser más ágiles para evolucionar, por eso es importante que los líderes conozcan sobre nuevas metodologías como Lean startup, métodos ágiles, desarrollo de producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés) y el enfoque de innovación. Esto puede ayudar a que impulsen a sus organizaciones, sin burocracia en el proceso ni excesivas cargas de trabajo.
Gestión de proyectos digitales. Con los avances digitales y la nueva era de información, es importante que los líderes estén a la vanguardia. A pesar de que no serán los ejecutores deben conocer el panorama que la digitalización ofrece para que sus organizaciones lo puedan implementar. Esto implica desarrollar estrategias, diagnosticar las dolencias de una empresa y trabajar por objetivos reales en cada proyecto.
Intraemprendimiento social. Saber cómo abrir oportunidades de emprendimiento dentro de la organización, para que los equipos puedan comenzar proyectos, enfocados en la creación de valor social y el cumplimiento de los objetivos sociales, alineados con el modelo de negocio.
Análisis de datos. En tiempos de información, los líderes pueden sacar provecho de los datos para conocer mejor a su equipo. Desde ayudarlos en su plan de carrera, con base en sus metas y logros, hasta saber qué esperan de la empresa para que tengan una mejor calidad de vida.