Relaciones de trabajo ¿estrictamente profesionales?
Arturo Juárez, coordinador general del Observatorio de Factores de Riesgos Psicosociales y Bienestar Organizacional, coincide en que la amistad entre compañeros puede ser un apoyo social para enfrentar los retos en el trabajo porque ya hay una evolución en las relaciones laborales y su vínculo con la ética. De ahí derivan acciones de conexión, como los intercambios de regalos en Navidad o el festejo de los cumpleaños.
“Hace unos años, se creía que estas relaciones debían ser frías y estrictamente profesionales, pero como seres humanos tenemos necesidades psicológicas básicas. Una de ellas es el gregarismo, es decir, pertenecer a un grupo y sentirnos aceptados en él”, comenta.
Datos de la firma de reclutamiento PageGroup revelan que si una persona se siente a gusto en un ambiente laboral y bajo un modelo flexible de trabajo, su nivel de compromiso y productividad aumenta un 44%. Los equipos de alto desempeño y cercanía están relacionados con una buena comunicación y una meta en común.
Juárez, sin embargo, recomienda fijar límites a las relaciones amorosas en el trabajo, ya que pueden interferir con el desempeño y el clima en general, por un conflicto de intereses en el que en algún momento uno de los involucrados priorice a la pareja sobre su empleo. Los problemas más recurrentes son que si uno se va de la empresa, también lo haga la otra persona, o que haya incomodidad en el equipo tras una ruptura. “El impacto cualitativo es mayor”, puntualiza. Por eso, “mejor, buenos compañeros”, apunta Fernanda Páez, directora de la firma de reclutamiento Michael Page.
El factor más importante para que un equipo de trabajo labore bajo un ambiente de felicidad es el líder, al igual que un mal jefe es el principal motivo de renuncia.
Mi líder, mi coach
Según el estudio ‘Tendencias del entorno laboral en México’, realizado por la consultora Kelly Services hace dos años, 42% de los empleados no consideraba que su jefe fuera un buen líder. Mientras que la firma de análisis Gallup reveló que un 75% de los colaboradores renunciaba a un empleo por un mal liderazgo o por el clima organizacional.
“Cuando hay una mala relación laboral es más fácil perder la objetividad y eso nubla la capacidad para tomar decisiones e interactuar con las personas. Un elemento clave para la colaboración es la apertura para escuchar, dialogar y llegar a acuerdos”, menciona Páez. En la actualidad, dice, la permanencia en una empresa está más delimitada por lo emocional.
El hecho de que te sientas cómodo en el lugar donde te desenvuelves y puedas expresar tus ideas y relacionarte sanamente con los demás es crucial. En 2020, ResumeLab, una plataforma de asesoría para crear mejores CV, halló, a partir de una encuesta a 1,000 estadounidenses que alguna vez tuvieron un líder hostigador, que 48% de ellos solo aguantó esa situación uno o dos años; el resto se quedó por la relación cercana con sus compañeros.
“La tendencia actual va hacia la construcción de relaciones significativas y trascendentes mediante la conexión humana. Prohibir a la gente que conecte desde lo humano se interpone en el desarrollo de la empatía, inteligencia emocional y un liderazgo humanista”, concluye.