Un equipo de investigadores analizó la presencia de microplásticos en el agua de mar en 218 condados costeros de 22 estados de Estados Unidos. Los resultados mostraron que en las zonas con mayor concentración de estas partículas la incidencia de enfermedades incapacitantes era significativamente más alta.
Según los datos, los habitantes de estas áreas tenían un 16% más de probabilidades de padecer una discapacidad que afectara su independencia. Además, el riesgo de sufrir trastornos mentales con impacto en la memoria y el pensamiento era un 9% mayor, mientras que las probabilidades de desarrollar una discapacidad motriz aumentaban en un 6%.
"Los microplásticos están en todas partes: el aire, el agua, los alimentos, incluso en el interior del cuerpo humano. Sabemos que pueden ingresar al sistema nervioso y esto podría estar afectando la salud de maneras que apenas estamos comenzando a comprender", señaló el Dr. Sarju Ganatra, autor del estudio y especialista del Hospital y Centro Médico Lahey en Massachusetts.
El estudio, que se presentará en la 77ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología, advierte que el impacto de los microplásticos podría ser aún mayor de lo que reflejan los datos actuales. Investigaciones previas ya habían encontrado plástico en tejidos humanos, incluyendo el cerebro y el sistema reproductivo masculino.
Otros estudios han vinculado la exposición a estas partículas con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares. Un análisis de cadáveres humanos halló que las personas con demencia presentaban hasta diez veces más microplásticos en el cerebro que aquellas sin la enfermedad.