Pablo Lezama, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH), advierte que el reordenamiento de las nóminas inevitablemente aumentará el desempleo en el país. "No todas las organizaciones cuentan con el flujo de caja ni con los recursos humanos y materiales para incluir en su nómina al total de las personas que fueron subcontratadas", dice.
Al cierre del 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó 4,685,356 trabajadores en el esquema de outsourcing. Esta figura tiene su historia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoció su importancia, tras aprobar el Convenio 181, en el que precisó que las agencias de empleo privadas tienen un papel legítimo en el mercado de trabajo cuando están bien reguladas.
Aunque Estados Unidos, Canadá, Perú, Chile, Uruguay, Argentina y Colombia son algunos países que cuentan con una regulación de no prohibición al outsourcing, en México se ha restringido. Para Héctor Márquez, presidente de la asociación y director de relaciones institucionales de Manpower Group, la clave estaba en combatir directamente a las empresas que se han aprovechado de la figura para evadir impuestos.
Los líderes empresariales insistieron en que la regulación de esta figura en México debía anteponer la importancia del outsourcing para crear empleos formales, incrementar las oportunidades laborales, otorgar mejores condiciones de trabajo y sancionar la ilegalidad. Pero finalmente la reforma fue aprobada en ambas Cámaras.
El abogado laboral Kair Vela aconseja lo siguiente a los colaboradores que están contratados en este esquema:
Tener claridad
Mantener la calma y cerciorarse de que están contratados por outsourcing. En este momento de incertidumbre deben tener visibilidad clara de que la empresa que maneja su situación fiscal es legal, y está cumpliendo mes a mes con sus aportaciones al seguro social.
Pedir copia del contrato
Vela prevé que la desaparición del outsourcing desatará una ola de juicios laborales. En su experiencia, el 90% de los casos los gana el trabajador que fue despedido, siempre que pueda comprobar que sí laboraba para cierta compañía.
“En un despido injustificado se demanda a la empresa de outsourcing, y si no responde se puede demandar a la compañía, donde se prestaba el servicio. El detalle es que la justicia laboral en México es muy lenta y un juicio laboral puede tardar hasta seis años en resolverse”, puntualiza.
Guardar los recibos de pago
Es oportuno que el colaborador guarde cada recibo de pago. Así podrá demostrar cuál era su salario real. Si el patrón estaba entregando una cantidad menor al seguro social tendrá que reponer esas cantidades y además se hará acreedor a una multa.
Tener testigos
No solo se refiere a los compañeros de trabajo que quieran testificar, sino a otros elementos que sirven de evidencia en un juicio laboral. Por ejemplo, la credencial del trabajo o los estados de cuenta del banco, donde se reflejen los depósitos de la empresa.