“No es que el yoga no ayude, pero los programas corporativos tienen que ser integrales y ofrecer más posibilidades. Es importante que las empresas hagan un diagnóstico para saber cuáles son las necesidades reales de su talento. Una actividad o beneficio no funciona igual para todos”, afirma la especialista.
Pero la realidad es que la mayoría de las empresas no cuentan con programas personalizados e integrales de salud para los colaboradores. Nueve de cada diez organizaciones que se acercan a la consultora Advisory Network for Wellbeing ofrecen beneficios generales relacionados con el bienestar médico. Y nueve de cada diez compañías que trabajan con la firma Lockton están buscando cómo proporcionar beneficios que sean más efectivos y de atención para el colaborador. Sin embargo, aún están en transición.
Annel Lozano, subdirectora de Wellness en Lockton México, comenta que hoy las empresas deben preocuparse por ofrecer beneficios en términos médicos, pero también preventivos y de salud mental. “Una barrera que vemos en las organizaciones es creer que un programa más holístico es caro. Y lo que terminan ofreciendo no contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas. La clave está en guiarse con la NOM-035 y la NOM-036, en realinear costos internos y en aprovechar las herramientas gratuitas para diseñar una mejor estrategia de salud laboral”, dice.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy, el duelo, el aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos de salud mental en las personas, es decir, transtornos de ansiedad, del estado de ánimo, de alimentación, o de estrés postraumático.
“Una persona con depresión puede faltar hasta 25 días al año. Y una persona con efectos traumáticos puede faltar de 12 a 14 días al año. Las empresas que no tengan claro que además de atender los factores de riesgo psicosocial tienen que prevenir las consecuencias en la salud mental y emocional de los empleados, no están haciendo un buen trabajo”, afirma Jorge Mérida, socio creativo de Advisory Network for Wellbeing.
Para desarrollar un programa integral en materia de salud laboral, que impacte positivamente en la vida de los colaboradores, los especialistas consultados aconsejan extender beneficios a los familiares directos del trabajador y poner atención a cinco ejes:
La salud física. La creación y seguimiento a los diagnósticos y expedientes con antecedentes clínicos de cada trabajador para poder crear trajes a la medida. A partir de ahí ofrecer la seguridad social por ley, gastos médicos mayores, chequeos médicos, descuentos en medicamentos y un abanico fitness a elección del colaborador.
La salud nutricional. Las acciones que promuevan una alimentación consciente, y que se den con ayuda de aplicaciones, webinars o consultas de nutrición personalizadas.
La salud emocional. Las consultas psicológicas y de tanatología. También forjar a líderes empáticos con la habilidad de la escucha, que se preocupen por conocer el entorno personal de su gente.
La salud financiera. Los colaboradores necesitan herramientas de ahorro, para el retiro, o para hacer frente a la contingencia. Por ejemplo, cajas de ahorro o vales de despensa.
La salud mental. Las actividades lúdicas para identificar cuáles son los problemas de salud mental, cuándo un problema emocional se convierte en trastorno mental, y cuáles son las formas de prevenirlo y tratarlo.