Cuando los deportistas caen en el hábito de perder... ¿Hay salida?
¿Quién no recuerda al boxeador Antonio Margarito decir "peleé lo más fuerte que pude" durante la lucha contra el filipino Manny Pacman Pacquiao?
¿O al ex entrenador de la Selección Mexicana de Futbol, Javier Aguirre, señalando no haber tenido "la capacidad de ganar ese partido tan importante" refiriéndose a la eliminación del Mundial de Sudáfrica 2010 ante Argentina en el octavos de final?
Este tipo de declaraciones se escuchan a menudo para explicar cuando un equipo pierde. La frustración hace explotar a quienes no consiguieron la victoria y tendrán que trabajar toda una semana para ganar de nuevo o en el peor de los escenarios: esperar hasta el siguiente año.
Dicen que la victoria tiene muchas madres y padres, pero la derrota es huérfana. A nadie le gusta perder, aunque es claro que en el deporte siempre tiene que haber un equipo o un individuo que no gane y se vaya a su casa triste. Vince Lombardi, aquel mítico entrenador de los Empacadores de Green Bay decía que ganar era un hábito, lamentablemente también lo era el de perder.
La derrota enoja, frustra, y por más que se diga que con los descalabros uno aprende más, muchos preferirían dejar a un lado ese aprendizaje y ganar siempre que se pueda. Las grandes dinastías han tenido también grandes temporadas perdedoras, (quizá ahí cobre valor lo del aprendizaje), pero una vez que aprenden a ganar y que lo hacen parte de su vida cotidiana, no hay muchos que agradezcan siquiera un poco a los momentos de derrota.
Se aprende de todo, aunque siempre se prefiere aprender de las victorias, pero cuando se pierde también se debe analizar qué se dejó de hacer y cómo mejorar.
La ambición por ganar y lo que esto implica ha transformado completamente al deporte moderno. Frases como aquella del fallecido piloto de Fórmula Uno, Ayton Senna Da Silva que rezaba: "el segundo lugar es el primer perdedor", han cambiado totalmente la tendencia.
Pero, ¿qué hacer cuando a pesar de que se trabaja y se esfuerza, llegan las derrotas?
Claudia Rivas Garza, maestra en Psicología del Deporte y actualmente psicóloga del Deportivo Toluca, además de docente en la Escuela Nacional de Directores Técnicos, asegura que lo importante es "centrarse en objetivos de ejecución controlables al 100% por los deportistas, desviar la atención de la obligación de ganar y centrarse en lo que si sabemos y podemos hacer (cantidad de pases, jugadas, actitud, etc.) que al final potencien la posibilidad del triunfo".
¿Cómo contrarrestar o enfrentar una mentalidad perdedora?
Se pueden decir muchas cosas después de una derrota, pero los expertos aseguran que lo mejor es no decir nada, tranquilizarse y resaltar lo que sí se hizo bien, corregir los errores con indicaciones precisas y manifestar confianza en que se puede hacer lo adecuado, además centrarse en lo que el deportista sabe hacer y ha hecho.
Frente a la recurrente derrota de un equipo, se debe recurrir a un especialista del deporte, de acuerdo a lo dicho por Alexandre García Mas, psicólogo del Club Mallorca de la Primera División Española en su obra: Veinte maneras de motivar a un equipo.
Ahí se explica que, el profesional para asistir la mentalidad de los jugadores o deportistas deprimidos por una o varias derrotas, debe entender y hacer depender su ayuda a los objetivos del entrenador y, que estos sean coherentes, se ejecuten bien y ayudar en el análisis de qué se dejó de hacer o se realizó de manera inadecuada. Luego, lo más importante, es proponer cómo hacer las correcciones.
Los especialistas aseguran que la derrota puede ser utilizada quizá de manera constructiva, sobre todo cuando un equipo debe enfrentar obstáculos mayores y ha caído dentro de un ambiente de "exceso de confianza". Esto pasa sobre todo en deportes donde se trabaja bajo el formato de postemporada o liguilla.
En este tipo de certámenes, nada tiene que ver lo que se hizo durante la temporada regular y es común que cuando compiten los ocho mejores de la clasificación, el ranqueado en el número 8, le pegue al ubicado en la primera posición. Donde la frustración por la derrota es mayor.
A un deportista, cuando pierde, "lo mejor es centrarlo en el aquí y ahora, en lo que sí sabe y puede hacer", refieren los psicólogos, pues las épocas de bonanza y triunfo no son eternas, como tampoco lo son las derrotas, ambas forman parte del deporte.