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Dallas vence 105-95 a Miami y se corona campeón de la NBA

El equipo de Dallas se coronó por primera vez en su historia al derrotar al Miami Heat 105-95
dom 12 junio 2011 11:37 PM
MAVERICKS DALLAS
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Los Mavericks dieron un golpe contundente para convertirse en los nuevos monarcas de la NBA y acabar con las aspiraciones de un equipo que fue armado hace algunos meses para ganar campeonatos.

No fue necesario un drama de último minuto para que Dallas alcanzara el primer cetro de su historia. Faltando tres minutos habían acabado con los anhelos del Heat de Miami, y segundos después concretaron el triunfo 105-95 para lograr la cuarta victoria de la serie ante la afición del Heat que quedó enmudecida ante la decepcionante derrota.

Las estrellas del Heat fueron desapareciendo en la cancha con el andar de los minutos. Ya no hubo más burlas por parte de Dwyane Wade y LeBron James sobre los padecimientos físicos de Dirk Nowitzki y su halo de astros de la NBA fue opacado por la luz que los Mavs desprendían como equipo en los dos lados del juego.

Los Mavericks se sobrepusieron a dejar ir una delantera de 12 puntos en el segundo cuarto, en los mejores momentos que brindó Miami en la velada, y fueron construyendo poco a poco la ventaja que los acercaría al título.

Nowitzki, ganador del premio como el Más Valioso de las Finales, sacó el espíritu combativo que lo ha caracterizado desde hace 13 años que llegó a la NBA procedente de Alemania, y anotó 18 unidades en la segunda mitad, después de que había tenido un desastroso inicio de tres puntos en los primeros 24 minutos.

En el lapso que el germano no era un factor en favor de su equipo, el elenco que lo rodea dio la cara para mantener vivas las esperanzas de coronarse. Jason Terry emergió como ninguna otra noche en la serie con canastas de todos los puntos de la cancha para finalizar con 27 puntos, mientras que el puertorriqueño José Juan Barea movía la ofensiva y aportaba 15 unidades más a la causa.

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El ímpetu de las estrellas del Heat -Wade, James y Chris Bosh- se desvanecía con el paso de los minutos. El equipo que fue armado por Pat Riley el verano pasado con la firma de los agentes libres más cotizados en James y Bosh y la recontratación de Wade, sufría una debacle en la que ninguno parecía tomar responsabilidad.

James mostró deseos sólo los primeros cuatro minutos en los que atacó el aro de diversos puntos para hacer nueve puntos. Al final terminó con 21 sin trascender en sus canastas. A Wade lo abandonó la garra de atacar la zona de la pintura y fue contenido por la defensiva de los Mavs en apenas 17 unidades. Bosh sumó 19 que de poco servían para buscar el triunfo.

Cuando a la bestia de tres cabezas del Heat le quitan los dientes no hay más peligro que afrontar y los Mavericks sabían que su esquema había surtido efecto para derrumbar el imperio de las expectativas que Miami construyó para esta campaña.

El nuevo monarca de la NBA dio una postemporada memorable en la que dio forma, con la habilidad de su veterano equipo, a un cetro más que merecido. En el camino al título echaron en cuatro duelos al doble monarca de la liga, los Lakers, y cerraron su gran campaña acabando con ese proyecto que, al menos esta temporada, demostró que aglutinar estrellas no es un sinónimo de victorias que trascenderán el tiempo.

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