Los latinos representan el 19.5% de la población estadounidense y el 60% de ellos son mexicanos. Su impacto económico es innegable: en 2022, contribuyeron con 3.6 billones de dólares al PIB de Estdos Unidos, de los cuales 2.06 billones provinieron de mexicanos. Además, constituyen el 19% de la fuerza laboral y tienen la tasa de participación más alta entre todos los grupos poblacionales.
La edad promedio de los latinos es de 30.7 años, mucho menor que los 41.1 años de los angloamericanos, es decir, que son una fuerza de trabajo joven.
Muchos de los repatriados han trabajado en sectores clave como manufactura, logística, construcción y servicios, adquiriendo experiencia en sistemas de producción avanzados y estándares de calidad internacionales. También destacan por su dominio del inglés y su capacidad de adaptación a entornos laborales exigentes.
"Son personas que han tenido que adaptarse a otra cultura, resolver problemas en entornos laborales exigentes y aprender sobre la marcha. Esa capacidad de adaptación y resolución de problemas es algo que las empresas necesitan más que nunca", señala Arleth Leal, socia directora de Red Ring.
¿Por qué contratar talento repatriado?
A pesar del potencial que representan, la reinserción de los repatriados al mercado laboral no está garantizada. Aunque el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) anunció la disponibilidad de 50,000 empleos para estos trabajadores, esta cifra apenas cubre el 1.4% de los connacionales que podrían ser deportados en los próximos meses.
"El reto no es solo generar empleos, sino crear oportunidades laborales alineadas con las capacidades y experiencia de estos trabajadores", señala Érika Chafino, directora de la consultora Código 111 y especialista en estrategia de talento. "Es necesario que las empresas adapten sus procesos de selección y flexibilicen sus requisitos para facilitar su reinserción en el mercado laboral”.
Para muchas empresas en México, contratar talento repatriado es un territorio desconocido, pero quienes se han atrevido a explorar este camino han descubierto un recurso valioso con habilidades que no siempre abundan en el mercado local.
El dominio del inglés y la familiaridad con estándares internacionales de trabajo también son parte del paquete. Además, desde su trinchera, Leal ha visto que algunos mexicanos deportados han trabajado con sistemas de producción avanzados y herramientas de gestión digital que aún están en proceso de adopción en México.
"Muchas veces las empresas ven la deportación como una marca negativa en un candidato, cuando en realidad deberían verlo como una ventaja. Hablamos de personas que han trabajado en industrias con procesos altamente tecnificados, donde la automatización y la eficiencia son muy valoradas. Eso les da una perspectiva diferente, que puede ser muy útil en el mercado mexicano", explica Leal.
Las especialistas consultadas coinciden en que si las compañías logran integrarlos bien a sus filas, ganarán empleados con experiencia internacional, pero también profesionales con una fortaleza emocional enorme, listos para enfrentar desafíos y sumar a la cultura organizacional de una forma que pocos perfiles pueden hacerlo.
¿Cómo capitalizar las habilidades de este talento?
Algunas empresas ya han entendido el valor de este talento y están implementando estrategias para aprovecharlo. Javier Treviño Cantú, vicepresidente senior de Asuntos Corporativos de Walmart de México y Centroamérica, aseguró que ya se sumaron al programa gubernamental 'México te abraza' para contratar a los mexicanos que regresan de Estados Unidos.
“Estamos tratando de identificar con Recursos Humanos en dónde podrían estar nuestros paisanos incorporándose a Walmart. Hay muchos que vienen con muchas habilidades y vamos a aprovecharlos al máximo”, dijo Treviño. Aunque los salarios serán de acuerdo a la realidad nacional mexicana.
Otro programa es Repatriados Trabajando, que el Servicio Nacional de Empleo administra para conectar a los retornados con empresas que necesitan talento en distintos sectores como manufactura, tecnología y logística.
Sin embargo, no todas las empresas han seguido estos pasos y además algunos repatriados se enfrentan a retos como la falta de redes de contacto, salarios menos competitivos y el nulo reconocimiento de su experiencia laboral en el extranjero.
Para capitalizar las habilidades de este talento, Leal y Chafino sugieren sumar esfuerzos con el gobierno y adaptar los procesos de selección, es decir, valorar la experiencia internacional y las competencias técnicas por encima del estigma “repatriado”.
También ofrecer salarios competitivos que respondan a las habilidades y experiencia que traen, eliminar sesgos en la contratación y asegurar de que estas personas sean valoradas por sus capacidades, no solo por su situación migratoria.
“El enfoque debe estar en permitirles comunicar sus habilidades a las distintas empresas de México, para que puedan ser valorados según su potencial y experiencia”, apunta Mariano Miranda, CEO de la firma de recursos humanos Buo.
Miranda comenta que en apoyo a este talento, la empresa que dirige está haciendo un estudio psicométrico gratuito, a fin de que los migrantes que estén de regreso conozcan cuáles son tanto sus fortalezas como áreas de oportunidad y así puedan comunicarlas y destacarlas en una entrevista de trabajo.
A su vez, Chafino dice que el gobierno podría facilitar beneficios fiscales para las empresas que integren a repatriados en su plantilla, además de subsidios para programas de capacitación que permitan acelerar su adaptación al mercado laboral mexicano.
Otra vía son los incentivos ligados al nearshoring, considerando que muchas empresas extranjeras que llegan a México requieren talento con experiencia en procesos internacionales.
“La reinserción laboral de estos trabajadores no es solo un asunto de 'encontrarles un puesto', sino de prepararlos y apoyarlos para que su adaptación sea efectiva y beneficiosa para ambas partes, pues el proceso de deportación y el desarraigo puede afectar su autoestima y motivación. Los empleadores deben tomar en cuenta su salud mental y bienestar emocional”, advierte Leal.
