¿Por qué medir la productividad por horas es un enfoque obsoleto?
México, el segundo país con más horas laboradas después de Colombia entre los miembros de la OCDE, pero al mismo tiempo, es uno de los menos productivos.
Existe una deducción comúnmente aceptada: a mayor cantidad de tiempo dedicado al trabajo, mayor será la productividad de una persona. Sin embargo, en medio del debate sobre la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, la medición de la productividad ha ocupado el centro de la discusión.
Resulta evidente que esta premisa de que más horas implican mayor productividad no se aplica de forma universal, especialmente en países como México, que es el segundo país con más horas laboradas después de Colombia entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero al mismo tiempo, es uno de los menos productivos.
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Álvaro Ferri, Country Manager de Factorial, una empresa de software de recursos humanos, destaca la diversidad de enfoques para medir la productividad, resaltando que la selección de indicadores está estrechamente ligada a los objetivos específicos de cada empresa. Entre los indicadores más importantes se incluyen el tiempo dedicado a proyectos, la entrega de resultados, el logro de objetivos y la calidad del trabajo.
La premisa fundamental es ajustar la medición según las necesidades reales de la organización, reconociendo que cada área y equipo posee métricas distintas que reflejan su desempeño.
Por ejemplo, en los departamentos comerciales se evalúan aspectos como el número de propuestas enviadas, los días del ciclo de venta, la tasa de pérdida de clientes y las ventas totales. En finanzas, el enfoque se centra en la facturación, la gestión de deudores, la proyección financiera y el porcentaje de liquidez. En el ámbito del marketing, se toma en consideración el número de leads, el índice de engagement y el retorno de inversión (ROI), entre otros factores. También es importante que la medición de la productividad considere las diferencias entre los empleados y sus funciones, así como aspectos como la motivación y el salario emocional.
Más eficiencia, menos burnout
Álvaro Ferri sostiene que la mejora de la productividad se alcanza mediante la capacitación y el desarrollo de los empleados. "No es suficiente asumir que un colaborador cumplirá sus objetivos solo por haber sido contratado; se requiere escucharlo y acompañarlo", señala.
Además, cuestiona la idea de que hacer trabajar a las personas largas jornadas resulta en una mayor eficiencia, ya que invertir más tiempo no siempre se traduce en mejores resultados. "Es crucial establecer objetivos desafiantes pero alcanzables para evitar la desmotivación", añade.
Alejandro Paz, Country Director de Robert Walters, resalta que ajustar la forma en que se mide la productividad hacia resultados concretos tiene un impacto positivo en la motivación y el compromiso de los empleados. Afirma que al sentirse valorados por sus contribuciones, los colaboradores tienden a estar más comprometidos con su trabajo.
Las empresas, asegura, deben implementar una gestión efectiva del tiempo, con herramientas, capacitación, pausas activas, programas de beneficios y políticas de flexibilidad. Y, en pleno auge de la inteligencia artificial, persisten las barreras tecnológicas que frenan el flujo de trabajo eficiente, ya que, en promedio, los trabajadores utilizan sólo el 10.5% de las herramientas disponibles, a pesar de que podrían ahorrar más de 10 horas semanales con mayor apertura tecnológica y capacitación.
Un sondeo global realizado en 2023 por monday.com y RepData, que incluyó a 4,000 trabajadores, reveló datos interesantes sobre la percepción de la tecnología en el ámbito laboral en México y a nivel mundial. Mientras que el 90% de los empleados en México considera que la tecnología es crucial para su compromiso laboral (superando el promedio global del 80%), solo el 38% (26% a nivel mundial) cree que cuenta con las herramientas necesarias para ello.
"Siempre he creído en la filosofía de mantener contento al colaborador, lo cual genera satisfacción en el cliente y, en última instancia, en el accionista. Esto se logra mediante un enfoque de gestión que fomente la escucha activa y la participación del colaborador, reconociendo que la productividad está intrínsecamente ligada a un liderazgo efectivo", expresa Ferri.
"Una ejecución clara respaldada por un equipo capaz y comprometido es esencial para alcanzar una verdadera productividad".