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¿Empleados estresados? Ofréceles clases de yoga… pero sobre el agua

Con la pandemia del coronavirus, el cuidado de los empleados cobró mayor relevancia entre las empresas. Muchas comenzaron a ofrecer clases virtuales de yoga para procurar el bienestar del talento.
mié 15 septiembre 2021 12:39 PM
Sup Yoga
El Sup Yoga se practica en el agua sobre una tabla que se llama paddle board yoga, y que es muy similar a la que utilizan los surfistas.

Si se desconcentra solo un poco puede caer al agua. No sería la primera vez que ocurre, pues en los casi cuatro meses que Samantha Ferráez lleva practicando Sup Yoga por lo menos ha caído a la alberca un par de veces.

La joven conoció la práctica de yoga sobre el agua, gracias al programa de beneficios de su trabajo. Ella es gerente global de estudios de investigación en una empresa farmacéutica y su labor consiste en probar en humanos los fármacos recién creados.

El estudio Yoga Flowt, donde toma las clases de yoga sobre el agua, es una de las actividades a las que puede acceder como parte del convenio que la farmacéutica tiene con la firma de membresías Gympass.

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“La responsabilidad de este trabajo es grande porque se trata de la salud de las personas. Las clases de Sup Yoga me han ayudado a concentrarme más, a bajar mis niveles de estrés y a mantener el control aún con el vaivén del agua”, comenta.

Samantha no es la única colaboradora que tiene esta prestación laboral. Adriana Romandía, fundadora de Yoga Flowt, asegura que cada vez más empresas se interesan por esta modalidad para desestresar a sus empleados.

Antes de la pandemia, el 100% de sus clientes eran usuarios que llegaban al estudio por cuenta propia o por la publicidad en redes sociales. Ahora en la balanza ya hay personas que fueron encaminadas por su organización, y que practican la disciplina para ser más eficientes en su labor.

Qué es el Sup Yoga y cómo puede beneficiar a los empleados

El Sup Yoga es un estilo de yoga que nació en California, Estados Unidos. Se practica en el agua sobre una tabla que se llama paddle board yoga, y que es muy similar a la que utilizan los surfistas.

Cada tabla para practicar yoga en una piscina se sujeta con cuerdas elásticas y mide 80 centímetros de ancho y 3.5 metros de largo, un metro más de lo miden de ancho los carriles de una alberca olímpica, y lo suficiente para que una persona pueda hacer las posturas básicas de esta disciplina.

Es muy popular en Estados Unidos, mientras que en México es más conocida en los destinos de playa porque se ofrece como actividad recreativa sobre las olas. Sin embargo, en los últimos años la disciplina llegó a las albercas como una alternativa para que las personas encuentren su centro en un escenario movible e incierto.

“El tipo de yoga que se practica sobre la tabla es hatha tradicional. No es necesario que seas un experto, ya que las clases se adaptan al ritmo de cada persona y terminan con una meditación flotante. Además del seguimiento en los protocolos de seguridad, los grupos son de máximo nueve integrantes”, detalla Romandía.

A través de Sup Yoga, las empresas pueden ayudar a que su talento conecte la mente con su cuerpo y aprenda a mantener el control en situaciones adversas. Estar en el agua obliga, de una forma divertida, a trabajar mucho más el control corporal y a activar la zona media.

Romandía asegura que con la práctica constante se alimenta el pensamiento estratégico, se respira a conciencia, y aumenta la estabilidad en un 95% y la velocidad y agilidad en un 90%.

Con la pandemia del coronavirus, el cuidado de los empleados cobró mayor relevancia entre las empresas. Muchas comenzaron a ofrecer clases virtuales de yoga para procurar el bienestar del talento. Según datos de OCCMundial, solo en octubre y noviembre de 2020, el 55% de la oferta organizacional estuvo en sesiones de yoga, mindfulness y meditación.

Esperanza Martínez, especialista en cultura laboral y socia de la empresa de bienestar organizacional Evexia Psicoemocional, considera que esta dinámica sobre el agua es una buena analogía con la pandemia, ya que la gente perdió la estabilidad y certeza de un día para otro.

La incertidumbre y los cambios sin previo aviso, menciona, detonaron el estrés laboral y la ansiedad de los colaboradores. “Con los cuidados adecuados y un plan de vacunación más avanzado es oportuno que las organizaciones volteen a ver opciones como ésta para desestresar a su gente y darles la oportunidad de adquirir herramientas para su bienestar y salud mental”, indica.

La especialista refiere que una empresa que invierte en mejorar y personalizar sus programas de beneficios recibe del talento mayor motivación, productividad, compromiso, sentido de pertenencia, lealtad, tranquilidad y satisfacción.

La idea, agrega Romandía, es que los empleados sepan que no hay dogmas. Que todo es modificable y variable, y que se vale salir de la zona de confort, probar algo nuevo, divertido, diferente, experimentar nuevas sensaciones y ser creativos para redescubrir cada postura. “La caída, la mojada y el chapuzón merecen la pena y son parte de la experiencia”, opina.

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