Hasta ahora, de los más de 4 millones de empleados subcontratados en el país, 830,000 han salido de este esquema, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
La antigüedad siempre es clave para que los empleados reciban mayores remuneraciones cuando hay una separación laboral, por despido o renuncia. Por eso es que los años trabajados cobran relevancia en el proceso de transferencia patronal. Influyen en la reinstalación de trabajo, indemnizaciones, preferencia en vacantes o nuevos puestos, retiros y, claro, en la prima de antigüedad.
De acuerdo con el artículo 162 de la LFT, la prima de antigüedad es un derecho para los trabajadores con más de 15 años de trayectoria en una compañía. A ellos, se les debe pagar un total de 12 días de salario mínimo por año trabajado, sin importar que se trate de una renuncia o despido.
En cuanto a las indemnizaciones, el artículo 50 de la misma ley dice que los montos que recibirá el trabajador se determinan por la antigüedad, y los lineamientos del contrato de trabajo. Por ejemplo, en un contrato por tiempo indeterminado, un empleado que es despedido tiene derecho a recibir 20 días de salario por cada año que prestó sus servicios.
“En esta transición, y en general, existen empresarios buenos y malos. Es importante que los empleados sepan hacer valer sus derechos labores”, comenta José Luis Lavín, socio del despacho GLZ Abogados.
El especialista en derecho corporativo aconseja no firmar ningún documento hasta que primero lo vea un abogado de confianza. Además, hay que tener en cuenta que si la empresa de outsourcing termina la relación laboral, por ley debe indemnizar, y que un contrato de sustitución patronal no implica una liquidación, pero el nuevo documento debe incluir la antigüedad del empleado, su salario real y el cambio de razón social de la empresa.
No todas las empresas tienen flujo de caja para absorber el total de trabajadores que tenía subcontratados. Vela prevé que no todos los colaboradores por outsourcing lograrán sumarse a la nómina de los empleadores. El abogado advierte que algunas empresas suelen recurrir a otras vías para pagar menos a los empleados a los que contempla despedir, como la renuncia ‘voluntaria’, con la promesa de reingreso en un futuro, para quedar en buenos términos con la compañía o evitar un juicio laboral tardío. En estos casos, el trabajador puede denunciar presiones ante los tribunales del trabajo.