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Entre la necesidad y el riesgo: cómo preparar tu estómago para comer en la calle

Millones de mexicanos recurren a la comida callejera por la inmediatez, cercanía y precios accesibles, aunque su estómago no siempre está preparado.
jue 11 septiembre 2025 05:50 AM
¿Sin tiempo de cocinar por el trabajo? Cómo preparar tu estómago para comer en la calle
Millones de mexicanos dependen de la comida callejera por rapidez, cercanía y costo accesible.

Edson tiene 34 años, vive en Ecatepec (Edomex) y trabaja hasta Santa Fe (CDMX). Cada día se levanta a las 4:30 de la mañana para emprender un viaje de más de dos horas y media rumbo a la oficina, que a veces se alarga si llueve o el Metro se satura en hora pico.

"Salgo con lo justo, apenas me da tiempo de comprar un café con un pan de dulce o cuando alcanzo una torta de tamal. Si intento prepararme algo en casa, no llego a tiempo", cuenta el trabajador, quien comparte una historia similar con millones de mexicanos que encuentran en la comida callejera su única opción de alimentación diaria.

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Aunque su horario de salida laboral es a las 5:00 de la tarde, reconoce que casi nunca logra hacerlo a tiempo. "Si se me juntan pendientes o sale algo urgente, me quedo hasta las 6:00. Hay días que llego a mi casa a las 8:30, otros a las 9:00 y lo más tarde ha sido casi a las 11:00".

Con ese ritmo, la alimentación pasa a segundo plano. "En la comida voy a los tacos de guisado o a las quesadillas que quedan cerca. Sé que no es lo más sano, pero no tengo mucho tiempo ni opciones".

Intentó preparar un lunch, pero el cansancio lo superó. "Cuando llego ya no tengo fuerzas, solo quiero cenar algo rápido, bañarme y dormirme. A más tardar a las 11:00 estoy en la cama porque me levanto a las 4:30. Con ese ritmo no hay chance de cocinar".

Las consecuencias ya se sienten. "Un par de veces me he enfermado del estómago, nada grave, pero sí lo suficiente como para faltar al trabajo. Aunque busco puestos limpios y con gente, de todos modos me enfermo".

Comida callejera
Vender comida en la calle requiere medidas estrictas de higiene para proteger tanto al vendedor como al consumidor.

¿Qué es la microbiota intestinal y por qué hay que cuidarla?

En entrevista con Expansión, la nutrióloga Angélica Díaz Aranda explica que es posible preparar al estómago para comer en la calle mediante el fortalecimiento de la microbiota intestinal, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades. Esto resulta especialmente útil para personas que, como Edson, recurren a la comida callejera más por necesidad que por gusto.

La especialista comenta que la microbiota intestinal, compuesta por millones de bacterias, virus y hongos que habitan en equilibrio nuestro intestino, juega un papel crucial en la prevención de enfermedades estomacales.

"Cuando la microbiota está equilibrada, nuestro cuerpo está más preparado para enfrentar bacterias e infecciones que podemos ingerir al comer en la calle. Pero si está desequilibrada, incluso pequeñas bacterias patógenas pueden generar inflamación intestinal, diarrea o malestares recurrentes que a largo plazo derivan en problemas más serios", señala.

Señales de alerta al comer en la calle

La especialista advierte sobre señales que pueden alertar sobre riesgos sanitarios y la posible afectación de la microbiota intestinal. “No hay que parar en los lugares donde se vea que no hay acceso al agua. Muchas veces llevan cubetas, pero no es lo mismo que una toma de agua adecuada”, señala.

Otro aspecto crítico es la capacitación del personal: “Si no hay capacitación, se nota en detalles como usar el mismo cuchillo para carne cruda y verduras, o no usar gorro y ropa adecuada”, explica.

Antes de comprar alimentos, recomienda fijarse en los siguientes puntos:

-Acceso a agua potable y utensilios limpios.

-Personal con indumentaria adecuada y buena higiene.

-No manipular dinero y alimentos al mismo tiempo.

-Conservación de alimentos a temperaturas adecuadas, especialmente mariscos o productos perecederos en climas cálidos.

-Personal capacitado en manejo seguro de alimentos y normas de inocuidad.

La especialista enfatiza que comer en la calle es multifactorial: no solo importa la limpieza visible, sino también la formación de quienes preparan los alimentos y las condiciones ambientales. Reconocer estas señales ayuda a reducir riesgos y a proteger la salud intestinal.

