El GXIBA-1 llegará a la Estación Espacial Internacional en colaboración con la Agencia Espacial Japonesa. (Foto: Agencia Espacial Mexicana)
Expansión Digital
México prepara el despliegue de su segundo nanosatélite en la Estación Espacial Internacional (EEI). El GXIBA-1, desarrollado por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) en colaboración con la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), se lanzará el 20 de octubre de 2025 desde el Centro Espacial Tanegashima.
El proyecto forma parte de la misión Monitoreo y Exploración de Volcanes Activos (MEVA), cuyo objetivo es obtener datos desde el espacio para apoyar a la comunidad científica en la predicción de erupciones, particularmente en el volcán Popocatépetl.
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Desarrollo del GXIBA-1 y su misión
(Agencia Espacial Mexicana)
La Agencia Espacial Mexicana (AEM) informó que este nanosatélite fue seleccionado en 2022 dentro de la sexta convocatoria del concurso internacional KiboCUBE, organizado por la JAXA y la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de la ONU (UNOOSA).
GXIBA-1 cuenta con sensores diseñados para medir gases como dióxido de carbono y dióxido de azufre. Los datos se procesarán mediante algoritmos de inteligencia artificial, machine learning y deep learning, con el fin de identificar patrones de comportamiento en los sistemas volcánicos.
Salvador Landeros Ayala, director de la AEM, subrayó la relevancia del proyecto: “La misión social MEVA incluye desarrollar tecnologías avanzadas para monitorear cambios en gases volcánicos como dióxido de carbono y de azufre, especialmente en el Popocatépetl, que apoyen a los científicos a predecir erupciones y proteger a las comunidades vulnerables de México”.
El funcionario recordó además que este esfuerzo da continuidad a lo alcanzado en 2019 con el AztechSat-1, primer nanosatélite mexicano desplegado en la EEI, reconocido por la NASA en su informe “20 años de ciencia de la EEI”.
Colaboración académica y tecnológica
La UPAEP ha trabajado en conjunto con la AEM y con laboratorios especializados, como el Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM, para validar datos obtenidos por imágenes satelitales.
En paralelo, se diseñó y puso en marcha una estación terrena de Ultra Alta Frecuencia (UHF), que permitirá monitorear y controlar al nanosatélite desde México. Este trabajo incluyó talleres conjuntos en antenas, radiofrecuencia y calibración de equipos.
El Centro Regional de Desarrollo Espacial (CREDES) de la AEM ha proporcionado imágenes satelitales que sirven para entrenar los algoritmos de inteligencia artificial. Esto contribuye a la transferencia de tecnología y a la consolidación de capacidades nacionales en materia aeroespacial.
Eugenio Urrutia Albisua, director de proyectos aeroespaciales de la UPAEP, destacó la participación de jóvenes especialistas: “El talento humano formado en el AztechSat-1 ahora contribuye directamente en esta nueva misión, que combina innovación tecnológica con un propósito social: la protección de comunidades vulnerables”.
La misión MEVA busca desarrollar herramientas que permitan anticipar riesgos asociados a la actividad volcánica. El análisis de gases volcánicos, como el dióxido de carbono y el dióxido de azufre, se considera un indicador clave en la predicción de erupciones.
Hazuki Mori, representante de UNOOSA, señaló: “Sólo dos equipos en Latinoamérica han logrado este tipo de proyectos, lo que subraya la relevancia de la participación mexicana”.
El nanosatélite GXIBA-1 ya aprobó las fases de seguridad de la JAXA y de la EEI. Funcionarios de la agencia japonesa como Fujita Tatsuhito y Shibano Yasuk reconocieron públicamente el trabajo de la comunidad mexicana, y el presidente de la JAXA, Hiroshi Yamakawa, expresó: “Este proyecto pondrá muy en alto el nombre de México”.
Próximos pasos en el sector espacial mexicano
La experiencia del GXIBA-1 ha abierto camino para la integración de talento mexicano en proyectos de mayor escala. El grupo de especialistas que participa en este nanosatélite también colabora en la primera constelación mexicana de satélites de observación terrestre en órbita baja, denominada IXTLI, impulsada por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
El ex vicerrector de UPAEP, Eugenio Urrutia, explicó que el nanosatélite, cuyo nombre proviene de un vocablo zapoteco que significa “Universo” o “Estrellas”, sintetiza la visión de formar nuevas generaciones de ingenieros mexicanos con experiencia internacional.