Destrozos en el estadio Monumental tras descenso de River Plate
Faltaba un minuto para el final, pero la historia estaba sentenciada . River empataba en uno y necesitaba dos goles para permanecer en primera. Los fanáticos comenzaron a arrojar objetos a la cancha y el árbitro Sergio Pezzotta decidió suspender el partido. Los jugadores se quedaron largo rato en el centro del campo, rodeados de seguridad privada y de la Policía Federal. Sin pasar por los vestuarios, el plantel salió rápidamente y se instaló en el predio donde se concentraba, a pocos metros del estadio. A tres horas de la finalización del partido, los futbolistas todavía seguían atrincherados sin poder salir del estadio.
Con el descenso ya firmado , comenzó la locura en el club y en un radio de más de 10 cuadras en los barrios porteños de Belgrano y Núñez. Un grupo de hinchas comenzó a destrozar las instalaciones del club; en pocos minutos, se hicieron añicos la confitería, la sala de prensa, miles de butacas y decenas de autos estacionados en el club. Afuera, comenzó una batalla campal, cuerpo a cuerpo entre la policía y las facciones más duras de la barra. Hubo saqueos y destrozos en comercios de la avenida Libertador.
En las últimas horas, el Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) confirmó que ya eran 72 los heridos, cuatro de ellos de gravedad. Además, sacaron a un policía muy golpeado en helicóptero, desde la cancha auxiliar.
A raíz de los incidentes, los problemas de River no sólo serán deportivos. El fiscal en lo Penal y Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, Gustavo Galante, ordenó la clausura del estadio Monumental, que será sede de la próxima Copa América desde el próximo 1 de julio. River se fue a la B. El club está destrozado. Y ahora todo es un bochorno.