Atletas de EU migran a México para mantener su nivel y no dejar de jugar
Cuando los jugadores salen a la cancha, la emoción comienza a surgir en la arena llena de fieles aficionados al basquetbol. Es una arena pequeña con capacidad para tan sólo 1,200 personas, sin contar los boletos para gente que queda de pie. Al momento que los miembros del equipo son presentados, los fans saltan para vitorearlos, aplaudiendo y cantando, llenos de espíritu de equipo. “¡He estado gritando con todas mis fuerzas!” dice un aficionado que llegó temprano al partido.
El equipo es Los Mineros y hace pocas noches estaba jugando en su casa, en Cananea, una ciudad de 33,000 habitantes en el noroeste de México, conocido por sus enormes depósitos de cobre y otros metales. Una de las más grandes empresas mineras de México opera en la ciudad a unos 56 kilómetros al sur de la frontera con Arizona.
Es un lugar improbable para extranjeros, pero no cuando se trata de deportes. Davin White, de 29 años, es un inmigrante estadounidense en Cananea y delantero estrella de los Mineros. White asistió a la Universidad del Estado de California en Northridge y también jugó en Serbia, Italia y Qatar . Pero Cananea está mucho más cerca de su natal Phoenix . “El pueblo es muy pequeño, pero la gente es muy apasionada cuando se trata de basquetbol”, dice White.
No habla español pero no parece ser un problema en la cancha. Su compañero Brandon Brown, otro atleta inmigrante, dice que aprendió algunas palabras. “No creo que quieras escuchar lo que aprendí en español”, dice Brown con una sonrisa. El jugador de 25 años nativo de Nueva Orleáns — asistió a la Universidad de California, San Bernardino — dice que se ha enamorado de la comida mexicana, especialmente de la carne asada, o carne a la parrilla estilo mexicano.
La comunicación entre los miembros del equipo es posible por el entrenador en jefe Andrés Contreras, un nativo de la Ciudad de México y ex jugador en la liga mexicana, quien es bilingüe. Otros compañeros de equipo también son bilingües. “Es un buen reto, porque algunas veces tengo que hablar en inglés y español al mismo tiempo”, dice Contreras.
Los Mineros de Cananea es uno de 12 equipos de lo que se conoce como Cibacopa (Circuito de Baloncesto de la Costa del Pacífico). Docenas de extranjeros juegan en la liga, en equipos de los estados del noroeste de México, incluyendo Nayarit, Sinaloa, Baja California y Sonora.
Bajo las reglas del basquetbol en México, cada equipo tiene permitido no más de tres jugadores extranjeros en su nómina. La regla también permite un jugador extranjero adicional nacido de padres mexicanos por equipo.
Roberto Laporte es propietario de los Rayos de Hermosillo, otro equipo de la liga del norte de México. Él dice que la comunicación nunca ha sido un problema para su equipo. “Otros miembros del equipo normalmente hablan los dos idiomas. Si no es así, ellos están acostumbrados a jugar con jugadores estadounidenses y yo siempre busco entrenadores que hablen inglés y español”, dice Laporte, quien habla un inglés fluido.
Su entrenador es Dan Tacheny, con 30 años de edad, trabajó durante cinco años en la NBA como reclutador para Orlando Magic y Minnesota Timberwolves. Tacheny dice que algunos estadounidenses juegan en las ligas mexicanas para mantener su nivel de juego mientras llegan otras oportunidades. "Obviamente el dinero es un factor. Primero que nada, cuesta trabajo ser un jugador de basquetbol profesional. Pero después de eso, para los estadounidenses, México está cerca de casa", dice Tacheny, quien tiene una casa en Las Vegas donde vive su esposa.
El sueldo promedio para un atleta extranjero en este nivel es de 5,000 dólares al mes podría parecer muy malo en Estados Unidos, pero esa cantidad de dinero puede durar mucho en México, donde el salario mínimo es menos de 5 dólares al día. Para sobrevivir, un equipo necesita gastar alrededor de 350,000 dólares por temporada. No parece mucho, pero se vuelve un reto cuando los fans en Cananea sólo pagan 6 dólares por boleto. Los patrocinadores cubren el resto.
La temporada en el norte de México dura cuatro meses. Algunos jugadores utilizan el resto del año para jugar en las ligas de Europa del este o de Sudamérica.
En un país que envía una incontable cantidad de trabajadores migrantes a Estados Unidos cada año, para algunos puede parecer irónico ser entretenidos por atletas migrantes estadounidenses. “Los trabajadores migrantes de aquí van en la búsqueda de un mejor futuro en Estados Unidos. En este caso, estos tipos vienen aquí para seguir haciendo lo que aman hacer para vivir”, dice Orlando Cañedo, un aficionado de los Mineros.
Cuando el partido se acerca a su final, Davin White logra otra canasta de tres puntos, asegurando la victoria de los Mineros en un recordatorio lleno de acción de que un buen partido de pelota no conoce fronteras.