Comida Callejera
La microbiota intestinal juega un papel clave en la defensa frente a bacterias y virus presentes en la comida callejera.

Cómo reforzar el estómago

Para mantener la microbiota intestinal saludable, Díaz Aranda recomienda prestar atención a varios aspectos clave del estilo de vida y la alimentación:

-Alimentación equilibrada: incluir fibra, probióticos y alimentos funcionales que refuercen la microbiota.

-Hidratación: beber suficiente agua pura a lo largo del día.

-Descanso adecuado: dormir lo suficiente para que la microbiota se recupere.

-Ejercicio y movimiento: ayuda a mantener una microbiota más variada y equilibrada.

-Control del estrés: evita que la tensión diaria afecte la salud intestinal.

"Pensémoslo así: cuidar a tus ‘pequeños inquilinos’ intestinales te permite enfrentar mejor los riesgos de comer en la calle. No es magia, es prepararte para proteger tu estómago", añade.

Vender comida en la calle es difícil

Margarita vende desayunos, tortas y jugos en las calles de Iztapalapa. Siempre procura que todo esté limpio y en buen estado, pero la calle no se lo pone fácil.

"El otro día nos dejaron un montón de basura donde nos ponemos, y tuvimos que recogerla nosotros para vender y que la gente no se enferme", cuenta a Expansión. El polvo que levanta el viento a veces llega a los alimentos, aunque trate de cubrirlos con plástico.

Para cobrar, usa guantes de plástico, aunque admite: "A veces se me olvida entre tanto cliente". También ofrece gel antibacterial, aunque casi nadie lo usa. En temporada de calor, trae hielo para que la comida y los jugos no se echen a perder.

"Conozco personas a las que les vale, que traen los mismos trastes sucios de ayer o ponen algunos ingredientes a nivel del suelo. Incluso te cobran con la misma mano con la que preparan la comida", dice.

"Siempre trato de que todo esté bien. Hasta hoy nadie me ha reclamado, pero sí me preocupa", añade. Vender en la calle implica cuidar la comida y estar pendiente de todo lo que sucede alrededor.

De acuerdo con datos de la plataforma Data México , de la Secretaría de Economía, durante el primer trimestre de 2025 trabajaron como preparadores y vendedores ambulantes de alimentos 805,000 personas, un aumento de 0.47% respecto al cuarto trimestre de 2024, cuando se registraron 801,000.

Las entidades con mayor número de vendedores fueron Estado de México (115,000), Ciudad de México (82,900), Puebla (78,400) y Veracruz (65,700), lo que refleja la alta demanda de comida callejera en el país.

Comida callejera
Elegir puestos con higiene, personal capacitado y buena conservación de alimentos reduce riesgos de infecciones.

¿Cuándo acudir al médico?

La Secretaría de Salud reportó 4.3 millones de casos de enfermedades intestinales en México durante 2024, 240,000 más que el año anterior.

Además, un artículo de la UNAM en 2023 mostró que la incidencia de salmonelosis en el país es cuatro o cinco veces mayor que en Estados Unidos y la Unión Europea: 60 casos por cada 100,000 habitantes en México, frente a 16 en EU y 12 en Europa. Esto desmiente el mito de que los mexicanos “tenemos un estómago más fuerte”.

Según la nutrióloga Angélica Díaz Aranda, existen señales claras que indican que la microbiota puede estar desequilibrada y que es momento de consultar a un especialista.

Señales de alerta:

-Molestias recurrentes en el abdomen: hinchazón, distensión abdominal o gases constantes.

-Diarrea frecuente: si ocurre de manera repetida y no es un episodio aislado.

-Dolor abdominal persistente: puede indicar inflamación intestinal crónica.

-Náuseas o vómito: sobre todo si se presentan acompañando otras molestias digestivas.

Sensación de malestar general tras comer: fatiga, malestar estomacal o inflamación que no cede.

-Factores externos que afectan el intestino: estrés crónico, hábitos de sueño insuficientes, falta de actividad física o dieta deficiente.

“Si la diarrea se vuelve constante, o la inflamación persiste, seguramente hay un desequilibrio crónico y hay que estudiar el intestino. Ahí sí es momento de ir con un médico y realizar estudios específicos”, dice Díaz Aranda.

Comer en la calle es una realidad cotidiana para millones de mexicanos como Edson, que dependen de esta opción por tiempo o necesidad. Mantener una microbiota intestinal equilibrada, identificar señales de alerta y elegir puestos con higiene y personal capacitado son pasos clave para reducir riesgos de enfermedades digestivas.

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